La pesca causa un gran sufrimiento a los peces y otros animales. Los peces atrapados por los anzuelos sufren heridas dolorosas y muchos mueren debido a las infecciones o no pueden alimentarse. La pesca deportiva también es cruel porque los peces son forzados a salir del agua y son golpeados o devueltos con heridas. Otros animales como lombrices y peces pequeños son utilizados como cebo y sufren una muerte lenta y dolorosa al ser devorados vivos. La pesca de tiburones también
1. LA PESCA
Muchas veces se tiene una idea equivocada de lo que es la pesca, ya que idolatramos a las
personas que realizan esta actividad, al relacionarles con determinadas formas de vida rural y
tranquila. Pero lo cierto es que la "pesca deportiva", al igual que los demás tipos de pesca,
tiene poco de idílica para los peces que son víctimas de ella. Los peces atrapados por los
anzuelos, mueren asfixiados al poco tiempo de salir de su medio. Devolverles al agua tras
haber sido raptados, no evitará el daño ya provocado, ya que muchos mueren debido a las
consecuencias de las heridas producidas en la boca por los anzuelos, heridas que impiden que
puedan comer con normalidad.
Los cuerpos de los peces están recubiertos de una sustancia gelatinosa que les permite
desplazarse en el agua a mayor velocidad y les sirve de protección ante bacterias y parásitos.
Al ser raptados de su medio y toqueteados por el ser humano, esa protección desaparece,
facilitando así que posteriormente sean víctimas de infecciones., hongos, parásitos….
La pesca se trata de lanzar al agua un anzuelo o potera (anzuelo de 3 puntas destinado a peces
grandes como los lucios) oculto entre cualquier tipo de cebo (cebos vivos, figuras que simulan
moscas, cucharillas brillantes….) engañando a los peces, haciéndoles creer que es comida
cuando en realidad se trata de una trampa mortal. Este anzuelo se clava en sus sensibles
bocas, y mientras forcejean para zafarse de esta trampa que les está destrozando, el/la
pescadorx tira fuerte hacia la superficie, desgarrando sus bocas con cada tirón y frustrando
todo intento de liberación.
Una vez fuera del agua, completamente exhaustos, y doloridos, sus vidas dependen de las
intenciones de el/la pescadorx. Son golpeados con piedras en la cabeza o atravesados con
cuchillos, para así acabar con sus vidas y “evitar más sufrimiento”, otras veces el/la pescadorx
decide llevárselos a casa para comérselos, disecarlos, etc....lo que genera en los individuos una
sufrida asfixia, ya que son metidos en cubos sin agua.
Si el/la pescadorx decide devolverles al agua, los peces tiene que soportar el dolor de que les
quiten el anzuelo abriéndoles la boca a la fuerza. Un anzuelo que se clava, no puede quitarse
tirando hacia atrás (en el mismo sentido en el que entró), ya que está diseñado para entrar,
pero no para salir, con lo cual, para quitar un anzuelo causando el menor daño posible, el/la
pescadorx debería cortar la punta de éste con un alicate, y una vez quitada, se saca tirando
hacia fuera. Pero nunca se les retira de esta manera, generalmente, se les da un tirón
desgarrando todo lo que el anzuelo encuentra a su paso. Aparte del dolor, el momento de la
retirada del anzuelo es sumamente traumático para los peces, asfixiándose fuera del agua,
emplean sus últimas fuerzas para intentar liberarse del individuo que está oprimiendo con una
mano sus cuerpos y con la otra está retirando bruscamente el anzuelo con ayuda de unos
alicates. Obviamente, el/la pescadorx usará diferentes técnicas dependiendo el tamaño del
pez, conocimientos que tenga…
El/la pescadorx se marcha, olvida todo lo que ha pasado, quedando su conciencia tranquila por
haber devuelto varios peces al agua, pero para los peces sus vidas han dado un cambio radical,
las heridas pueden infectarse provocándoles en ocasiones la muerte, otras veces el dolor de
las heridas de sus bocas (infectadas o no) les impiden comer, muriendo de inanición. También
son presa del ataque de bacterias, hongos y parásitos, que aprovechan la bajada de defensas
2. en su piel (provocada por el contacto con las manos humanas y el suelo) para instalarse y
desarrollar su actividad hasta matarles. Estas debilitaciones les hacen presa fácil para otros
peces de mayor tamaño, quedando totalmente expuestos a los ataques sin poder reaccionar
con agilidad.
En la pesca los peces no son los únicos que sufren
Lombrices: son criadas en recipientes tipo “tupper” llenos de tierra y con agujeros en la tapa
para que no falte oxígeno. Son vendidas a lxs pescadorxs a modo de cebo. Atraviesan a la
lombriz (longitudinalmente) con el anzuelo, quedando éste completamente cubierto por el
cuerpo agonizante de la lombriz, seguidamente se lanza al agua y allí, espera su muerte
cuando sea devorada por algún pez. En muchas ocasiones su final no es tan inmediato, la
espera sumergida suele ser de horas, y en ese tiempo muchos peces pequeños se acercan a
mordisquear a la lombriz (atraídos por el olor de sus heridas), siendo devorada viva sin poder
ni siquiera moverse.
