1. ALÍ BABÁ Y LOS 40 LADRONES
Alíbabá era honesto y humilde; tenía una buena mujer: Luz de la noche. Su hermano Kassim era
deshonesto y malvado.
Un día que estaba en el bosque oyó un ruido atronador.
Asustado trepó a un árbol, viendo 40 jinetes cabalgando, cada uno con una bolsa llena de oro.
¡Eran ladrones! Y al llegar frente a una gran roca, el jefe gritó: “¡Ábrete sésamo!”. Se oyó un
trueno y la roca se abrió como por encanto. ¡Increíble!
Los ladrones entraron y ya dentro, el jefe gritó: “¡Ciérrate sésamo!”. Y la roca se cerró. Era su
guarida. Al rato salieron, la roca se cerró y los ladrones se alejaron a todo galope. Alí 8abá bajó
del árbol y, frente a la roca, gritó: “¡Ábrete sésamo!”, Y se abrió. Raudo entró, hallando un
fabuloso tesoro. “¡Ciérrate sésamo!”Dijo, recogiendo una gran cantidad de monedas y rubíes;
asegurando su vida por mucho tiempo. Ya en casa su mujer saltó de alegría, acordando guardar
el peligroso secreto. Iban a pesar el oro, teniendo la mala idea de pedir la balanza a Kassim. La
mujer de éste sospechó y se lo dijo a su marido, quien obligó a Alí 8abá a contárselo todo.
Kassim corrió a la cueva y, luego de gritar los «sésamos» ingresó a ella, estando muchas horas
recolectando su propio tesoro. Pero, al querer salir, olvidó las palabras mágicas; siendo
sorprendido por los ladrones, que no dudaron en matarlo. Alí Babá lloró al ver a Kassim muerto.
Lo llevó al pueblo para sepultarlo, pagándole al enterrador para que no dijera nada. Al volver,
los ladrones repararon que el cadáver ya no estaba, por lo que decidieron buscar a Alí Babá.
Uno de ellos amenazó al enterrador, quien prometió llevarlo a la casa de este. Para ubicar el
lugar marcó la puerta con ceniza. Pero Luz de la noche, que lo había visto, pintó todas las casas
del vecindario.
Burlado, el jefe montó en cólera, matando al torpe ladrón. El mismo jefe halló la casa y trazó su
plan. Entraría como falso vendedor de aceite, con 38 tinajas: allí irían sus ladrones.
La noche fijada llegó a casa de Alí Babá pidiendo posada. Alí aceptó. Cuando todos dormían
Luz de la noche despertó: - Necesito aceite para tres lámparas, -pensó- veré en las tinajas.
Tomó un pesado cucharón, abrió la primera tinaja y un ladrón asomó. Ella le dio un
cucharonazo. Así pasó con los otros. Furiosa despertó al jefe, a quien también le hizo lo mismo.
Alí Babá llegó asustado. Se había salvado gracias a Luz de la noche. A partir de entonces,
fueron felices toda la vida. Fin