Los niños de 4 años visitaron a Mariano el esqueleto en su clase y aprendieron sobre el cuerpo humano. Más tarde, sus maestros los llevaron a otro salón donde los niños pudieron tocar, examinar y diseccionar órganos reales de cerdo como el corazón, los pulmones y el hígado para ver su interior y funcionamiento. Esta experiencia les permitió aprender de una manera distinta, curiosa y divertida.