Peces pequeños y crustáceos: los pescan con el único propósito de servir de cebo, raptados de
su medio natural son mantenidxs en cubos de agua con una válvula de oxigeno para evitar la
asfixia, hasta que llega el momento de consumar su tortura. Son clavados en un anzuelo
atravesándoles justo debajo de la columna, y lanzados al agua. Sin tener ni una sola
oportunidad de huir, sufriendo el dolor del anzuelo clavado, quedan a la espera de que algún
pez más grande les devore.
En muchas ocasiones lxs pescadorxs prefieren comprar peces en cualquier acuario
aprovechando el bajo precio que el/la comerciante pone a las vidas de estos individuos.
Tiburones
La lista de especies amenazadas crece día a día, y por desgracia, los tiburones oceánicos están
en ella debido a que son asesinados indiscriminadamente por diferentes fines e intereses.
La creencia errónea que la sopa de aleta de tiburón atribuye poderes afrodisíacos o curativos
ha sido una de las principales causas del florecimiento de la cruel y muy difundida práctica del
“aleteo o shark finning”, que obliga a los desafortunados tiburones que son capturadxs, a sufrir
una espantosa y lenta agonía mientras les llega la muerte. En esta espantosa práctica, se usan
sedales de varios metros con anzuelos repartidos por toda su extensión. A diferencia de la
pesca deportiva, el “aleteo” no saca a la presa nada más morder el anzuelo, sino que dejan el
sedal extendido hasta que varios individuos hayan mordido el anzuelo, sacando así más
tiburones de una vez.
Veamos detalladamente esta tortura:
Un anzuelo de grandes dimensiones oculto entre un cebo (animales no humanos vivos y/o
muertos) se clava en la boca del tiburón, éste al verse atrapado, lucha con todas sus fuerzas
por intentar liberarse, provocando graves desgarros en su boca. Tras una interminable espera,
el/la pescadorx saca el sedal, arrastrando a todos los individuos atrapados, completamente
exhaustos, doloridos, y en ocasiones, muertos, para subirlos a bordo, donde les mutilan las
aletas con hachas o cuchillos para finalmente arrojarles al mar mientras se desangran por sus
múltiples heridas.
3. Otra aberrante manera de asesinar tiburones:
Pesca Deportiva
Esta modalidad de pesca se convierte en un reclamo turístico para muchas zonas costeras
(Galicia, Canarias, en varios países de Sudamérica, en Australia....). Ofrecen al turista un viaje
en barco por las rutas de los tiburones, facilitando todo el material necesario para la pesca de
estos. Esta pesca puede ser:
1) Con caña: se colocan cebos de manera que el anzuelo queda oculto entre la carnaza siendo
imperceptible para los tiburones. Estos al morder el cebo, se clavan el anzuelo en la boca,
generándoles dolor, y sumiéndoles en el pánico de verse atrapados. Por muchos esfuerzos que
realicen, se ven arrastrados a la superficie inevitablemente, y aprovechando el estado de
agotamiento que esto les genera, son sacados del agua dejando que se asfixien tirados sobre el
suelo de la cubierta, o bien, les clavan un cuchillo en la parte trasera de la cabeza para
“ahorrarle el sufrimiento de la asfixia”.
Y todo esto para poder sacarse una foto con el cadáver de su víctima asesinada, o para poder
tener unas mandíbulas de tiburón colgadas en casa.
En este tipo de pesca la crueldad no sólo se vuelca sobre los tiburones, en ocasiones son
utilizados cebos vivos como:
*Perrxs y Gatxs: en la costa Este de Madagascar, concretamente en la isla Reunión, hay
pescadorxs que tratan de capturar tiburones utilizando perrxs y gatxs como cebos. Cogen a
perrxs y gatxs callejerxs y les inmovilizan las patas con alambre, a continuación les clavan
anzuelos por el cuerpo y les arrojan al mar con un extremo de los sedales atado a una madera
flotante. Les dejan de noche en el agua a la espera de que algún tiburón se acerque atraído por
la sangre y pique en el anzuelo, quedando así enganchado hasta que al día siguiente vaya el/la
pescadorx a por él.
*Peces: de pequeña y mediana talla, los mantienen en un cubo con agua aireada hasta que les
llega el momento, entonces se les clavan anzuelos con sedales por sus cuerpos, y les arrojan al
mar hasta que algún tiburón se lo coma, quedando éste atrapado por los anzuelos.
2) Submarinismo: equipadxs con trajes especiales para submarinismo, bombonas de oxigeno,
un arpón y varas metálicas que sueltan descargas eléctricas, estxs asesinxs rastrean los fondos
marinos en busca de tiburones. Sueltan carne para llamar su atención y una vez que alguno se
acerca a comer, le atraviesan con el arpón. El tiro casi nunca suele ser certero, causando una
muerte lenta y agónica al tiburón. Si estxs submarinistas caen víctimas del miedo, usan las
varas eléctricas contra los tiburones, según ellxs a modo de autodefensa. Dependiendo de la
intensidad y tiempo aplicado la descarga eléctrica, los efectos pueden variar desde una huida
del tiburón víctima de la confusión por el espasmo, sufrir estados de inconsciencia y espasmos
provocados por la electricidad que cruza su cuerpo, hasta morir de un paro cardiaco.
Si finalmente los tiburones se extinguiesen, se rompería completamente el equilibrio del
ecosistema marino, que sin su mayor depredador, proliferarían las demás especies marinas
dando paso a la superpoblación y esto generaría un déficit de comida progresivo hasta
terminar con toda fuente alimenticia (plantas, moluscos, pequeños peces, plancton…) siendo
el final para la fauna marina.