2. Bobby, Edimburgo
• Bobby era el terrier de un policía de la
ciudad de Edimburgo llamado John
Gray. Ambos estaban siempre juntos y
ya era famosa en la zona la cantidad de
trucos que Bobby sabía realizar.
Desafortunadamente, un 15 de Febrero
de 1858, Gray muere de una
tuberculosis repentina. Durante el
funeral Bobby permanecería siempre
presente, y seguiría al cortejo hasta el
cementerio de Greyfriars Kirkyard.
Lugar donde descansarían los restos de
John y donde además, en un acto de
fidelidad extrema, Bobby pasaría el
resto de los 14 años que le quedaban
de vida montando guardia sobre la
tumba de su fallecido amo.
3. Collie, Argentina
• Collie es un perro que no
se dejaba acariciar por
nadie, llego al
cementerio la Piedad
hace cinco años el dia
que enterraron a su
dueño, y jamas se alejo
de la tumb. Lo
quisiseron sacar varias
veces pero fue
imposible.
4. HACHIKO, Tokio
• Hachiko era perro de un
profesor de música, ellos
dos se acostumbraron a una
rutina de que hachiko
esperaba a su amo todos los
dias en la estación de
trenes, un dia el profesor le
dio un paro cardiaco y nunca
mas volvio, mientras hachiko
un perro fiel los espero
durante 9 años en la
estación de trenes hasta que
murio de hambre y frio. Pero
logro volver a su amo en la
otra vida.
5. Canelo, cadiz
• “Canelo” era el perro de un
hombre que vivía en Cádiz a
finales de los 80.Seguía a su
dueño a todas partes y en todo
momento. Este hombre
anónimo vivía solo, por lo que
el buen perro era su más leal
amigo y único compañero.Cada
mañana se los podía ver
caminando juntos por las calles
de la ciudad cuando el buen
hombre sacaba a pasear a su
amigo.Una vez a la semana uno
de esos paseos eran hacía el
Hospital Puerta de Mar, ya que
debido a complicaciones
renales el hombre se sometía a
tratamientos de diálisis.
Obviamente, como en un hospital no pueden
entrar animales, él siempre dejaba a Canelo
esperándolo en la puerta del mismo.
Cierto día el hombre sufrió una complicación
en medio de su tratamiento, los médicos no
pudieron superarla y éste falleció en el
hospital. Mientras tanto “Canelo” como
siempre, seguía esperando la salida de su
dueño tumbado junto a la puerta del centro
de salud. Pero su dueño nunca salió.
6. Gaucho.
Durazno, Uruguay.
• Su dueño lo llamó “Gaucho”, ambos vivían en la
localidad de Villa del Carmen, y fueron muy unidos.
Un día el amo se enferma y debe ser trasladado a
Durazno para ser internado en el Hospital Dr. Emilio
Penza de una enfermedad grave. Fue entonces que
el Gaucho quedó solo y se largó a caminar por el
camino que recorrió su dueño. Cruzó humedales y
arroyos, recorrió mas de 50 kilómetros de distancia
hasta que llegó al lugar donde se encontraba su
dueño internado, allí se quedó acompañándolo sin
alejarse del lugar, porque él era su amigo de la vida.
Los vecinos y personal del hospital lograron
conocerlo por su inseparable presencia y su gesto de
nobleza. Cuando el amo fallece, en la sala se
escucha al Gaucho llorar con remordimiento al igual
que días atrás cuando su dueño se quejaba de algún
dolor que sufriera. Aquel perro de pelo casi oscuro y
de ojos tristes lo acompañó durante su velatorio y
hasta el lugar donde recibiría sepultura.