Rubí es un pequeño pueblo limpio y ordenado situado junto a la estación de tren. Tiene un parque divertido y la iglesia y el castillo son los edificios más antiguos. La riera de Rubí se llevó algunas casas e inundó la zona aunque no se puede nadar en ella debido a su tamaño, que es gigante para los niños. El poema termina porque el gato se lo comió.