El documento habla sobre la necesidad de quemar etapas en la vida para permitir el crecimiento y progreso. Menciona que algunas etapas se queman de forma natural mientras que otras son autoinfligidas, y que cada etapa requiere su propio tiempo para quemarse de manera adecuada. Finalmente, compara el proceso de quemar etapas en la vida con quemar un campo, señalando que al igual que es necesario quemar un campo para permitir nuevas siembras, a veces Dios considera necesario quemar etapas en la vida de los
1. Quemando etapas en tu vida. 1 de cor.13.11.
* Todos en la vida quemamos etapas en la vida.
1) las naturales.
2) las yo hago quemar.
3) cada etapa necesita de un tiempo, para quemarse de una manera normal.
4) cada etapa en nuestras vidas es para vivirla, disfrutarla, aprender y dar buenos frutos en
ella.
* yo debo quemar las etapas NO ellas AMI.
1) hay cosas atrasadas que debimos haber hecho hace mucho tiempo. Isaías: 65.20.
ETAPAS X QUEMAR.
1) la madures. 1 de Cór. 3:1 mateo.9.14-17
2) en lo ministerial. Mateo. 25.24-30.
3) sentimentales. Jueces. 14.1-3.
4) en el liderazgo. 1 de Timoteo.3:6.
5) en la economía. Mi compromiso con la obra de Dios.
Manejaba por un lugar cercano al pueblo de Valsar en la provincia del Guayas, y me
sorprendió ver como subía un humo espeso de un color naranja-rojizo (foto), era el
humo de un campo quemándose. Sinceramente me llamó mucho
la atención y decía “como así queman ese campo?”, y mi amigo (oriundo de ese
lugar) me dijo que era necesario este proceso de quema de este monte,
y que era un “fuego provocado”, ya que esa era la única forma establecida para que
luego pueda darse paso a nuevas siembras en un futuro. Este acto era inevitable, ya
que de otra forma no se podría traer nuevas cosechas para el dueño de esas tierras.
Llevando esta experiencia al plano espiritual le hayo mucha similitud con algunas
situaciones en la vida de los hijos de Dios. Y es que nuestro Padre también considera
necesario “quemar etapas” en nuestras vidas, etapas que a lo mejor nos trajeron
buenas cosechas, Juan. 12.24-25