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LA REGIÓN CHALA O COSTA
1) CONCEPTO: Es una tesis del geógrafo peruano Javier Pulgar Vidal, en la cual
dicho autor busca hacer una división sistemática del Perú en regiones naturales
de acuerdo a pisos altitudinales, flora y fauna.
En el pasado, esta región recibió los nombres de CHALA,CHALLA,TCHALLA,LLANOS Y
COSTA. Actualmente se le designa preferentemente con el nombre de Costa.
La palabra CHALA, en Runa-Shimi, es el nombre que reciben las plantas de
maíz; en Aymara corresponde a la idea de “monton” de nuves; en Cauqui
significa “tierra reseca y arenosa” y “lugar poco poblado”.
Si nos sujetamos al rigor de los hechos geográficos, parece evidente que el
nombre CHALA se precisa designar los lugares que suelen estar mas cubiertos
por la niebla y , por generalización, al manto de niebla y también a toda la
costa, región que desde el limite con Chile hasta muy cerca del limite con el
ecuador suele estar cubierto por un manto de niebla, continuo en el sur y algo
discontinuo y mas disperso según se acerque al extremo norte ralo. Así, CHALA
es la región de las NIEBLAS. Por otro lado CHALLANI es sinónimo de garua o
lluvia fina.
También se utiliza CHALA y su metátesis LACHA , variante LANCHAY,para
referirse a un lugar cubiero por niebla; así como PACAR (CARPA-CARPISH Y
CARPAPATA),indica lugares ocultos por un manto de niebla, cerca o lejos del
mar.
La forma actual de la voz CHALA tuvo su correlativo CHALLA, hasta dar origen a
las palabras "challan" y "tallán", gentilicios que emplearon los conquistadores
españoles para identificar a los primeros habitantes que encontraron en la
costa norte.
CHALA dio origen al gentilicio "chalaco" (habitantes del Puerto del Callao y de
Sechura), así como para calificar a todo cuanto de la costa procede.
La palabra CHALA se emplea también, como peruanismo muy difundido, para
designar al maíz sembrado al voleo o a chorro;en Runa Shimi, "Challa" significa
también "paja de maíz".
Se emplea el topónimo CHALA en lugares muy aleja dos de la ribera marina,
guardan relación con cerros, cumbres, abras, etc. que, por su orientación en
relación con los vientos dominantes, suelen aparecer cubiertos por nubes
durante gran parte del año.
2)CARACTERÍSTICAS:
2.1.-UBICACIÓN
La región CHALA o COSTA se extiende desde la orilla del mar, a cero metros,
tierra adentro hasta donde la pendiente alcanza los 500 metros de altura s. n. m.
Se ha fijado los 500 metros de altitud como límite superior de la región CHALA, en
atención a que el manto de nubes que la cubre produce efecto de toldo, casi continuo,
hasta dicha elevación y que a mayor altura, a causa de la inversión térmica, cesa su
influencia y empieza a despejarse la atmosfera.
La altitud fijada en 500 metros está sujeta a leves cambios, de acuerdo con los
distintos valles.
Por razones de presiones atmosféricas, de surgencia de aguas marinas profundas y de
la forma del relieve, en algunos sitios de la costa con cerros altos próximos al mar,
existen regiones llamadas "Lomas", donde las nieblas son muy intensas y producen
efectos de toldo aún más arriba de los 500 metros de altitud.
En el norte del país, durante gran parte del invierno, las nubes no forman un manto
continuo o bien se esfuman en las primeras horas de la mañana. Durante el resto del
año, aparecen en mantos de mediana extensión que van pasando tierra adentro, unos
tras otros, procedentes del Océano y al impulso de la brisa marina.
2.2.-RELIEVE
La Región CHALA o COSTA se extiende de sur a norte, a lo largo del Pacífico, con una
inclinación variable que la hace subir desde cero metros hasta más o menos 500
metros sobre el nivel del mar, altitud hasta la cual, como queda dicho, ejercen
influencia las nieblas procedentes del océano.
El relieve es muy complejo, en unos sectores predominan los cerros aislados o la
Cadena Costanera; en otros, tienen significación las colinas y las llanuras.
El borde de la costa que linda con el mar es generalmente recto, sin entrantes ni
salientes muy acentuadas y con muy pocos puertos naturales.
La cadena Costanera y los cerros de la costa son, por lo general, de baja altitud; la
mayor parte no sobrepasa los 500 metros. Sólo excepcionalmente se elevan por
encima de los mil metros. En otros lugares y a causa de largos procesos de erosión,
aparecen sistemas de colinas bajas.
Debido a sucesivas elevaciones y hundimientos del territorio y a las transgresiones del
mar, hay llanuras bajas que parten de la ribera marina y suben con pendientes unas
veces casi imperceptible y otras con inclinaciones más acentuadas, convirtiéndose en
algunos sitios en tablazos y pampas elevadas; y, en no pocos casos, desaparecen las
llanuras para dar lugar a escarpas que caen casi perpendicularmente sobre el mar.
Algunas pampas están cubiertas de arenas antiguas o de las que los ríos llevan
actualmente al mar. Este las transporta de sur a norte, por acción de la Corriente
Peruana; una vez que las olas las arrojan a la orilla, son desecadas por el sol ; luego, ya
con menor peso, son arrastradas y transportadas por el viento, dando origen a los
arenales, tanto sobre las llanuras, cuanto sobre los cerros más próximos, muchos de
los cuales quedan totalmente cubiertos.
Las arenas así llevadas por el viento, forman dunas y médanos: las primeras adoptan
varias formas, en cuanto a los médanos, es el nombre con el cual se designa, en el
Perú, a los grandes cerros cubiertos íntegramente por las arenas, como el Médano
de Pacasmayo, al norte de Ancón, en el Departamento de Lima.
Analizando el pensamiento de los observadores más conspicuos y recientes de nuestra
costa en relación con el relieve y la hidrografía, podríamos considerar, conforme al
pensamiento de Augusto WEBERBAUER, cinco sectores o partes que, de sur a norte, son los
siguientes: 1) Desde la frontera con Chile hasta Pisco; 2) Desde Pisco hasta Trujillo; 3) Desde
Trujillo hasta Punta Pariñas; 4) Desde Punta Pariñas hasta Tumbes; 5) Desde Tumbes hasta
Zarumilla.
Erwin SCHWE1GGER otorga principalía a los paisajes que ofrece la costa a quien la observa
navegando paralelamente a ella. La divide en tres zonas: Norte, Centro y Sur; y considera esta
última subdividida en dos subzonas. La Zona Norte comprende desde la frontera con el
Ecuador hasta Punta Aguja; la Zona Centro abarca desde Punta Aguja hasta la Isla Sangallán; y la
Zona Sur va desde la Isla Sangallán hasta la frontera con Chile.
Unificando y completando el pensamiento de los profesores antes citados con nuestras
propias observaciones, podemos establecer que:
1.- En el Primer Sector, comprendido entre la frontera con Chile y la Isla de Sangallán, la costa
es baja desde la frontera hasta el río Caplina.. Luego se presenta, en forma casi continua, la
Cadena Costanera, con cerros de poca elevación que llegan muy cerca del mar o hasta la misma
orilla, dando origen a estrechas fajas más o menos planas, a acantilados muy escarpados y a
llanuras que aparecen al este de la Cadena; estas llanuras, en unos "pocos casos, tienen una
altitud inferior a los 500 metros, pero generalmente los sobrepasan.
El primer tramo de la Cadena Costanera, que va desde el Río Caplina hasta el Río Sama, se
denomina Sierra Morena: al este de la Sierra Morena se extienden tierras planas a 200 metros
de altitud. Del Río Sama al Río Tambo sigue la Cadena Costanera pero con mayor altitud y cortada
por los Ríos Locumba y Moquegua a través de estrechos valles. Prosigue hacia el norte y, al ser
cortada por los Ríos Tambo y Majes, deja amplios valles que llegan al mar. Entre las bocas de los
Ríos Majes y Chaparra, las pampas son sustituidas por tierras onduladas. Desde el Río Chaparra al
Río Yauca, algunas crestas de la Cadena de los Andes llegan hasta el mar, así como algunos
cerros de la Cadena Costanera. De las Lomas de Atiquipa bajan arroyos efímeros en los meses
de inviernos lluviosos. Desde el Río Yauca hasta más al norte del Puerto de Lomas, se extiende
una costa baja, llana, interrumpida por médanos. Cerca de la Bahía de San Nicolás reaparece la
Cadena Costanera, formando mesetas de superficies onduladas, inclinadas hacia el este y escar-
padas en el lado marino. En este tramo se levanta el gran Cerro Tunga o Monte Criterión.
Prosigue la Cadena Costanera con el nombre de Mesa de Doña María Francisca; de ella se
desprenden dos penínsulas que forman la Bahía de la Independencia. Concluye la Cadena Cos-
tanera en la Península de Paracas y en la Isla de Sangallán. En este tramo llegan al mar las aguas
del Río Grande. Las del Río Ica se pierden en los arenales de la costa, pérdida compensada
parcialmente por la existencia de una regular napa freática que alimenta lagunas minero-
medicinales como la de Huacachina. y permite la apertura de pozos para extraer aguas
subterráneas.
Para terminar, debemos indicar que este sector de la costa carece de islas marinas, salvo las
pequeñas islas de Santa Rosa, La Independencia y Sangalíán.
Sehweigger considera que la subzona entre la frontera con Chile y Ático es una zona de
hundimiento, tal como lo revelan la pequeña longitud de algunos ríos y la prosecución
submarina de los cauces inferiores antiguos de los Ríos Ocoña. Vítor y Tambo. La subzona de
Ático a Paracas es principalmente de levantamiento, con un mar muy profundo.
2. El Segundo Sector se extiende desde la Isla de Sangallán hasta Salaverry. Al norte de Paracas
desaparece la Cadena Costanera y la costa se torna llana y baja hasta la Pampa de El Imperial, en
cuyo extremo septentrional aparecen los Cerros de Quilmaná, que llegan hasta el mar. Desde este
punto hasta el Puerto de Salaverry, los tramos llanos de la costa son de reducida extensión, debido
a que los contrafuertes de la Cadena de los Andes avanzan hasta el océano. En la cuenca del Río
Pisco el ancho de la costa supera a los 70 kilómetros, pero se estrecha hacia el norte. El borde
externo de la costa es llano entre Pisco y Chincha; de allí hasta Lima es ora plano ora escarpado.
Las cuencas de los Ríos Asia, Lurín, Rímac, Chillón y Chancay, presentan cerros casi Insta el mar.
El valle seco de Chilca tiene una pequeña área agrícola y una laguna medicinal, abastecidas
ambas por aguas subterráneas.
Entre Pucusana y Punta Negra, los cerros llegan al mar y forman pequeñas playas protegidas
y amplios acantilados y boquerones. Desde ahí a Lima, la costa es desértica, llana o alta; ha sido
ocupada recientemente por balnearios', algunos de los cuales han obtenido agua subterránea. El
desierto de Conchán y el médano de Lomo de Corvina se encuentran en proceso de ocupación
económica, pues las amplias playas de arena ofrecen balnearios a la ciudad de Lima y permiten el
establecimiento de centros de recreación, debido a la importante napa freática de agua dulce que
poseen.
La ciudad de Lima está rodeada por cerros de mediana altitud: al sur. el cerro aislado conocido
como Morro Solar; al oriente, los cerros de El Agustino, San Cristóbal y San Gerónimo; y al
norte, una serie de cerros, especie de cadena que va hasta Ancón y que se conoce como los
Cerros Chillón o Challan, entre cuyas entrantes y salientes se han instalado balnearios como
Ventanilla, Santa Rosa, Playa Hermosa y Ancón. Después de la llanura desértica de Ancón,
irrumpe en la costa el médano de Pasamayo, con paredes de gran inclinación que suben más
arriba de los 300 metros, sin dejar playas. Por sus escarpas se ha construido una carretera que
ofrece el grave inconveniente de ser invadida por las arenas durante las horas de mayor viento y
con ocasión de temblores.
