En el planeta Nel, todos los habitantes se llamaban Nel, lo que causaba mucha confusión ya que nadie tenía un nombre único. Cuando la maestra llamaba o regañaba a alguien, todos respondían porque compartían el mismo nombre. Esto cambió cuando una pareja decidió ponerle a su hijo un nombre diferente, Paquito, rompiendo así la tradición de solo usar el nombre Nel. A partir de entonces, cada habitante tuvo un nombre único e individual, haciendo que todos se sintieran más felices y especiales.