Las Cuatro Leyes de la Espiritualidad enseñan que (1) las personas que llegan a nuestras vidas están destinadas a hacernos aprender, (2) los eventos que ocurren son los únicos posibles y están diseñados para enseñarnos lecciones, y (3) debemos aceptar todas las situaciones en nuestras vidas como perfectas aunque nuestro ego se resista a ello.