Tres estudiantes restauraron una pelota de rompecabezas quitando las piezas en orden: amarillo, morado, naranja, blanco y verde. Siguiendo este orden inverso, lograron reconstruir la pelota colocando primero la pieza rosa, luego verde, blanco, naranja, morado y finalmente amarillo. Concluyeron que el orden de las últimas 3 piezas era predeterminado, por lo que su hipótesis inicial no fue completamente correcta.