La Convención sobre los Derechos del Niño establece los derechos fundamentales de los niños a desarrollarse libres de hambre, miseria, abandono y abuso. Reconoce a los niños como individuos con derechos propios, no como propiedad de los padres. La Convención promueve una visión del niño como miembro de una familia y comunidad, con derechos y responsabilidades acordes a su edad.