El viaje comenzó cuando el grupo de estudiantes tomó un bus y siguió las instrucciones del profesor Hernán para caminar hacia una capilla, donde hicieron su primera parada para almorzar en la finca de una señora con muchos perros. Luego caminaron por el bosque para relajarse y admirar la naturaleza, antes de darse un chapuzón en una quebrada y jugar, para finalmente almorzar y regresar en el bus luego de una gran experiencia.