La persona ama a Tavo porque cada vez que cierra los ojos lo ve y siente su cercanía, lo que le provoca temor al pensar en besarlo. Sueña todas las noches con poder caminar de la mano con él por la playa y las calles. Anhela abrazarlo y perder la noción del tiempo mientras observan el atardecer, a la espera de la primera luz de luna para confesarle su amor.