Un hombre tiene el poder de decidir y elegir su propio camino, lo que le da fuerza. Cada día Dios nos da la oportunidad de cambiar lo que nos hace infelices a través de pequeñas decisiones de decir sí o no que pueden transformar nuestra existencia. Al igual que todas las personas, tiende a ver el mundo como le gustaría que fuera en lugar de cómo es realmente.