La parábola del sembrador describe cuatro tipos de terreno donde caen las semillas y el resultado de la siembra. Algunas semillas caen en terreno pedregoso y no dan fruto, otras en terreno lleno de espinos y son ahogadas, representando personas que empiezan cosas pero no las terminan o se dejan influenciar negativamente. Las semillas que caen en buena tierra crecen y dan grandes frutos, reflejando que cuando se hacen las cosas bien, los resultados son positivos.