Al norte del Río Chancay encontramos cerros elevados que se acercan al mar en Lachay y en
Punta Salinas, detrás de la cual se inicia la Playa Chica situada al sur de Huacho. Al sur de las
Lomas de Lachay hay una quebrada seca que, a través del Portachuelo del Ahorcado está reci-
biendo las aguas filtradas de la Irrigación de Santa Rosa. Así también, al norte de Huaura y
Végueta, ha aparecido la llamada Laguna de los Vinos, resultante de una mezcla de aguas marinas
Ha marina de San
Lorenzo, frente al Callao.
Antaño fue guanera. El
océano va erosionando
lentamente sus riberas,
horadando y arrancan do
peñascos.
y dulces, procedentes de las irrigaciones efectuadas últimamente en la parte superior de la
Pampa del Medio Mundo.
Prosigue la costa con playas de regular amplitud, atravesada por los Ríos Supe, Pativilca y
Fortaleza; entre este último y el Río Santa, los cerros llegan hasta el mar. Ahí está el Cerro de
Colorado Chico y otros que por su mayor elevación han sido aprovechados para colocar las
instalaciones destinadas a telecomunicaciones. Estos cerros permiten la formación de puertos
naturales en las amplias bahías a que dan origen, como las de Samanco y Chimbote. Al norte del
Río Santa hay una variación en el relieve, pues la costa es menos sinuosa pero más desértica, con
cerros y pampas como las de Chao y Virú, que podrían ser irrigadas con aguas del Río Santa.
3.- El Tercer Sector se extiende desde el Puerto de Salaverry hasta la Punta Pariñas. Al norte de
Trujillo se encuentra el Cerro Campana. A continuación se inicia la gran planicie costanera del
norte, cuyo ancho varía mucho y alcanza su máxima dimensión en el Desierto de Sechura y el
Despoblado de Olmos. Debido al inmenso arenal, la mayor parte de los ríos se extinguen sin
ingresar al mar. En los valles bien irrigados, como son los de Chicama, Jequetepeque, Saña,
Chancay, La Leche, Piura y Chira, se aprovecha al máximo, para fines agrícolas, las llanuras
aluviales que constituyen el fondo de los valles bajos próximos al mar. La Irrigación de Olmos
tiene por objeto derivar las aguas del río Huancabamba a la cuenca del río Olmos en la Hoya del
Pacífico. Es un antiguo proyecto del gobierno del presidente Leguía, actualizado varias veces.
El primer proyectista fue el ingeniero norteamericano Sutton; actualmente, está asesorado por
técnicos soviéticos. Se espera irrigar 128,000 hectáreas de tierras nuevas, generar hasta
660,000 kilovatios de fluido eléctrico y asentar 70,000 personas. Las obras incluyen un túnel
de 20 kilómetros de largo, a través de la Cadena Occidental de los Andes; y otro túnel piloto de
12 kilómetros. Tiene un factor geográfico en contra; el régimen muy irregular del río
Huancabamba. Muchas veces se ha recomendado la arborización de toda la cuenca superior de
dicho río, a fin de aumentar la captación de aguas y regularizar el curso de las mismas; pero,
hasta la fecha, no se ha iniciado esta obra correctora.
En el grado 6 de LS se encuentra la península formada por el Cerro de Illescas, cuyo punto
más alto tiene 517 metros; al norte hay otra península formada por la Silla de Paita; y entre
ambas integran la Bahía de Sechura, que es un gran puerto natural. Al norte de la segunda
península está situado el Puerto de Paita.
El llamado Desierto de Sechura se extiende entre Mórrope por el sur y el Río Piura por el norte.
Esta inmensa llanura tiene muy escasa inclinación, a tal punto que desde el mar hasta Tambo
Grande hay 80 kilómetros de distancia con sólo 75 metros de desnivel. En este Desierto de
Sechura hay numerosos ríos secos que en los años lluviosos, que se presentan cuando la
Corriente del Niño desciende más que de ordinario, suelen llevar agua proveniente de las lluvias; pero
debido al inmenso arenal, las aguas se pierden sin llegar al mar. En algunos sitios reaparecen, formando
lagunas, algunas mas o me«es estables como las de Napique y Ramón y otras efímeras.
El reservorio de Tinajones, en el departamento de
Lambayeque almacena 320 millones de m^ de agua
destinadas a regularizar los riegos en dicha región.
desciende más que de ordinario, suelen llevar agua proveniente de las lluvias; pero debido al
inmenso arenal, las aguas se pierden sin llegar al mar. En algunos sitios reaparecen, formando
lagunas, algunas mas o me«es estables como las de Napique y Ramón y otras efímeras.
Al norte de Paita, la costa se eleva hasta una altitud aproximada de 80 metros y forma la
pampa que se conoce con el nombre de Tablazo de Paita. Por el Tablazo discurre el Río Chira,
de aguas abundantes y permanentes que sirven exiguas tierras agrícolas; para aprovechar
estas aguas se han desviado las del Quiroz, afluente del Chira, hacia el Shipillico que pertenece
a la cuenca del Río Piura, almacenándolas en la Represa de Los Cocos que permite irrigar las
tierras de San Lorenzo, con una extensión total de más de cuarenta mil hectáreas nuevas,
además de haberse asegurado el riego normal del valle viejo del Río Piura. Recientemente
se ha construido la presa de Poechos, en el curso del río Chira, para almacenar mil millones de
metros cúbicos de agua destinada a irrigar amplias áreas en los valles de los ríos Chira y Piura, que
ofrecen la singular ventaja de encontrarse próximos a los yacimientos de fosfatos de Bayóvar.
4.- El Cuarto Sector se extiende desde la Punta Pariñas hasta las Colinas de Zorritos. La costa es
alta, formada por tablazos de pendientes generalmente escarpadas, a cuyo píe se halla
directamente el océano o una estrecha faja litoral. El límite interior del tablazo corre a lo largo
de los Cerros de Amotape, de donde bajan numerosas quebradas que llevan algo de agua en
las épocas de lluvia, aunque en cantidades insuficientes para fines agrícolas. Al norte de Máncora
se observan grandes extensiones cubiertas por suaves colinas que van hasta el norte de
Zorritos.
Una de las más trascendentales tareas que cumple el chalaco actual es
irrigar los desiertos de la chala o costa. A veces vuelve a emplear canales,
como este del Taymi, abierto en tiempos prehistóricos.
5.- El Quinto Sector se extiende desde el límite de las Colinas de Zorritos hasta la frontera
con el Ecuador. Inmediatamente al norte de las Colinas de Zorritos se inicia la cuenca del Río
Tumbes y desde allí hasta la frontera, nos encontramos dentro del Golfo de Guayaquil, por lo
cual este sector de la costa es muy diferente de los otros que hemos estudiado y que se
caracterizan por su aridez. Aquí, la costa está formada por una llanura aluvial que toca con las
Colinas de Zorritos y con los Cerros de Amotape, de los cuales forma parte. En este sector corren
los ríos Tumbes y Zarumilla que desembocan en el mar formando importantes deltas, esteros e
islas cubiertas de manglares. El Tumbes tiene aguas permanentes; como nace en el Ecuador, se
están ultimando trabajos internacionales, en armonía con este país, para irrigar amplias áreas en
sus dos márgenes; es también el único río navegable de la Vertiente del Pacífico (el Chira lo es
sólo en algunos trechos). El río Zarumilla es de aguas escasas, que suelen secarse en años poco
lluviosos.
IV- EL CLIMA DELACHALA
El clima de la Región Chala o Costa ofrece singularidades únicas en el mundo. Por su
localización en el trópico, debería tener entre 1300 y 1500 milímetros de precipitación anual;
pero resulta que en el 98% de su superficie, la lluvia fluctúa entre 0 y 50 milímetros
(excepcionalmente 250 mm. en algunas de las lomas más arborizadas). La atmósfera, desde Mayo
a Diciembre, especialmente en el sector central de la Chala, está cargada de nubes del tipo
estrato que amenazan con grandes lluvias; pero nunca se presenta el anunciado aguacero, salvo
una débil llovizna llamada garúa o challani, que moles-la más de lo que humedece.
En algunos de los desiertos de rocas, arena y cascajo que cubren las colinas altas dé la
costa o chala próximos al mar, en donde no existen fuentes ni cursos de agua, crecen algunos
árboles y arbustos permanentes y durante más de seis meses al año prospera lozanísima una
vegetación herbácea que se nutre a expensas de la gran humedad del aire, de las densas nieblas
y de la tenue garúa o challani, que se precipita lenta pero constantemente. Esta carga de agua
en el aire proviene de las húmedas y calientes masas aéreas ecuatoriales que soplan del mar
hacia nuestras costas y que, al desplazarse sobre la superficie fría de la Corriente Peruana, se
condensan y dan origen a la niebla y a las nubes que se acumulan formando un grueso
paquete del tipo estrato, el que cubre a guisa de toldo o carpa la región costanera, entre el nivel
del mar y los 500 metros de altitud. Algunos días se eleva hasta los 800 metros sobre la Costa,
pero su influencia tierra adentro sólo se siente hasta los 500 m.s.n.m.
Otra particularidad del clima de la costa es su temperatura más baja que la correspondiente a
su latitud. Así, la ciudad de Bahía, que está ubicada en las costas del Brasil casi sobre el mismo
paralelo que el Callao, tiene una temperatura media anual de 24.8 grados, mientras que
nuestro puerto tiene 19.2 grados; el mes más frío de Bahía es de 22.5 grados, o sea, un grado
más alto que el mes más cálido del Callao.
La temperatura del aire, a ras del suelo, es menor que la temperatura a 800 metros de
altitud: esto es, que se opera un fenómeno de inversión térmica que impide la producción de
lluvias torrenciales.
En relación con la irradiación solar, el clima de la Costa tiene dos etapas claras y distintas: 1) La época
con sol, desde fines de diciembre hasta principios de mayo, con temperaturas altas al sol y templadas a la
sombra; 2) La época sin sol, desde principios de mayo a fines de diciembre, con ciertas interrupciones de
días asoleados, como la que se produce hacia el 24 de junio (conocida con el nombre de "Veranito de San
Juan") y las que se presentan con posterioridad a la iniciación de la primavera. La época sin sol se
caracteriza por producir sensación de frío, aun cuando el termómetro rara vez baja de 11 grados. Este frío
aparente se debe a la humedad de la atmósfera que, en la mayoría de los días, se acerca al 100 por ciento de
saturación, lo que para las personas equivale a estar sumergidas en agua.
El viento, el agua de mar y el oleaje atacan constantemente a
los islotes y van erosionándolos.
Por todo lo expuesto, no es posible seguir sosteniendo como varios autores lo han sugerido y expresado, que
el clima de la costa es semitropical o subtropical. En realidad, es un clima sui géneris que no podemos ni
debemos tratar de acomodar dentro de ninguna de las pautas o cuadros de los climas mundiales, ni tampoco
de los climas americanos. El "clima de Chala" o de la Región Chala no tiene par en el mundo y por eso
proponemos que, así como la puna es una región única cuyo nombre ha sido adoptado
mundialmente, así también es singularísimo y propio del Perú el "clima de Chala" y debe
adoptarse como una particularidad geográfica peruana. Sabemos que algunos climas de las
regiones situadas en las otras costas occidentales del mundo se parecen en algo al "clima de
Chala", pero de ninguna manera llegan a identificarse con él.
Las causas del "clima de Chala" son:
1.- Una atmósfera dominada por el anticiclón del Pacífico y por el alisio del sudeste, más dos
corrientes regionales predominantes: el viento llamado brisado virazón que sopla durante el día,
del mar a la tierra y que en algunos sectores llega a ser muy fuerte como en Lambayeque y en
Ica; y el viento conocido con el nombre de terral, que sopla durante la noche, de la tierra al mar.
2.- Una presión atmosférica casi constante, con algunos sectores que ofrecen cierta variabilidad,
todo lo cual contribuye a la presencia de grandes sectores con nieblas muy cerradas y de algunas
zonas, con ventanas de sol o con niebla esfumada que permite el paso de un sol suavizado y
tenue o de una simple resolana.
