El documento amplía el concepto de inteligencia más allá de la brillantez académica, reconociendo que la capacidad intelectual no determina el éxito en otros campos como los negocios o las relaciones personales. Además, señala que el triunfo en diferentes áreas requiere tipos específicos de inteligencia, que no son ni mejores ni peores sino diferentes, ilustrando esto con los ejemplos de Einstein y Michael Jordan como individuos exitosos pero en dominios distintos.