Un campesino le cuenta a un ginecólogo que él y su esposa quieren tener hijos pero no saben si es por su omnipotencia o la histeria de su esposa. Relata que su esposa tuvo una operación en la basílica balear y que a él lo operaron de la protesta, y que visitaron otros doctores que no pudieron ayudarlos. El ginecólogo concluye que el problema del campesino es su especulación atroz.