La vivienda tutelada consiste en una casa organizada por los propios usuarios con discapacidad para enriquecerse a través de la convivencia en grupo y adquirir conocimientos que les permitan ser más autónomos. Su objetivo es lograr la independencia e integración social de las personas con discapacidad a través de incorporarlas en la vida de la comunidad cuando sus familias no pueden atenderlas.