3.- Un aire muy húmedo se desplaza sobre un suelo reseco sin dejar ninguna humedad
permanente, salvo cuando hay vegetación sobre él, razón por la cual es posible afirmar que en
la mayor parte de la Región Chala no hay vegetación no porque falte agua, sino que no hay agua
porque falta vegetación sembrada por el hombre, la cual, al captar la humedad del aire, daría
origen a puquiales y arroyuelos.
4.- Una temperatura templada casi uniforme que, sin embargo, produce una sensación de
intenso frío durante algunos meses del año, a causa de la humedad, aunque en los días más
álgidos no baje de 11 grados centígrados.
5.- Un mar siempre frío o templado, debido a la surgencia de las aguas profundas que se
desplazan de abajo hacía arriba y corren de sur a norte, al impulso de la corriente marina de
Humboldt. Mar cuya temperatura se altera sólo excepcionalmente cuando hacen su aparición
grandes lenguas de aguas oceánicas calientes en dirección de oeste a este, hasta alcanzar las
orillas de la costa peruana. Un mar, finalmente, que también se calienta de manera cíclica
cuando las corrientes del Golfo de Guayaquil y la Corriente del Niño alargan sus límites
meridionales, con las consiguientes secuelas de escualos, muerte del plancton y lluvias
torrenciales sobre la costa.
6.- Un régimen fluvial regular, muy original, que permite a los ríos llevar abundantes aguas en los
meses de Diciembre a Abril, en la época del mayor calor, sin que por lo regular se produzcan
lluvias u otro tipo de precipitación en el Centro y Sur; pero las lluvias son frecuentes en el Norte.
7.- Un régimen excepcional de lavas torrenciales o huaycos extra regionales, a la par destructores y
benéficos, que permiten a los suelos empobrecidos recibir aguas turbias cargadas de nutrientes, de
materia orgánica y de elementos menores que mantienen la fertilidad de la tierra a lo largo de los siglos, a
pesar de ser objeto de sucesivas e ininterrumpidas labores agrícolas.
El "Clima de Chala" permite la aclimatación, desarrollo y producción de la mayor parte de los vegetales
que crecen en los demás climas de la tierra. Así, por ejemplo, Lima ha sido una ciudad jardín y
actualmente prosperan aún admirablemente en los jardines de las casas particulares, el más variado de los
muestrarios vegetales del orbe.
V. FLORA Y VEGETACIÓN DE LA CHALA
Dentro de la unidad del relieve costanero, la diversidad de suelos y el agua disponible determinan varios
tipos de vegetación:
1) Vegetación del litoral marino.
2) Vegetación de los esteros.
3) Vegetación de las islas.
4) Vegetación de los campos de arena con napa freática.
5) Vegetación de la ribera fluvial, monte ribereño o matorral costanero.
6) Vegetación de las lomas.
7) Vegetación de los barrancos.
8) Vegetación de los lugares polvorientos y movedizos
9) Vegetación de las lagunas y pantanos.
10) Vegetación de los campos cultivados y vecindades de ellos.
1.- Vegetación del litoral marino.-
Las tierras próximas al mar suelen estar cargadas de sal y, como consecuencia, son inaparentes para el
desarrollo de la mayoría de las plantas. Las pocas especies que soportan o que prefieren estos suelos re-
ciben el nombre de "halófilas". Entre ellas figuran:
a. La Grama Salada (Distichlis Spicata; Distichlis Thalassica) es la gramínea que crece formando
denso tapiz en las lindes de las lagunas albuferas del litoral, en las zonas desérticas que ofrecen
capas freáticas y en aquellos sitios en que hay napas de agua dulce por la condensación de las
garúas costaneras o por la infiltración del agua de los ríos. Forma una verdadera zona típica de
vegetación costanera que, como indica el doctor Ángel Maldonado, denominaremos "Zona de los
Gramadales". Esta planta forrajera lanza rizomas a veces muy largos; sus tallos tienen más de
veinticinco centímetros de altura, pero cuando son cubiertos por las capas de arena que amontona
el viento, siguen creciendo, quedando siempre sobre la duna o manto arenoso. En esta circunstancia,
los tallos se aprietan y entrecruzan, formando algo así como gruesos troncos o haces de varios
metros de altura. En esta forma soportan el empuje de las arenas que, amontonándose en torno a
dichos "tallos", contribuyen a la formación de dunas. Por su parte, los rizomas también se
entrecruzan y se apiñan, constituyendo la "champa", especie de adobe que puede utilizarse como
material de construcción. Es grama es muy importante, pues sirve para detener la marcha de las
arenas; además, es indicadora de la presencia de napas de agua dulce, poco profundas. No es
aconsejable el incendio de los gramadales, especialmente si coincide con la época de vientos
fuertes, pues el desierto queda desatado y las arenas pueden invadir los campos de cultivo.
b. Salicornia fruticosa, chenopodiácea muy frecuente en las playas arenosas. Suele formar
asociaciones puras que amarran las arenas y contribuyen a proteger la vida de lagartijas y pajarillos.
c. Sesuvium portulacastrum, hierba suculenta, propia de las playas arenosas en donde origina dunas.
Vive también en sitios planos que están sujetos a las inundaciones del mar. En el norte del Perú esta
planta es muy abundante así desde Pimentel hasta El Buque, tal como lo indica Weberbauer, aparece
a lo largo de 24 kilómetros formando muchísimas dunas.
2.- Vegetación de los esteros.- El "manglar" es una formación halofítica, típica del extremo norte de
nuestra costa. El mangle (Rhizophora mangle) es un árbol que se reproduce principalmente por raíces
adventicias que, al tocar el suelo, dan origen a nuevos tallos y a nuevas ramas, los que avanzan
inconteniblemente hasta invadir el mar próximo a las orillas, formando una verdadera maraña o macizo
vegetal impenetrable a guisa de festón vivo que bordea los esteros, nombre empleado para designar a los
distintos brazos por los que desembocan los ríos Tumbes y Zarumilla. Esta vegetación rodea a la isla de
Matapalo. El mangle se multiplica también por semillas que germinan en el fango de las tierras que recubre
la marea alta. Ofrece la ventaja de suministrar una madera muy dura, casi incorruptible, muy pesada y,
aunque es difícil de trabajar, tiene grandes posibilidades en el mercado mundial donde escasean las
maderas duras. Además, produce una corteza gruesa, rica en tanino, que se emplea en la curtiembre de
cueros y en la industria petrolera. Entre las raíces de los mangles, viven ostras, conchas negras y otros
mariscos. Juzgamos que sería muy aconsejable aclimatar mangles en las bocas de nuestros ríos costaneros,
los que modificarían el paisaje y proporcionarían un magnífico material de construcción.
En el estero, crece también el geli o jelí (Laguncularia racemosa), llamado también mangle
bobo o paraban, árbol de regular alzada y de muy buena madera que, por falta de control
entomológico, está actualmente afectada por un insecto que deteriora los troncos.
Asimismo, crece Avicenia Tomentosa o mangle blanco y finalmente, aunque rara vez, aparece
el mangle botoncillo o Conocarpus erecta, propio de los pantanos salinos.
3.- Vegetación de las islas.- Los viajeros antiguos mencionan la existencia de algunos árboles en
las islas guaneras del norte del Perú; actualmente no se encuentran ejemplares espontáneos en
ninguna de ellas y, sólo esporádicamente, ofrecen la típica vegetación de "lomas”. En la isla de
San Lorenzo, por ejemplo, Á. Weberbauer ha estudiado las siguientes especies:
— la gramínea Eragrostis Peruviana
que es común a las lomas (algunas de sus variedades crecen hasta grandes altitudes,
incorporándose a la vegetación monoforma de la puna, en donde todas las gramíneas reciben
el nombre de ichu);
—el llantén (Plantago Limensi);
—catorce hierbas anuales;
—cuatro hierbas perennes no tubíferas ni bulbíferas;
—cinco hierbas perennes tubíferas: entre ellas, dos oxalidáceas de hojas comestibles;
—tres subarbustos;
—una tillandsia;
—un cactus decumbente; y
—una parásita: la cuscuta.
4. Vegetación de los campos de arena con napa freática.- El vegetal más significativo de los
desiertos de arena con napa freática es el algarrobo (Prosopis Juliflora). Este árbol fue llamado
"guarango" en el Antiguo Perú, nombre con el que se le denomina aún en lea; pero no se debe
confundir con otra leguminosa espinosa que también se llama "huarango", "espino" o "faiqué"
(Acacia Macracantha). Los estudios más recientes demuestran que el algarrobo es un
verdadero árbol-milagro del desierto peruano. Las semillas caen al suelo todos los años; algunos
animales las difunden en sus andanzas, ya que no pierden su poder germinativo al pasar por el
tracto intestinal Algunas semillas nacen al llegar las lluvias veraniegas; otras aguardan mejor
ocasión para germinar. Durante el primer año de vida, poco crecen el tallo y las ramillas,
mientras que la raíz se desarrolla mucho más, a favor del geotropismo y en busca de la napa
freática. Si el agua subterránea se encuentra a poca distancia de la superficie, la subsistencia de
la planta queda asegurada al final del primer año; pero cuando la napa es profunda, el desarrollo
se detiene durante el verano, prosigue al presentarse un nuevo año lluvioso y este proceso se
repite hasta el momento en que las raíces alcanzan la napa freática. Pero, si se interrumpe el
ciclo de varios años húmedos continuos antes de que estas raíces lleguen a la humedad perma-
nente, entonces las plantas se mueren a medio desarrollar y sólo superviven aquellas que, al
término del ciclo pluvial, llegaron a la zona húmeda estable. Debido a este fenómeno, los
campesinos saben cuáles son los bosquecillos de los desiertos arenosos de Tumbes, Piura y
Lambayeque, que corresponden a los aguaceros del año de 1925 y cuáles otros a diferentes
ciclos pluviales anteriores o posteriores.
El algarrobo produce una vaina cargada de substancias nutritivas dulzonas. Se consume al
natural, aunque con mayor frecuencia en extracto o melaza, denominado algarrobina, el que
se emplea para saborizar bebidas frías o calientes y para cocteles. Tanto el árbol como la
vaina del algarrobo han merecido los nombres de tacú, taco, tacú - tacú o taco - taco; asi-
mismo, se llamaba tacú - tacú a un plato prehispánico, que se elaboraba a base del
contenido alimenticio que rodea a las semillas. Dicha vaina es también excelente alimento
para ganado cabrío, vacuno y equino.
La madera de algarrobo tiene alto poder calórico, por lo cual se la emplea para hacer lefia y
carbón. Durante mucho tiempo, la ciudad de Lima y la mayor parte de las ciudades de la región
Chala o Costa han consumido carbón de madera procedente de los algarrobales del desierto
costanero. Pero este uso irracional ha provocado en muchos de los valles que van al Océano
Pacífico, la desaparición casi total de la especie o su reemplazo por otras menos útiles. A esta
causa, que es naturalmente la más importante en la desaparición del algarrobo, se suma la
disminución del número de los burros o "piajenos" y de las muías que, al transitar por los
desiertos, dejaban las semillas que habían ingerido y eran así los grandes aliados de la
forestación del despoblado.
Sin forzar la hipótesis, creemos que la mayoría de los algarrobales del Norte, en los
despoblados de Olmos, Pabur y Sechura, habrían sido originalmente sembrados en
épocas remotas, por gentes que llegaron a conocer muy bien los ciclos pluviales y las
relaciones de los algarrobos con las napas freáticas más o menos profundas. Hoy
mismo, se podría arborizar nuevamente el despoblado empleando avionetas para
arrojar oportunamente las semillas sobre los arenales, con el objeto de aprovechar el
ciclo pluvial para su germinación. Actualmente se está ensayando su aclimatación en
el Noroeste del Brasil; personalmente, hemos contribuido a su sembrío en el Valle del
Cauca, en Colombia.
A expensas de las napas freáticas permanentes o cíclicas, se desarrollan
también los árboles de Parkinsonia Aculeata o palo verde, Capparis angulata
o sapote, Capparis ovalifolia o bichayo y Capparis cortata o satuyo. Estas plantas
suministran leña y goma, especialmente el sapote que produce la llamada "goma de sapote" o
"goma de palo", capaz de reemplazar a la goma arábiga en fines industriales.
