La evidencia SENA es un conjunto de datos que muestran que la actividad en la corteza sensorial primaria (S1) puede ser modulada por la experiencia. Los estudios con animales han demostrado que la estimulación repetida de una parte del cuerpo puede cambiar la representación de esa área en S1. Esto sugiere que la experiencia sensorial puede alterar la organización funcional del cerebro.