La búsqueda del propósito de la vida ha dejado perpleja a la gente por miles de años. Esto es porque normalmente empezamos en el punto de partida equivocado: nosotros mismos. Nos hacemos preguntas egocéntricas como ¿Qué quiero ser yo? ¿Qué debería de hacer con mi vida? ¿Cuáles son mis metas, mis ambiciones, mis sueños para mi futuro? Pero enfocarnos en nosotros mismos nunca nos revelará el propósito de nuestras vidas.