Alberto era un niño que soñaba con inventar un cohete e ir al espacio para conocer estrellas y planetas. Como era muy pequeño, no podía hacerlo solo y necesitaba ayuda de un adulto. Con el tiempo, Alberto fue creciendo y desarrollando más ideas para su cohete, hasta que a los seis años pensó que ya estaba listo para construirlo. Pasó dos meses trabajando en secreto y finalmente creó un cohete funcional con el que pudo viajar al espacio y conocer muchas estrellas y nuevos planetas.