1. Al norte de Italia, en la costa del mar Adriático, se encuentra una de las ciudades más peculiares, y atrevidas de
nuestro planeta. Tal ciudad de Venecia, referida por muchos como “la reina del Adriatico” y por otros como “la
serenísima”. Mas sin embargo, todos los que la han visitado encuentran que sólo se puede describir con una sola
palabra: Venecia.
Venecia (en italiano Venezia y en veneciano Venessia o Venesia) es una ciudad de Italia, capital de la región
de Véneto. Conocida como «la ciudad de los canales», está situada en el nordeste del país, sobre un conjunto de
islas que se extiende por una laguna pantanosa en el mar Adriático, entre las desembocaduras de los ríos Po (sur) y
Piave (norte). Cada año recibe más de 15 millones de visitantes. Desde 1987 forma parte de la herencia cultural de la
humanidad según decisión de la UNESCO.
Apenas más allá de la Piazza San Marco se esconde un mundo fascinante que
nada tiene que ver con la Venecia bellísima, romántica, única… pero tan
abarrotada de turistas. Ni bien dejas atrás las hordas guiadas por banderitas
de colores de los ‘tours’ que sólo merodean por los alrededores de la Piazza
San Marco, el mundo cambia. Desde la plaza, puedes caminar hacia
cualquiera de los cuatro puntos cardinales; a mí me fascina ir hacia el norte y
el este. Entonces te pierdes en la ‘vera Venezia’, una ciudad increíblemente
cálida habitada por gente que ha nacido allí, que trabaja allí, y que –tal vez-
sólo conoce Venecia. La colada tendida a través de las calles, pasadizos que
se cierran contra las puertas imponentes de un ‘palazzo’ en decadencia,
mercados populares, bares y ‘ristoranti’ cuyos habitués son venecianos de
pura cepa, y un sabor íntimo, como de pueblo lejano, te muestran que la
mágica ciudad de los canales tiene un corazón que late día a día, está viva, y
guarda innumerables secretos.