El documento describe las cuatro virtudes cardinales - prudencia, justicia, fortaleza y templanza - que son virtudes morales que pueden desarrollarse a través de la educación y el esfuerzo constante con la ayuda de la gracia divina. La prudencia implica discernir el bien en cada situación, la justicia significa dar a Dios y al prójimo lo que se les debe, la fortaleza asegura la firmeza en la práctica del bien a pesar de las dificultades, y la templanza modera los placeres sensibles y promue