Merece especial mención una planta que también se nutre del agua subterránea
y almacena agua en sus grandes raíces tuberosas en algo parecidas a las de la yuca, razón
por la cual se le denomina yuca de caballo (proboscidea altheaefolia). Es una
hierba decumbente que se caracteriza por sus grandes frutos provistos de dos cuernos
curvos. Muy parecida en sus raíces es la yuca de monte (Apodanthera biflora), de
tubérculos comestibles; pero se diferencia en que es una hierba anual que se nutre
preferentemente de las lluvias estacionales.
5.- Vegetación de la ribera fluvial llamada también monte ribereño o matorral
costanero.- Las aguas de los ríos humedecen de ordinario una faja estrecha de suelo en
cada orilla. En los lugares muy planos, la zona humedecida suele ser más ancha. En
ambos casos, a expensas de la humedad originada por la filtración o por los
desbordamientos estacionales, crecen plantas permanentes que forman un matorral
difícil de atravesar. Allí predominan:
—La caña brava, saguara o zacuara
(Gynerium Sagittatum), cuyo panículo floral, semejante al de la caña de azúcar, se
utiliza para hacer adornos y cuyos renuevos son comestibles.
— El pájaro bobo (Tessaria integrifolia), arbusto de tallos fofos, que se reproduce
principalmente por medio de rizomas, amarra las piedras a las orillas del río y forma macizos
verdiplomos, debido a la coloración de sus hojas.
- El carrizo (Arundo Donax), venido de España, crece mezclado con la caña brava y el
pájaro bobo; es muy utilizado en la manufactura de canastas, jaulas, esteras, etc., así como en
construcciones. Como dato interesante, anotaremos aquí que en el año de 1965, vimos plantas
florecidas en un jardín particular de la segunda cuadra de la Avenida Arequipa, en Lima.
6.- Vegetación de las lomas.- En las estribaciones andinas cercanas al mar, que debido a su
posición y a su agrupación tienen la particularidad de detener el avance de las neblinas
invernales, convirtiéndose así en los lugares donde, conforme a la expresión popular, "duermen
las neblinas", se produce una vegetación espontánea y efímera, que comienza a fines de mayo y
dura más o menos hasta, fines de octubre. El conjunto de especies que forman dicha vegetación
recibe el nombre de "lomas" u "ornas".
Las lomas de la región Chala o Costa
florecen en época de neblinas, entre mayo y
setiembre.
En relación con el hecho geográfico denominado "lomas", hemos elaborado una hipótesis
de trabajo: Es probable que el antiguo peruano observara (como lo hemos hecho en nuestro
tiempo) que cuando las nieblas pasan sobre suelos sin vegetación, dejan algo de agua en la
superficie, pero en cantidades tan pequeñas que se evapora completamente hacia el medio día
con el solo calor de la resolana diurna. Por el contrario, cuando las nieblas pasan sobre suelos con
vegetación, las plantas captan y condensan mucha agua que es depositada a una profundidad que
varía en proporción directa a la altura y a la naturaleza de la vegetación.
La estructura de las actuales lomas, los restos prehistóricos y arqueológicos, las
pictografías, etc., hacen pensar que el hombre vivió largo tiempo en las lomas hoy despobladas:
sembró forrajes, arbustos y árboles útiles productores de frutos y de madera, muchos de los
cuales han desaparecido en los últimos siglos, ya sea por la irracional acción humana a través del
fuego o del sobre—pastoreo, ya sea por la invasión de las arenas, pero especialmente por falta de
conservación y protección de los recursos naturales.
Durante su larga estada en las lomas, el antiguo poblador pudo comprobar que el rocío se
acumulaba en gran cantidad sobre las plantas altas que había sembrado, con lo cual el suelo se
humedecía a mayor profundidad; que arroyos efímeros discurrían a expensas de esta abundante
captación y que, pasada la estación nublada, persistían algunos puquiales con agua permanente para
atender a las necesidades de la población. En los antiguos idiomas Cauqui y Aymara, las palabras
"urna" y "orna" se emplean para designar el "agua". Y como este líquido es el factor decisivo
para la supervivencia del grupo, siguiendo las prácticas de la Toponimia Racional, denominaron
OMA u OMAS a todos aquellos lugares en que la captación de agua se producía con mayor
abundancia.
El topónimo OMAS se tornó frecuente a lo largo de la región Chala y hubo necesidad de
calificarlo con otro vocablo, naciendo así Ornas de Atiquipa, Ornas de Quilmaná, Ornas de
Lachay, salvo una que sigue llamándose simplemente Ornas, en la cuenca del Río Asia. Al
producirse la conquista, el español recogió el antiguo topónimo genérico "Ornas", pero por
similicadencia y por una extraordinaria coincidencia orográfica, hizo la identificación y
sustitución de "Ornas" por "Lomas". Por otro lado, el complejo geográfico llamado "Ornas" en
el Antiguo Perú, se produce y se ha producido siempre sobre lo que en castellano se llama
"lomas", o sea, sobre cerros de regular altura.
Cómo complementación de nuestra hipótesis y de su verosimilitud, debemos recordar que el
cambio de nombre fue fácil por la introducción de la escritura fonética, por la rápida
despoblación aborigen de la región Chala, por su incorporación al mestizaje; pero queda como
testimonio folklórico de gran valor el hecho que el pueblo no llama "lomas" a las formas
orográficas sino a la vegetación que crece sobre ellas y es causa de la captación de las aguas que
permiten el pastoreo de ganado sin necesidad de abrevaderos.
Los' lugares notables por la abundancia de sus "lomas" a lo largo de la Costa, son: Atiquipa,
cerca del puerto de Chala; los alrededores de las bahías de San Juan y de San Nicolás; los cerros
contiguos al río de Ica por su margen derecha, entre Cayango y el mar; el Cerro Quemado,
próximo a la Bahía de la Independencia; los cerros de Quilmaná, cerca de Asia; las estribaciones
de Atocongo, Cajamarquilla, San Jerónimo y San Juan, cerca de Lima; Lachay, cerca de Chancay;
Pacar, cerca de Paramonga; vecindades de Huarmey y Casma, cerros de Chimbóte; cerros
Campana, Cabezón y Prieto, entre Trujilio y Chicama; etc.
Entre las hierbas que crecen en las "lomas", se destacan: el amancay (Hymenocallis amancaes),
la papita de San Juan (Begonia geraniifolia), el tomate silvestre (Solanum sp.), el tabaco silvestre
(Nicotiana sp.), la azucena del inca (Alstroemeria pelegrina), la nolana (Nolana sp.), la valeriana
(Valeriana sp.)
Entre los arbustos tenemos el heliotropo (Heliotropium peruvianum) de flores lilas muy
perfumadas.
Entre los árboles podemos citar: el mito (Carica candicans) de gruesos tallos jugosos y de frutos
comestibles semejantes a la papaya; la tara (Caesalpina tinctoria), leguminosa de vainas tánicas,
madera recia y de corteza tintórea que forma curiosa simbiosis con los musgos, congonas, cardos y
líquenes que viven sobre sus ramas, ayudándole a captar el agua de las neblinas y garúas; el
huarango (Acacia macracantha).
La tara (Caesalpinea tinctoria) es un árbol muy
resistente a la sequía. Sirvió para arborizar las lomas,
pampas y quebradas desde la región Chala o
Costa hasta la región Quechua.
El mito (Carica candicans) es una papaya sil-
vestre que vive desde la región Chala o Costa
hasta la región Quechua. Es planta indicadora de
aquellos lugares en que alguna vez habitó el
hombre.
Desde 1930. se está llevando a cabo un interesante experimento de forestación en las "Lomas" de Lachay: se
ha comprobado que el suelo desprovisto de vegetación sólo absorbe muy pequeña cantidad de agua de las
nubes y nieblas que pasan sobre él; cuando hay hierbas pequeñas, la humedad penetra más en el subsuelo;
cuando hay arbustos, se profundiza aún más. De tal manera que la capa húmeda aumenta de profundidad
en razón directa a la elevación de las plantas que crecen sobre el suelo. Así se almacena una gran cantidad del
agua atmosférica en la tierra, lo que permite la subsistencia de los árboles durante el verano, a pesar del
intenso calor y de la falta de lluvias y de riego. Pero hay algo más importante aún: la humedad subterránea
puede ser captada por pozos que se perforen en lugares adecuados, operándose así el maravilloso
acontecimiento de crear agua en pequeñas áreas del desierto, por obra humana.
Estos experimentos antiguos y modernos sobre captación del agua atmosférica,
demuestran claramente la posibilidad de formar bosques en casi todos los cerros costaneros, con
la consiguiente transformación del paisaje y del régimen de aguas, pues en las inmediaciones de
los bosques nacerían vertientes y hasta pequeños arroyos. Toca al Gobierno y a las generacio-
nes venideras realizar esta tarea para compensar la desforestación que practicaron nuestros
mayores, llevados de la necesidad de combustibles y de materiales de construcción.
Las especies vegetales que se recomiendan para reforestar las lomas, en orden de
rendimiento, son: el eucalipto (Eucalyptus botryoides, E. rostrata, E. camaldulensis, E.
citriodora y otras cincuenta especies más de este género que se vienen ensayando con éxito en
Lachay durante la última década), el pino de Australia (Casuarina equisetofolia) y el roble de
Australia (Gravilea sp.). Debemos tener presente que la tara y el molle desarrollan muy bien
pero con lentitud.
En Lachay y sus alrededores existen viejos árboles de higuera, lúcumo, palillo, sapote y mito
que fructifican espléndidamente, probando su aptitud para convertir las lomas hoy desérticas
en verdaderos huertos frutales. Debajo de los árboles, se desarrolla una abundante vegetación
de gramíneas y de hierbas de hojas anchas que pueden permitir el pastoreo una vez que las
plantas frutales y madereras estén grandes y no corran el peligro de ser destruidas por el
ganado. En algunos sitios de Lachay se ha ensayado, con muy buenos resultados, el cultivo de
especies precoces de papas y. trigo. Las legumbres rinden ampliamente. La cabuya blanca, el
henequén y la cabuya azul se desarrollan bien; las cabuyas blancas producen bulbillos fértiles.
7.- Vegetación de los barrancos.- En la parte baja de los barrancos que ofrecen las costas
altas del litoral y coincidiendo con la línea de filtración de las aguas subterráneas, aparece un
festón siempre verde, formado por diversas especies vegetales, entre las cuales podemos anotar:
heléchos, culantrillo, quebrollo, muele, batatilla y algunas plantas de comer como el atago,
berros, pacoyuyo y verdolaga.
El agua que filtra en forma de chorrillos permite la vida de gupis y de camarones. Esta agua está
cargada de ácido car carbónico y lleva disueltas sales de cal; cuando las plantas absorben el gas
carbónico, la cal se precipita formando rocas calcáreas, algunas de las cuales adoptan la forman
de estalactitas en las pequeñas grutas que decoran los barrancos.
8.- Vegetación de los lugares polvorientos y movedizos.- En los antiguos desiertos de arena
o en los cerros cubiertos de polvo movedizo y aún sobre los montículos artificiales de las huacas
prehispánicas, vive una planta de aspecto semejante a la pina, de hojas verdigrises plateadas y de
raíces cortas y escasas que no penetran en el suelo: es el cardo de huaca o achupaya (Tillandsia
Straminea). Su característica principal es la de captar el
agua de las garúas, razón por la cual, como en un anhelo de recibirla más pronto, sus hojas se
orientan en sentido opuesto a la dirección dominante del ciento; y las colonias de estas plantas
se asocian en verdaderas olas vegetales, causadas por el hifrotropismo al que nos hemos
referido. Parece que todas la funciones de nutrición de estas plantas se realizan por las hojas;
en consecuencia, requieren un suelo movedizo que permita el desprendimiento de partículas de
polvo que son captadas por las hojas para su nutrición. Esta Tillandsia tiene un cogollo tierno
cargado de agua, susceptible de ser comido crudo, a guisa de alcachofa.
