Dubai, en los Emiratos Árabes Unidos, es el hogar del hotel Burj Al Arab, que tiene un helipuerto a más de 200 metros de altura donde André Agassi y Roger Federer jugaron un partido de tenis en marzo de 2005. La cancha de tenis en la azotea del hotel ofrece vistas espectaculares pero plantea el problema de que las pelotas perdidas son imposibles de recuperar debido a la gran altura.