El documento explora si un artista en particular era un genio o un loco, y argumenta que dejará de soñar el día que deje de ser creativo o imaginativo. Invita al lector a sumergirse en la locura de los artistas y olvidar las reglas establecidas para explorar lo imposible y surrealista.
47. Déjame por un instante, sumergirme en la
locura de los artistas. Olvidar las reglas
que impone el hombre para no transgredir
todo aquello que conocemos. No le temo a
la aventura de vivir en un mundo
surrealista porque mi espíritu, no conoce
otra verdad que la que me eleva hasta las
fronteras de lo imposible. El día que deje
de soñar, mándame flores blancas…
Fin