El Protestantismo y el Anglicanismo surgieron en Europa en el siglo XVI como alternativas a la Iglesia Católica Romana. Martín Lutero inició la Reforma Protestante en Alemania y otros países adoptaron variantes como el Calvinismo, mientras que la Iglesia de Inglaterra se separó de Roma bajo el reinado del rey Enrique VIII, dando origen al Anglicanismo. Estas nuevas denominaciones cristianas se extendieron por gran parte de Europa en los siglos posteriores.