9.- Vegetación de las lagunas y pantanos.- En las lagunas de la Costa hay numerosas especies
vegetales que pueden clasificarse en tres grupos:
a. Plantas que flotan en el agua.- La más vistosa es la llamada Guama (Eichornia crassipes) que
produce una hermosa flor azul-lila. Sus hojas tienen pecíolos con expansiones globulares que
le sirven de flotadores y cuyas raíces filiformes constituyen manojos coposos que brindan
protección a los alevinos.
b. Plantas que solamente viven sumergidas.- El mejor ejemplo de este grupo es la Chara fragi-lis,
alga de olor desagradable, con incrustaciones de carbonato de calcio.
c. Plantas que viven semi sumergidas.- Este grupo es numeroso. Entre las más
importantes figuran la totora (Typha domingensis) y el junco (Scirpus limensis). La
totora fue utilizada por los antiguos ''chalacos" u hombres de la región Chala o Costa,
para hacer las balsas y caballitos de totora en que navegaban: actualmente, se emplea
en la fabricación de esteras y asientos. Cierta parte del tallo próxima a la raíz, es
utilizada como alimento humano. Sus flores crecen apiñadas en torno a un eje, a guisa
de cigarros de coloración habana; desmenuzadas, dan un plumón utilizable en colchone-
ría; bien secas, arden lentamente, manteniendo el fuego durante varias horas.
El junco (Scirpus limensis, californicus) es muy buen forraje; los animales lo prefieren
instintivamente a la grama salada, porque tiene más proteínas. En algunos lugares del
país, da vida a una importante industria de sombreros, a base de las fibras de sus tallos
tiernos.
10.- Vegetación en las vecindades de los campos cultivados.- Multitud de especies llenan
las vecindades de los campos cultivados y algunas de ellas hacen su aparición entre los cultivos. Las
más importantes son: la canua, el atago, el pacoyuyo, el paico, la chilca (Baccharis lance-olata), el
chamico (Datura stramonium), el marco (Artemisa purpurea), el sauce (Salix Humboldtiana), el
quebrollo o pushte o comida de vaquero (Acnistus ar-borescens), etc.
Vl.- PRODUCTOS LÍMITES DE LA CHALA
1.- Productos límites naturales.- En el Norte del Perú (Departamentos de Tumbes y de Piura)
se cultiva un árbol oriundo de Sud América, llamado coco o cocotero (Cocos Nucífera). Sus
grandes frutos, cargados de agua y de aceite, son muy alimenticios. En las pequeñas plantaciones
de juliana se denomina "pipas" a los cocos que no han llegado aún a la madurez y que, por estar
llenos de agua ligeramente dulce, ofrecen una pura y fresca bebida, muy solicitada, máxime si se
tiene en cuenta la escasez de agua en el desierto costanero y la falta de agua potable. Los frutos
maduros se venden en el mercado con el nombre de "cocos de Panamá", en recuerdo de lo que
ocurría durante la Colonia en que eran traídos como carga de compensación. Conviene anotar que
en Marcavelica y en un amplio sector de la Cuenca del Río Chira se dan excelentes condiciones
para el desarrollo de una importante industria a base de cocotero: en efecto, las plantas suelen dar
más de 200 frutos por año, siendo así que se considera como óptimo mundial un rendimiento de
50 frutos anuales por palma. Además, >es buena fuente de grasas y permite el uso del suelo para
pastoreo, por lo cual creemos que debería sembrarse de manera preferente en la Irrigación de San
Lorenzo y en los valles de Tumbes, Chira, Piura y Olmos.
Palmeras de dátil sembradas por los Padres Jesuitas, en
el desierto de Villacurí, hace cerca de cuatrocientos años.
2.- Productos límites importados. - Desde principios de la Colonia, se aclimató en el Sur del
país una valiosa planta importada del Norte de África: la palmera "datilera (Phoenix
dactylifera). Ya no se cultiva en grandes extensiones; pero debido a su facultad de reproducirse
por espolones, cubrió una apreciable extensión de las hoyas o huáchaques abandonados de le
Pampa de Villacurí, entre Pisco e Ica. Desgraciadamente, al producirse los recientes cultivos
de algodón, se han talado muchas palmeras para emplear sus troncos en sostener el alambrado
de los cercos, cometiéndose así un grave daño a la economía del país. Por la coloración de la
película que cubre los frutos del dátil, se puede establecer que han sido importadas dos
variedades principales: la de frutos amarillos y la de frutos rojizos. Ambas producen
admirablemente bien, dando de 1,000 a 3,000 frutos por racimo. Podría generalizarse su
cultivo en varios lugares de la Costa y es necesario que se le fomente otra vez.
VII.-FAUNA DE LA CHALA
Muy pocas especies animales pertenecen exclusivamente a la fauna terrestre de la Costa,
pero teniendo en cuenta que . el mar y las islas son ambientes integrantes de esta región natural,
estudiaremos también los animales del litoral marino.
- El Guanay (Phallacrocorax Bougainville) es un ave marina de regular tamaño, de plumaje negro
en la espalda y blanco en el pecho; pone hasta ocho huevos y defiende con valor a los tres
polluelos que suelen nacer con facultades para sobrevivir. Se alimenta principalmente de
anchoveta (Engraulis ringens). Vivía en inmensas colonias sobre las islas del litoral que reciben el
nombre de "guaneras" y sobre algunos barrancos y puntas del continenteVuelanformando
ángulosconelvértice hacia adelante, en formaciones que asombran por su orden y su
magnitud, a una velocidad de más de 60 kilómetros la hora. Era frecuente ver en nuestra Costa
el asombroso espectáculo de bandadas interminables, que partían de las islas guaneras e iban
a lejanos puntos del Océano en busca de los cardúmenes o manchas de anchovetas; pero en
los últimos años, el número de los guanayes ha disminuido de 30 millones a sólo 3 millones.
Podríamos decir que el guanay está semidomesticado, pues en las islas guaneras tolera la
presencia de los obreros recolectores de guano. Así también, en tiempos prehispánicos el
guanay había sido amaestrado para colaborar con el hombre en la pesca de la anchoveta, tal
como se puede ver en los ceramios de la costa que guarda el Museo de Yoshitaro Amano.
Las deyecciones, plumas, cascarones de huevos y cadáveres de los guanayes acumulados en
las islas constituyen un abono de primera calidad, rico en substancias nitrogenadas, fósforo,
calcio, potasio, materias orgánicas, etc. En la Época Prehispánica se aprovechó el guano de las
islas para fertilizar las tierras de cultivo y existió una especie de reglamentación que protegía a las
aves, llegándose a castigar con la pena de muerte a los que ahuyentaban o destruían a los
pájaros guaneros.
La mitología mochica consideraba que las divinidades se fecundaban en las islas y. en
consecuencia, las apreciaban como los lugares en que se originaba la vida. En relación con esta
idea, estuvo muy generalizada la fiesta llamada del Acataymita o Paltay, que coincidía con la
cosecha de las paltas y durante la cual se extraía guano de las islas y se procedía a ritos
vinculados con la generación humana.
Un guanay (Phalacrocorax
Bougainville) próximo a morir de
hambre. Así han desaparecido treinta
millones de estas aves marinas por
falta de comida y por epizootias.
Durante la Colonia, la disminución del interés por la agricultura determinó el progresivo
abandono del guano de las islas como fertilizante y durante trescientos años se acumularon
gruesos estratos de abonos animales, los que fueron descritos por los viajeros que visitaron
nuestras costas como producidos por monstruos de otras edades.
El aprovechamiento industrial del guano empezó poco después de la Independencia, dando
lugar a un intenso comercio que determinó la codicia de nuestros vecinos. Actualmente, la
Empresa Nacional de Comercialización de Insumos (ENCI) es la encargada de administrarlo. La
producción normal de guano era de 300.000 toneladas que se destinaban íntegramente a la
agricultura nacional; sin embargo, sólo cubría el 35 o/o de las necesidades totales de fertilizantes
orgánicos, limitándose así el desarrollo y crecimiento de la producción agraria. La declinación
de la producción de guano crea un grave problema para el país.
Bolicheras o pequeñas naves para pescar anchoveta, ancladas en
tiempo de veda.
- La anchoveta (Engraulis ringens) es el más importante de los peces peruanos, porque al
alimentarse exclusivamente de plancton, constituye el primer y fundamental eslabón de la
cadena de la vida superior en nuestro mar. Mide, en promedio, 12 y 1/2 centímetros; cuando es
más peque:"-, se le llama "peladilla".
Las anchovetas viven en cardúmenes de enormes dimensiones, constituyendo masas movedizas
que a pocos centímetros de profundidad dan la impresión de plantas acuáticas vibrátiles. Los
alevinos que inician su desarrollo se ven como puntitos rojos entre el conjunto verdinegro,
pardusco o azul-pizarra de los adultos. Durante la noche, los cardúmenes se descubren
fácilmente porque dan lugar a la aparición de zonas marinas que despiden una suave luz
fosforescente, que se enciende y se apaga siguiendo el movimiento 'de los peces. Durante el día
se les puede ubicar por las aves que descienden sobre ellos y también por la proximidad de los
lobos marinos.
Esta especie fue objeto de intensa pesca en la Época Prehispánica, pues daba lugar a un comercio
de trueque con los pueblos del interior del país. Pero también la utilizaron en la agricultura para el
sembrío del maíz: atando la cabeza con la cola formaban una especie de anillo dentro del cual se
colocaba la-semilla, que a. expensas de la humedad del 'pescado y con el abono que le
proporcionaba, germinaba y crecía fácilmente. Durante la Colonia y la República y hasta las
cuatro primeras décadas del presente siglo, la pesca de anchoveta careció de significación
económica; se utilizaba sólo para carnada en la pesca de otras especies, salvo en Carquín y
Pucusana, donde la deshidrataban extendiéndola sobre el desierto arenoso, con destino al
consumo humano. Pero a partir de 1950. la pesca de la anchoveta para fines industriales que
había sido sugerida por el Ingeniero Luis Gamarra Dulanto, ha ido en incesante aumento. Se han
fundado muchos puertos pesqueros a lo largo del litoral, desde Máncora hasta cerca de las
fronteras con Chile. Y el Perú ha pasado a ser el país número uno en el mundo, tanto en el
tonelaje total de pesca cuanto en producción de harina de pescado. Además, se produce aceite
de pescado, aún cuando parte de este producto se pierde debido a que muchas fábricas no lo
recuperan. Asimismo se pierden grandes cantidades de substancias proteínicas y de grasas
contenidas en la llamada "agua de cola" que ninguna fábrica aprovecha. Finalmente, se pierden
también las escamas de la anchoveta. De esta suerte, el extraordinario recurso natural que
representa la anchoveta es insuficientemente aprovechado, lo que por desgracia ocurre con
otras especies marinas, cuya variedad y abundancia se explica por las especiales circunstancias
geográficas de un mar frío, rico en plancton, abonado por 52 ríos que llevan sales minerales del
continente al océano y por las aves marinas que unen sus abonos orgánicos a los minerales que
las aguas surgentes extraen del abismo marino.
Las puertos pesqueros como Callao, Chimbote u otros cuentan con
flotas convenientemente acondicionadas para la extracción de
pescado con destino a la elaboración de harina, aceite y conservas.
Nuestros técnicos ictiólogos han hecho un estudio completo sobre este pez valiosísimo: parece
que es adulto hacia el octavo mes y que vive por más de 3 años; desova tres veces o más, con
18,000 ovas en cada vez, o sea que antes de morir naturalmente, cada anchoveta hembra deja
más de 50^000 ovas.
- El lobo marino.- Hay dos clases de lobos marinos en el litoral peruano: el lobo de un pelo
(Otaria flavescens) y el lobo de dos pelos (Arthocephalus australis).
■
El lobo de un pelo es el más corriente a lo largo de toda la Costa. Mide en promedio 2.60
metros. Se alimenta de toda clase de peces y de moluscos nadadores, tales como jibias y
pulpos/Generalmente se encuentran piedras grandes en el estómago de los lobos y algunas
hasta de un kilo de peso. No son peligrosos para el hombre, pues lo temen. Su pelo áspero, de
color generalmente gris oscuro en los machos y más claro en las hembras. Cuando el macho es
viejo, presenta una especie de melena de color leonado. Su piel es gruesa, muy usada en
curtiduría. Son animales gregarios. Se dedican a la pesca por grupos pequeños y alternan sus
cacerías con descansos en las rocas o arenas de las playas continentales o de las islas.
