Este documento critica un anuncio que muestra a una mujer con un ojo morado sonriendo al lado de un hombre vestido como boxeador, sugiriendo que la violencia doméstica es aceptable. El autor considera que la imagen es lamentable y que ya no debería publicarse debido a los problemas continuos con la violencia doméstica. También señala que alguien que golpea a otra persona no merece ser llamado "hombre".