El documento se opone firmemente a la violencia, describiéndola como un animal incontrolable que suele destruir a su amo, no una fuerza sino el abuso de la fuerza y el único recurso del incompetente. Argumenta que la educación es la única vacuna contra la violencia y que no se puede admitir la violencia incluso cuando se usa contra la violencia. Concluye repetidamente diciendo "¡Basta! ¡No a la violencia!".