El lobo de dos pelos es más pequeño: sólo mide un promedio de 2 metros. Su nombre se debe
a que su piel está formada por pelos de dos longitudes diferentes: unos largos, sedosos y
brillantes; y otros crespos, finos, sedosos y muy apretados unos a otros: Debido a esta caracte-
rística, ha sido muy perseguido por los cazadores y está en vías de extinción; sólo se le encuentra
en algunas islas del Sur del país. Además, por su menor corpulencia y consiguiente debilidad, es
atacado por el lobo de un pelo que lo desplaza.
Ambas especies de lobos son muy voraces. De los estudios practicados, se ha llegado a
determinar que el mínimo de pescado y moluscos que cada lobo consume por día es de 30 kilos.
El lobo vive casi todo el día en el mar y descansa en la tierra durante la noche.
Es beneficioso a las aves guaneras porque hace emerger a la anchoveta que a veces se
profundiza; y les es perjudicial porque devora a los pichones de guanay cuando empiezan a
nadar.
Desde hace muchos años, la explotación de los lobos marinos se ha efectuado por el sistema
de matanza a palos de los ejemplares menos agresivos y peligrosos que son las hembras, en un
promedio de más del 72 o/o. Así se ha destruido una riqueza natural y se ha roto otro eslabón
de la cadena biológica marina, con el subsiguiente peligro para la riqueza total de nuestro
mar. No es aconsejable volver a una caza masiva.
Las loberas más importantes son: las Islas de Lobos de Tierra y Lobos de Afuera;
Chimbote, Huacho, Pisco, Isla Mazorca, Chincha, Paracas, etc.
— Podemos considerar como ave típica de la tierra costeña a una variedad especial de
lechuza diurna, diminuta, que por lo general anida en las ruinas, motivo por el cual se le
denomina lechuza de huaca (Spectytu Cunicularis).
VIII.- LA OBRA DEL HOMBRE ANTIGUOENLACHALA
El hombre adaptado secularmente a esta región es el "chalaco", maestro en el desvío de las
aguas fluviales por medio de canales o brazos de río, con el objeto de irrigar los valles costaneros
en toda su amplitud. En algunos casos, llevaron las aguas mas allá de los límites del valle principal
e incorporaron los valles secos aledaños. En los lugares donde no había agua corriente, abrieron
grandes pozos que denominaron "jagüeyes", muchos de los cuales quedan en servicio hasta
hoy, principalmente en el Norte del país (Sullana).
Los oasis de la región Chala o Costa constituyen islas de verdor
siempre rodeadas por un inmenso mundo de tierras áridas.
En el resto de la Costa, el topónimo "Jagüey" denuncia la existencia de pozos hay cegados;
basándose en este dato, se han abierto pozos en las vecindades de dichos lugares y se ha
obtenido abundante agua dulce, tal por ejemplo en la Playa de Jaguay, al Sur de Lurín. Asimismo,
los antiguos peruanos fueron maestros en irrigar las tierras con aguas subterráneas, que captaron
por complejos sistemas de sangrías y canales conductores, como ocurre en Nazca y en
Pachacámac.
En lugares hasta donde era imposible hacer llegar el agua corriente de los ríos y canales, pero en
los cuales la presencia de la grama salada o de alguna otra, especie vegetal denunciaba la
existencia de capas de tierra húmeda en el subsuelo, procedieron a abrir los "huáchaques" o
"maca - macas" o "mahamaes". La operación consistía en retirar las capas de arena reseca de la
superficie hasta encontrar el estrato mojado, formando un "hoyo" u "hoya"; en el centro-sem-
braban las plantas erguidas y en los bordes ponían las plantas rastreras, tales como la calabaza,
el zapallo, el shupe, la avinca, etc. Estas plantas, trepando por las escarpas de la hoya, decoraban
de verde el arenal y exponían sus frutos sobre un suelo suave, seco, sin parásitos, asegurando así
abundantes rendimientos. En algunos casos, las plantas rastreras alcanzaban con sus tallos y ramas
a las que procedían de otras hoyas próximas y visto así el campo, daba la impresión de un
desierto cultivado en grandes sectores.
Los pobladores de la Chala o Costa, llamados chalacos desde la antigüedad, edificaron
sus casas en áreas que no podían ser utilizadas para fines agrícolas.
Cuando por la obra de la Conquista, los "macacunas" o cultivadores de las "maca - macas" o
"huáchaques" fueron desplazados a otras funciones no agrícolas, las hoyas quedaron
abandonadas. Sólo en muy pocos lugares del Norte y en lea se las aprovecha todavía. Entre los
pocos pueblos que hasta hoy siguen obteniendo productos agrícolas en las "maca-macas",
podemos contar a Chilca, en el Departamento de Lima.
Ancón: playa sobre el Océano Pacifico Peruano. Sus tranquilas aguas limpias la
convierten una de las más hermosas playas marinas del Perú.
Los Jesuitas tomaron para sí las abandonadas "hoyas" existentes entre lea y Pisco, en las
Pampas del Sapo y del Sapito, del Desierto de Villacurí; asimismo, poseyeron las "hoyas" de
Chilca. En dichos lugares, reemplazaron los antiguos cultivos de maíz, pepinos, pallares,
calabazas, etc., por vides, higueras y datileras, con lo cual obtuvieron magnífica renta, pues sus
vinos se hicieron célebres con el nombre de "Vinos de Hoya" y los higos y dátiles surtieron los
mercados de las ciudades.
Actualmente ya no se abren nuevas "hoyas" en Villacurí. La mayor parte de las que existían se
encuentran cubiertas por las arenas que arroja el viento llamado "la Paraca". Como una
excepción, podemos citar el caso de Chilca, en donde los campiñeros extraen gruesas champas
formadas por las raíces de la grama salada y las utilizan a guisa de adobes en la construcción
de parapetos en torno a las "maca-macas", con el objeto de impedir la invasión de las arenas.
El sistema de cultivo por "hoyas" podría ser utilizado en todo el resto de la Costa, donde el
subsuelo de los desiertos arenosos sea húmedo y fértil.-Prueba de ello, entre otros
experimentos, es el realizado por el Doctor Julio C. Tello, quien abrió "hoyas" junto a la
Carretera Panamericana, en el desierto arenoso que separa Villa de Pachacámac y las plantó
con pinos, sauces, molles y totora, con buen resultado. Así se descubrieron las amplias zonas
que ahora se han habilitado para clubes, granjas y fábricas.
IX.- LA OBRA DEL HOMBRE ACTUAL EN LA CHALA
Aparte de la obra de reforestación ya indicada al hablar de Lachay, es muy importante destacar
la obra de construcción de playas artificiales, iniciada hacia 1935 en el balneario de Chorrillos
(Lima) y que ha dado como resultado la creación de la llamada "Playa de Agua Dulce". que
actualmente se está extendiendo hasta la Quebrada de Armendáriz y Miraflores y que se prolon-
gará hasta cerca de la Mar Brava. También en La Punta (Callao) existió un sector llamado La
Arenilla, debido a la acumulación de arena, cuya captación se ha modificado con la
construcción de un molón.
Ranchería insalubre en as ex haciendas de la región chala o costa. Los peones que las
abandonan y migran a las ciudades se adaptan fácilmente a las chozas que construyen,
porque ni acá ni allá disponen de comodidades humanas.
Hay un fenómeno común en las costas peruanas y es la existencia de playas arenosas al Norte de
las puntas y otras salientes del continente. La formación de estas playas arenosas, así como la
construcción de playas artificiales, es posible gracias a la Corriente Peruana que va de Sur a
Norte, arrastrando las arenas que los ríos arrojan al mar; cuando estas arenas encuentran un
espigón que las detiene en su viaje al Norte, se acumulan contra él y detrás de él y las olas las
empujan hacia las orillas, en donde se amontonan formando playas de arena que son anchas en
el lado Norte y estrechas en el lado Sur. Si, como en el caso de Chorrillos, Barranco y
Miradores, los espigones no son simples accidentes geográficos sino obra del hombre, se
forman playas artificiales.
X.- EL PAISAJE DE LA CHALA
El paisaje de la Costa corresponde al de un inmenso desierto longitudinal interrumpido por
estrechos oasis transversales, en los que están situados las ciudades, pueblos, villas y
haciendas con sus cultivos y fábricas. La sensación plena de este desierto se obtiene volando a
lo largo de la Costa, pues a unos pocos minutos de vuelo sobre el valle verde y cultivado, su-
ceden muchos minutos de vuelo sobre desiertos de arena, cadenas de cerros pétreos u oteros
polvorientos, despoblados c inaprovechados.
Desde Tacna al Departamento de La Libertad, más allá del borde superior de los canales de
regadío, la tierra es absolutamente yerma. Las zonas bajas y próximas al mar son desiertos
arenosos, polvorientos y resecos. Durante el verano, los cerros cuya elevación sobrepasa los
150 metros sobre el nivel del mar, ofrecen las huellas verdinegras de las algas, los líquenes y
los cardos que viven a expensas del vapor de agua; en invierno, tienen el tono verde alegre de
una vegetación efímera, llamada "lomas".
En la parte Norte del territorio, en los Departamentos de Piura y Lambayeque, el desierto
cambia ligeramente, pues a consecuencia de las variaciones ambientales que crean las
corrientes aéreas y marinas, caen grandes lluvias periódicas que favorecen el nacimiento de
bosquecillos de algarrobos (Prosopis dulcís, juliflora), faiques (Acacia tortuosa), sapotes
(Caparis angulata scabrida) y palo – verde (Parkinsonia sp.) en medio de las arenas. A partir del
Valle del Rio Jequetepeque, encontramos arbolillos de sapote que pelean denodadamente contra
las arenas caldeadas que tratan de asfixiarlos, formando una duna movediza en torno a cada
planta; pero el sapote crece más /ligero y viste a la duna con un manto vivo de hojas duras que
soportan la tortura del áspero viento cargado de piedra molida.
Típica estampa de la vieja hacienda de la región Chala o Costa.
Los enormes despoblados de Olmos y Pabur, en Lambayeque y Piura, proporcionan algo de vida al desierto,
porque en ellos nacen las yucas de monte (Apodanthera biflora), cargadas de agua que sustraen del aire y
de la misma arena. En determinados lugares, las norias elevan las napas freáticas y a su alrededor se
agrupan los rebaños de vacunos, equinos y caprinos y las chozas de los sufridos pastores; pero cuando
se secan las norias y mueren las bestias, el despoblado queda otra vez desierto, porque el hombre
huye en busca del agua y de la vida.
Los retorcidos troncos de los algarrobos arrancan a las arenas muertas y a la profunda napa
freática, el vigoroso alimento de su forraje y el dulce vitalizador de sus vainas; el palo—verde no
proyecta sombras protectoras; y los médanos, aprisionados por los árboles, las matas de tancar
(Berberís commutata) y overales (Cordia rotundifolia), forman una muralla en el borde de los
canales de regadío.
En las pequeñas áreas cultivadas de la costa, que apenas sobrepasan las 800,000 hectáreas, se desarrolla
una intensa actividad agrícola; y por eso, cada espacio y cada centímetro cuadrado tiene un objeto y una
aplicación. El valle, visto desde las colinas que lo circundan o desde los médanos que no osan
invadirlo, ofrece el poético aspecto de sus múltiples cultivos, cuyos tonos verdes pasan del
claro y casi amarillo de los cañaverales hasta el oscuro y gris de la yuca y del frijol.
Región Chala o Costa: EI canal de riego, el campo de cultivo y las
rancherías de los peones.
Los árboles de sauces (Salix humboldtiana) y los setos de carrizo indican el curso de los
canales principales de riego; los árboles de pacae (Inga feuillei) y guayabo (Psidium guayava)
rodean las enramadas de los yanacones y aparceros, cuyos campos de legumbres son jardines
primorosos, cultivados con esmero.
