1. IGUAL
SENEGAL
KARLA HELD
Rafael Rodríguez llegó a Senegal
con una mochila; 14 años después,
es gerente de Bassari, el mayor
operadorturísticodeSenegal.
Movido por un sentimiento ro-
mántico-turístico, Rafa —español
de nacimiento y senegalés por
adopción— ha devuelto al río Se-
negal el barco colonial Bou El
Mogdad, apartado por décadas de
susaguas.
Hace 50 años, la labor del barco
era repartir el correo entre Saint
Louis y Fouta, pero ahora recorre
las tranquilas aguas del Senegal
con otro propósito: descubrir los
rincones del río en un tranquilo
cruceroqueduraunasemana.
Aunque Bassari Tours ofrece
viajes en todas partes de Senegal,
tuve la oportunidad de pasear una
semanacomopasajerodelcrucero
BouElMogdad,unbarcoconstrui-
doenHolandaen1954.
El crucero es un viaje único a
bordo de un navío excepcional.
Descubre a los acogedores habi-
tantes del río Senegal con sus pe-
queñas aldeas tradicionales de ba-
rroypajafrentealasorillasdelrío.
El viaje ofrece la oportunidad
dehablarconlasfamiliasdepesca-
dores de las aldeas costeñas. Tam-
bién incluye una excursión al Par-
que Nacional de Djoudj, donde se
puedeobservaralospelícanos.
Después de las excursiones
puede terminar el día descansan-
do en una hamaca en cubierta,
donde se siente el desfilar de las
tranquilas aguas de un delta plaga-
do de sorpresas, en una extraordi-
naria combinación de viaje de
aventura y placer. Los amaneceres
sonalgoinolvidable.
“La compra y la puesta en fun-
cionamientodelviejoymíticoBou
El Mogdad es, sobre todo, una
apuestadecorazón”,diceRafa.
Uno de sus socios, un francés
nacidoenSt.LouisdeSenegalesel
auténtico promotor del proyecto.
Élrecuerdaconcariñosuinfan-
cia en la que este buque surcaba
majestuoso por las aguas del río
Senegal, allá por los años 70. El pa-
so del Bou El Mogdad era vivido
por la población local como un
evento único; parecía imposible
que aquella masa enorme de hie-
rro pudiese flotar como un coco-
drilo en las orillas del pequeño río,
enelcorazóndelSahel.
“El encanto de este barco va
más allá de su propia y extraordi-
naria existencia. Se trata de un via-
je que mezcla un África que ya no
existe con el África que existirá
siempre,ladelasleyendasymiste-
rios, allá donde el universo de lo
mágico cohabita con lo terrenal y
cotidiano.Alfinyalcaboesoes,en
esencia,África”,comentaRafa.
El proyecto de un soñador
Conocí a Rafa en 1995 en Senegal,
donde serví como voluntaria del
Peace Corps (Cuerpos de Paz) por
dos años. Para mí fue el trabajo y
un poco de casualidad lo que me
trajo a Senegal. Pero me impresio-
nóquealguienaquienconocíhace
10 años en África decidiera hacer
suvidaaquí.
“¿Por qué no?”, dice Rafa, son-
riendo. “Cuando uno tiene 20
años, la cabeza llena de sueños y el
corazón lleno de esperanza, todo
esposible”.
Su contacto con África comen-
zódesdemuyniño.Sufamiliamater-
naesoriginariadelnortedeMarrue-
cos y su universo infantil siempre
estuvo condicionado por las histo-
rias que escuchaba sobre África.
A los 18 años ya sabía que su fu-
turo estaría entre las estepas afri-
canas y los mágicos baobabs.
Cumplidoslos19añosfueaTúnez,
donde estudió algo de árabe y
aprendió francés. A través de algu-
nos compañeros de estudio, tuvo
su primer contacto con el Senegal
y de allí, el salto al África negra fue
corto,aunquenosencillo.
“Mi intención no era en un
principio quedarme”, dice Rafa.
“Quería sobre todo viajar, conocer
el máximo posible de lugares y so-
bretodogente”.
Siemprehacreídoqueelverda-
dero sentido de los viajes son to-
dos los pequeños momentos que
se comparten con la gente que se
va encontrando en el camino.
“Esos contactos son los que hacen
quelasciudadesseanmásomenos
bellas, los momentos más o menos
agradables y los lugares incluso
másomenoscercanos”.
Senegal se le reveló tal y como
es,auténtico,directo,imprevisible.
Tardó poco en enamorarse de esa
gente. Decidió que era un buen lu-
gar para quedarse y para compar-
tir a través del turismo todo lo que
habíaconocido.
SENEGAL
Transmiten, sin
hablar, la alegría
y el dolor de la vida.
Es suficiente este
instante para sentir
la fuerza con la que
viviremos nuestro
paso por Senegal,
un país donde
resulta imposible
permanecer
indiferente.
SIN IGUAL
Una mirada
brillante, de unos
grandes ojos negros,
dice algo más que
“bienvenidos
a Senegal”.
LA MAYORÍA DE MUJERES en Senegal
viste trajes formales y muy expresivos.
DOS NIÑOS SENEGALESES muestran el
fruto del boabab, un árbol sagrado.
10 : San Antonio , Texas : Martes 14 de marzo de 2006 RUMBO
D E V I A J E