El documento habla sobre la importancia de los sueños y la verdad interior. Argumenta que los sueños son esenciales para lograr cosas y que la verdadera realidad reside dentro de uno mismo, no en el exterior. También enfatiza que la felicidad depende de la luz interior de cada persona.

1. "TAMBIEN SE PUEDE SOÑAR"
Sí: soy un soñador. Porque un soñador es aquel
que sólo encuentra su camino a la luz de la luna
y cuyo castigo es ver el alba antes que el resto del
mundo.
Todo soñador tiene asegurada una porción de
felicidad.
Realmente soy un soñador práctico; mis sueños
no son bagatelas en el aire. Lo que yo quiero es
convertir mis sueños en realidad.
Sólo los sueños y los recuerdos son verdaderos,
ante la falsedad engañosa de lo que llamamos el
presente y la realidad.
Los sueños son sumamente importantes. Nada
se hace sin que antes se imagine.
Somos del mismo material del que se tejen los
sueños, nuestra pequeña vida está rodeada de
sueños.
Sólo los sueños y los recuerdos son verdaderos,
ante la falsedad engañosa de lo que llamamos el
presente y la realidad.

2. Lo que está delante de nosotros y lo que está
detrás es poco importante comparado con lo
que reside en nuestro interior.
La verdad es totalmente interior. No hay que
buscarla fuera de nosotros ni querer realizarla
luchando con violencia contra enemigos
exteriores.
No vayas afuera, vuélvete a ti mismo. En el
hombre interior habita la verdad.
Los hombres que tienen una tormentosa vida
interior y que no buscan desahogo en sus
palabras o en sus escritos, son simplemente
hombres que no tienen una tormentosa vida
interior.
La felicidad sólo depende de nuestra luz
interior.
Soy más de lo que aparento, toda la fuerza y el
poder del mundo están en mi interior.
Antes de que el alma pueda ver, debe haberse
alcanzado la armonía interior, y los ojos carnales
han de estar cegados a toda ilusión.