Mares de caña son Chicama, Moche y el Río de la Fortaleza. Campos nevados de pima y
tangüis (Gossypium sp.) son los valles de Chira, Piura, Chillón, Rímac, Cañete, Pisco, lea y otros
más. Duerme envuelto en el mullido ropaje azul de acero de sus olivares, el primoroso valle de
Yauca. Los arrozales del Chancay, el Río de la Leche y el Tumbes, hacen pasar del esmeralda al
oro a los campos cultivados de sus valles. Las prolíferas campiñas de Huaura, Flores, San
Antonio, Imperial, lea, Camaná y el Río Chili, alfombran los prados de naranjos (Citrus
aurantium), de mangos (Mangifera indica), de uvas y de ciruelas, de manzanas y de duraznos; y
en medio de ellos se levantan casas alegres con corrales repletos de animales domésticos.
Aspecto que ofrecen las Lomas de Lachay treinta días después de iniciado el
pastoreo de cabras.
LA REGIÓN YUNGA
1. EL NOMBRE
En lengua Runa—Shimi (Quechua), la palabra YUNGA_o YUNCA significa "valle, cálido".
Según esta etimología, habría una perfecta relación entre la idea de "valle cálido" y el hecho
geográfica de que los lugares cálidos del Perú reciban, por lo general, la denominación de YUN-
GAS, YUNCA o YUCAY o algunas de sus metátesis, tales como "Cuyo" o "Cuyun" en el Valle del
Río Chancay o Pasamayo.
En lengua Aymara, esta misma palabra significa "mujer estéril" o que "no tiene hijos por
haberlos perdido". Según esta etimología, la idea de "estéril" o de "esterilizado" corresponde
también, en forma plenamente satisfactoria, a la realidad geográfica de todas las tierras yungas
del Perú, que más arriba de la línea de canales de riego, son yermas, abertales, pétreas y
desérticas. Además, conforme a esta etimología, se alude convenientemente a la particularidad
de que una vez cortados los árboles y talados los matorrales de las regiones yungas, se
reproducen con gran dificultad y generalmente los suelos se convierten en desiertos sin
vegetación.
La Cantuta en las vecindades de Chosica en el
soleado valle Yunga del Río Rímac.
YUNGA es también el nombre de tina cactácea de frutos semejantes a los del nopal o tuna, pero cuyas
grandes hojas son inermes.
Tierras de cultivo en la Yunga Marítima. El radiante sol
obliga al uso de sombreros. La vegetación: dátil, tamariz y
carrizo de caña hueca.
En el "Diccionario Geográfico del Perú" de Germán Stiglich se consigna 35 veces la
palabra YUNGA, sola o yuxtapuesta a algunas raíces runa-shimis, aymarás o de origen
desconocido. Citaremos las siguientes: "Yunga", valle del distrito de Ichocán, Cajamarca;
"Yunga", caserío del distrito de Ichuna, Moquegua; "Yunga", aldea del distrito de Tarata, Tacna;
"Yungacacha", distrito de Huácar, Huánuco; "Yungas", distrito de Sihuas Bajo, Arequipa;
"Yunga", distrito de Lonya, Amazonas; "Yungahuarco", quebrada del distrito de Quinua,
Ayacucho; "Yungay", distrito de San Luis, Ancash.
En algunos casos se modifica la "u" en "a" y se dice YANGAS, tal como ocurre con:
"Yangas", distrito de Arahuay, Lima; y con "Yangas", distrito de Pacarán, Lima. Algunos
autores modifican la escritura de YANGAS, cambiándola por JANCAS, término que no debe
confundirse con el de "Janea", que tiene un significado distinto y opuesto.
Debemos precisar que la palabra YUNGA, en la mayoría de los casos, corresponde a
parajes de clima cálido y que casi todos los valles, tanto los que descienden al Pacífico como los
que bajan hacia el Atlántico, tienen un lugar, ubicado entre los 500 y los 2,300 metros sobre el
nivel del mar, que recibe dicha denominación. En los valles en que no aparece el topónimo
YUNGA, se hace presente un nombre que le es sinónimo y que denuncia la existencia de
antiguos o de actuales cultivos de una planta cuya hábitat es cálido: la coca. Así, en el valle del
río Chillón y más arriba de los 500 metros, hay el topónimo "Cocayalta"; en el valle del río
Rímac, el topónimo "Cocachacra"; "Cocañira", en el valle del Río Chira; "Cocapampa", en el
valle del río Pozuzo; "Cocay", en el valle del río Higueras: etc. Actualmente, cuando los
moradores de las tierras templadas de los ríos Huallaga y Panao viajan a las haciendas
productoras de coca, dicen: "Yuncata ayhuacumi", es decir, "Estoy yendo a la Yunca".
En vez de los topónimos YUNGA o COCA, se puede encontrar excepcionalmente los nombres
de UTAO y OTAO, que aluden a una enfermedad propia del área; y más excepcionalmente aún,
el topónimo ONGOY, que significa "lo que causa miedo", quizás si el miedo que los antiguos
sentían por las enfermedades propias de la Región Yunga.
La árida región Yunga permite el desarrollo de la agricultura hasta el límite de
los canales de regadío.
II. UBICACIÓN Y ELEVACIÓN DE LA YUNGA
La región Yunga está situada tanto en el declive occidental, cuanto en el declive oriental
de la Cordillera de los Andes; y como hay pequeñas variantes de elevación y paisaje entre ambas
ubicaciones, por didáctica las consideramos divididas en YUNGA FLUVIAL y YUNGA
MARÍTIMA: ésta corresponde al lado que mira al Océano Pacífico y aquélla a la vertiente
amazónica o de los grandes ríos.
La Yunga Marítima se eleva desde los 500 metros hasta los 2,300 metros sobre el nivel del mar.
La Yunga Fluvial se eleva desde los 1,000 metros hasta los 2,300 metros sobre el nivel del mar.
O sea, que teniendo ambas el mismo límite superior, la Yunga Marítima desciende hasta los 500
metros, mientras que la Yunga Fluvial sólo baja hasta los 1,000 metros, pues la región
comprendida entre los 1,000 y los 400 metros de la vertiente amazónica, corresponde a una
región diferente, como lo veremos más adelante.
Pueblo de Acos, en la Yunga Marítima del departamento de Lima. Cerros pedregosos limitan al
estrecho valle frutícola.
III. EL RELIEVE DE LA YUNGA
El relieve de la Región YUNGA presenta ligeras diferencias según se trate de la Yunga
Marítima o de la Yunga Fluvial.
I.- El relieve de la Yunga Marítima, entre 500 y 2,300 metros sobre el nivel del mar, ofrece dos
fases claramente diferenciables: el valle y la quebrada.
El río Pasakmayo llamado también Chancay riega un ubérrimo valle en el departamento de
Lima. La línea de la vegetación indica el curso de la huayancha portadora de agua para riego.
El valle suele ser estrecho y de forma más o menos triangular: su base es el límite con la Región Chala o
Costa y el vértice coincide con el puerto del valle, lugar por donde ingresa generalmente uno de los
afluentes principales del río. En los ríos de agua permanente, ésta discurre por el fondo o los
costados del valle, en el que se aprecian regularmente tres niveles de terrazas: el nivel más alto
corresponde a materiales acumulados en pretéritos períodos de gran pluviosidad y que se
hallan protegidos contra la erosión actual de los afluentes y contra las grandes crecientes
ocasionales del río principal; el nivel medio constituye la llanura u ondulación actual que
soporta la ocupación humana; y el nivel inferior, constituido por el álveo que ocupan las aguas
y por las playas abandonadas.
La quebrada, como su nombre lo indica, es la prosecución del valle, en calidad de estrecha
garganta que se forma en el lugar de mayor aproximación de los ramales andinos. Sus
vertientes son escarpadas; el río se precipita turbulento por el fondo que ofrece algunas
rupturas de pendiente. Sólo a trechos aparecen rellanos u orillas onduladas susceptibles de ser
cultivadas, como testimonios de antiguos colmatajes hechos por el río.
Los ríos de la región Yunga arrastran
grandes piedras que evidencian la
competencia de sus aguas en época
de crecientes
Tanto en el valle como en la quebrada, más arriba de la zona humedecida por las aguas del río
o de los canales que de él se derivan, todas las superficies de los cerros son pétreas,
rocallosas, resecas y completamente desprovistas de condiciones naturales para la agricultura,
por falta de agua; pero cuando se les riega, son excelentes para el cultivo de productos
tropicales y subtropicales. Aún sin agua, en algunos sitios es posible pensar en tareas de
forestación con especies resistentes (tara, molle, casuarina, algarrobo, etc.) que podrían
sembrarse en los meses de verano, aprovechando la escasa precipitación.
Entre una quebrada y otra se interponen cerros elevados, muy escarpados; a veces, suben a
más de mil metros sobre el nivel del río; suelen subdividirse en pequeños contrafuertes, entre los
que corren torrentes secundarios, desprovistos de agua permanente. En las bocas de dichos
torrentes se forman terrazas, conos y cono—terrazas de diversas potencias, unos antiguos y
otros modernos, que se incrementan año tras año, a expensas de los materiales que arrastran las
aguas de las lluvias estacionales.
La falta de vegetación da lugar a una intensa erosión, con la subsiguiente apertura de barrancos y
desmoronamiento de las vertientes. Además, el intemperismo produce la fractura y des-
prendimiento de material rocoso, que cae a favor de la gravedad, dando origen a singulares conos
de piedras partidas con matriz arcillosa, llamados "graneros" por nuestros ingenieros de caminos.
Con los grandes aguaceros, las aguas pluviales arrastran hasta el río principal los materiales
acumulados en otras eras, las terrazas y conos modernos y la tierra suelta resultante de la
erosión, produciéndose así los huaycos destructores, cuyo volumen guarda relación con la
intensidad de la precipitación. Cuando el volumen de materiales arrastrados es pequeño, el río se
lleva el huayco hasta las regiones más bajas y hasta el mar, en forma de aguas turbias que
arrastran piedras. Pero cuando es grande o se producen huaycos dobles que entran al río frente a
frente, entonces rellenan el cauce, detienen las aguas y forman una barra que da nacimiento a una
laguna de proporciones variables, según la inclinación del álveo. Esta represa puede durar horas,
días o meses; en el último caso, el lago resultante colmata abundantes materiales. Si la ruptura
se produce a las pocas horas de formada la presa, el gran volumen de agua, lodo, piedras y otros
materiales se echa cuesta abajo, dando lugar a desastres, inundación de poblados, colmataje de
tomas y canales, destrucción de caminos, erosión de suelos agrícolas, destrucción de cultivos,
muerte de hombres y animales.
Las inundaciones constituyen uno de los más graves fenómenos geográficos que afectan al
Perú; se deben principalmente al comportamiento de las tierras áridas de la Yunga, en
combinación con el relieve y las precipitaciones estacionales. Las mayores consecuencias son
dos: la destrucción de poblados y tierras agrícolas y la interrupción en los caminos. Es muy
importante considerar que los actuales caminos han sido construidos a lo largo de valles y
quebradas, exponiéndolos a su destrucción anual, con el consiguiente y crecido gasto de
conservación para el Estado. Esta circunstancia torna muy difícil el problema vial peruano,
pues cada año se producen serias interrupciones en la circulación con su natural repercusión en
el precio de los alimentos, se pierden vidas y equipos y, en determinados momentos, cuando
las lluvias se generalizan, la capacidad de conservación resulta ineficaz. Por todo lo expuesto,
creemos que debería revisarse la política vial peruana y tener presente que los antiguos
peruanos o mapayungas construyeron sus caminos por las partes altas, más arriba de los
cauces erosionados; preferían las crestas de los cerros, donde el agua pluvial es aún
insignificante porque no se ha producido la acumulación de los volúmenes precipitados; cuan-
do era indispensable bajar al fondo de los valles, lo hacían por la parte alta de las divisorias
secundarias y así evitaban también el riesgo de la erosión. Al construir el Ferrocarril Central,
primó el saludable criterio técnico de alejar la vía del fondo de los cursos de agua y de
cruzarlos por medio de puentes muy elevados; por esta causa, el ferrocarril no sufre tanto los
ataques de los huaycos como las carreteras.
