Las imágenes del Renacimiento se caracterizan por representar la figura humana de una manera más realista y natural, retratando detalles anatómicos con mayor precisión. Los artistas del Renacimiento se inspiraron en las obras clásicas de la antigua Grecia y Roma y desarrollaron técnicas pictóricas innovadoras como la perspectiva para crear la ilusión de profundidad en sus cuadros. Las imágenes del Renacimiento marcaron un cambio respecto al arte medieval y sentaron las bases del arte moderno.