Las sociedades se dividen en tres clases: sociedades de personas, sociedades de capital y sociedades cooperativas. Las sociedades de personas son aquellas en las que prima la relación personal entre los socios. En las sociedades de capital prima el aporte económico de los socios. Por último, las sociedades cooperativas se caracterizan porque sus socios son a la vez proveedores y usuarios de los servicios de la sociedad.