Cañón del Pato es uno de los
muchos pongos o puertas que
abren los ríos a través de las
cadenas andinas (río Santa en el
departamento de Ancash).
En cuanto a las tierras agrícolas, debemos precisar que sólo en muy pocas ocasiones se acumulan
materiales que contribuyen a enriquecerlas, ya que generalmente el suelo cultivable es arrastrado
a la región Chala y al mar; y en su lugar no quedan sino arenales o cascajales, únicamente
aparentes para labores de forestación.
Observamos finalmente que los huaycos e inundaciones sólo destruyen poblados de origen
reciente, es decir, colonial o republicano; los antiguos peruanos nunca edificaron en lugares que
ofrecieran posibilidades de ser destruidos por aluviones. Las pocas ruinas arqueológicas que en
esta región Yunga se encuentran sepultadas por materiales traídos por las aguas, se deben a
edificaciones de gentes advenedizas y efímeras, ignorantes de la Geografía; pero las obras
hechas por los antiguos dueños del país permanecen en lugares seguros, que nunca han sufrido el
ataque de los siniestros geográficos.
2.- El relieve de la Yunga Fluvial ofrece también los mismos elementos de valle y quebrada,
pero el valle no es triangular sino alargado e interrumpido por cañones, que las aguas han abierto
en el corazón de las rocas que sustentan a las montañas. En cuanto a la quebrada, es como la ya
descrita para la Yunga Marítima.
El río Huallaga discurre encajonado por el fondo del valle Yunga, en el De-
partamento de Huánuco.
Entre valle y valle se elevan cerros muy altos que suben suavemente, dando lugar a
multitudes de pequeñas quebradas, casi todas aprovechables en actividades forestales,
excepcionalmente agrícolas.
Las Yungas Fluviales más importantes se encuentran en él Río Marañón, en el Río Huallaga,
en los afluentes superiores del Río Ucayali, tales como el Mantaro, el Apurímac y el Urubamba.
IV. EL CLIMA DE LA YUNGA
1.- La Yunga Marítima se caracteriza por ser la región de sol dominante durante casi todo el
año. Las nubes y nieblas se esfuman cada día al aparecer el sol que, por más de nueve meses al
año, ilumina un cielo celeste y brinda más de tres mil horas de insolación anual; únicamente los
aguaceros veraniegos (Enero, Febrero y Marzo) logran ocultar al sol. La humedad es
relativamente baja durante el día y aumenta en la noche. La temperatura fluctúa entre 20 y 27°
C durante el día; las noches son frescas, a causa de los vientos que bajan de las regiones más
altas.
2.- El cuma de la Yunga Fluvial, menos caluroso que el imperante en la Yunga Marítima, es más
agradable y saludable para la vida del hombre, por cuanto sus mínimas son más intensas y más
escasos los agentes trasmisores de enfermedades. Las precipitaciones son más elevadas,
llegando a fluctuar entre 400 y 1,000 mm. durante el verano. La ciudad de Huánuco, que se
encuentra en la Yunga Fluvial del Río Huallaga, goza de fama por su clima: las mañanas son
amenas, las tardes refrescadas por un viento moderado, las noches frescas y serenas; las plan-
tas florecen todo el año y un mismo árbol ofrece simultáneamente flores y frutos verdes y
maduros en sus distintas ramas. Esto pone de manifiesto la benignidad del clima y sus altas
cualidades para la acción creadora del hombre.
La YUNGA, por diversas causas y particularmente por las simbiosis existentes entre los
vegetales propios de la región y los vectores de algunas enfermedades, es propicia a ciertas
endemias como la verruga, llamada también Mal de Carrión o Fiebre de La Oroya fue según
parece es trasmitida por la “titira” (Phlebotomus verrucarum), diminuto insecto que al picar
inocula la Bartonella bacilliformis, agente causante de esta terrible enfermedad. El hábito
generalizado de combatir masivamente a los insectos, la eficacia de los remedios actuales y
alguna otra circunstancia han contribuido a disminuir la gravedad del Mal de Carrión; sin
embargo, se aconseja no permanecer a la intemperie después de la puesta del sol, hora en que
la titira empieza picar a las personas.
Las YUNGAS son también propicias a la Uta o Espundia, producida por la Leishmania;
actualmente se trata con relativa facilidad los estados no avanzados de esta dolencia.
Asimismo, el bocio es frecuente en los caseríos yungas instalados en las partes altas de esta
región y que sólo se proveen de agua en puquiales o vertientes; se le combate con el uso de sal
yodada.
V. FLORA Y VEGETACIÓN DE LA YUNGA
- El vegetal típico de las Yungas Fluvial y Marítima es el molle (Schinus molle). Se trata de una
planta arborescente cuyo tronco rugoso y a veces retorcido, alcanza una altura media de 5 metros.
Sus hojas son compuestas, con más de 20 hojuelas pareadas, lanceoladas y en arambel. Sus
flores son muy pequeñas y de color blanco-crema, dispuestas en racimo. Sus frutos, cuando
maduros, son bayas de color rojo o coral, revestidas de una cutícula apergaminada que envuelve
una semilla negra, recubierta de melaza dulzona de color caramelo.
Hermoso fruto de mito (Carica
candicans). Al fondo planta de
Picho—picho cuyas exquisitas frutas
son el grato presente de la yunga en
los departamentos de Ancash y Lima.
Con la melaza de sus frutos, disuelta en agua cruda, se hace una bebida dulce, refrescante y
diurética, llamada "upi"; si se deja fermentar esta bebida, se convierte en la "chicha de molle",
célebre por su alto grado alcohólico que la torna muy embriagadora. Por está razón, los árboles
de molle fueron muy apreciados en épocas pre-hispánicas, en las que se desarrolló un intenso
comercio de trueque de frutos de molle por pescado y por ocas y papas deshidratadas
("caya" y "moray"). En realidad, correspondió a la vid de nuestros días y por ser muy buscado
o apreciado, recibió también el nombre de "cuyash", que significa "cariño", y que subsiste en
algunos pueblos del Departamento de Ancash.
Su madera es buen combustible; por ser jaspeada, se utiliza en carpintería y
ebanistería. El molle tiene la particularidad de emitir raíces muy largas que, en algunos .casos,
llegan a duplicar o triplicar la longitud del tronco y aún más; debido a esto, puede subsistir en
zonas algo alejadas de la línea de riego y con escasas precipitaciones.
— La cabuya blanca (Fourcroya sp.) y la cabuya azul (Agave sp.) son dos plantas típicas de
las Yungas. Reciben diversos nombres vulgares, tales como: ala, champagra, pita, maguey,
penca, chacha- ' poyano, mejicano, etc. A fin de aclarar ideas, precisaremos que las plantas
se llaman cabuyas; sus hojas se denominan alas o pencas; sus ejes florales, magueyes; y sus
fibras, pita, champagra, chaguar, etc.
La cabuya azul {Agave americana), aclimatada en la
región Yunga, alcanza grandes dimensiones y permite
una industria de fibras duras.
Sus especies no están bien estudiadas, pero son los vegetales más útiles de esta región: brindan
generosos el hilo de sus fibras; las agujas de sus espinas; la cutícula apergaminada de sus hojas que puede
utilizarse como papel; la jabonosa substancia de la pulpa de sus hojas; el tierno alimento de sus
flores en botón; la agradable bebida que se obtiene por la fermentación de su savia; la madera de
sus largos ejes florales, buena para construcciones por ser resistente y liviana; la miel de sus
flores; los gusanos alimenticios que parasitan su tallo; los cómodos asientos que se fabrican con
sus raíces; y la yesca, fácilmente modelable, que se extrae del corazón de los magueyes. De ahí
que se dijera, por algunos cronistas, que estas plantas maravillosas regalaban hilo, aguja, vestido,
cuerdas, miel, vino, vinagre, papel, jabón, alimento, asiento, habitación, etc.
El chuna (Novoes-postoa Lanata) se adapta a las
llanuras y escarpas de la región Yunga, en la cuenca del
río Huallaga.
Estas plantas crecen espontáneamente entre las rocas de las Yungas, alcanzando pequeño
desarrollo; pero cuando son objeto de cultivo, sus hojas se alargan hasta llegar casi a los dos
metros de longitud.
Entre las plantas que decoran las peñolerías yungas, algunas de ellas cual si fueran
increíbles florecimientos de las rocas, figuran las cactáceas: pitajaya, curis, chuna y pumapa-
rurun.
Gigantesco ejemplar de curis (Cereus Mac
rostíbas) decora la quebrada de Checta,
en la regiónYunga del Río Chillón
- La pitajaya (Cactus pitajaya) tiene tallos columnares cilindricos, totalmente recubiertos de espinas y
de una cutícula impermeable que no permite la evaporación del abundante líquido alma cenado en su
pulpa. Sus flores son vistosas, de color anaranjado o verde—amarillo. Sus frutos maduros son
comestibles, de textura esponjosa y sabor agridulce; corresponden a dos variedades: una que madura
amarilla y otra que madura roja. Además, hay estirpes dulces y otras muy agrias.
- El curis (Cereus macrostibas) es una cactácea de tallos columnares prismáticos cuyos
frutos maduros son de color morado. Acumula en sus tallos una especie de incienso muy
agradable que nadie utiliza actualmente. Suele estar parásita do por una hormiga negra.
-El chuná (Novoespostos Lanata) es también una cactácea, de tallos columnares
cilíndricos, recubiertos de menudas espinas y con una vellosidad de color blanco pajizo. En la
punta de los tallos y en torno a las flores y frutos, dicha vellosidad se convierte en abundante
lana, de fibras suaves, que se aprovechan en colchonería con el nombre de "barbasco" o "lana
vegetal"; suele ser de color amarillo pajizo o café claro, pero esta última variedad recibe el
nombre de "pishcol" en el Norte del país. Sus frutos son semejantes a los de la pitajaya. En sus
flores anida un coleóptero diminuto, de color negro, que al ser aprisionado en la mano, emite
un chirrido comparable al canto de los jilgueros, motivo por el cual recibe el nombre de
"jilguerito del chuna".
Esta planta crece con facilidad en las Yungas Fluviales, cubriendo grandes extensiones
inaprovechables para la agricultura. Actualmente es objeto de explotación destructora, pues
cuando los tallos son más altos que la estatura de un hombre, se derriba la planta para cosechar el
"barbasco", lo que constituye un irreparable ataque a las reservas naturales de la nación, si
tenemos en cuenta el lento proceso de crecimiento de estas cactáceas. Habría que fomentar la
difusión de esta especie, pues posee la cualidad de almacenar agua en su estructura, reserva con la
cual se nutre durante los meses secos del verano, en medio de tierras completamente áridas.
- El pumapa—rurun (Meló cactus, Echino cactus) es una cactácea de tallo esférico, de regular
volumen, comparable a la cabeza de un hombre adulto. Está cubierto de espinas gruesas y
afiladas. Produce' un frutito comestible que, al madurar, parece una perla de cristal de color
púrpura brillante. La pulpa de algunas estirpes de melocactus suele ser comestible y sirve
especialmente para calmar la sed de los viajeros.
Plantas de chuna (Novoespostoa lanata). Decoran las escarpas de las
yungas marítima y fluvial. Brinda frutas, lana vegetal y leña.
VI. PRODUCTOS LÍMITES DE LA YUNGA.-
1.- Productos Límites Naturales.- Entre los Productos Límites Naturales indicaremos cinco
árboles frutales: el palto, el lúcumo, el chirimoyo, el guayabo y el ciruelo de fraile.
- El palto (Persea gratissima) es el más importante de estos árboles frutales. Su tallo alcanza
más de cinco metros de altura; sus hojas, de anverso verde brillante y reverso verde claro y
opaco, persisten todo el año. Su fruto tiene la forma de una pera grande, pero a veces es esfé-
rico; y su coloración varía del verde al violado oscuro, casi negro. Este árbol ha sido objeto de
esmerada selección, pues las plantas ancestrales que se encuentran en la Selva Alta y que
reciben el nombre de "Supay-palta", ofrecen frutos con escasísimas substancias comestibles
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  • 1. LA REGIÓN CHALA O COSTA 1) CONCEPTO: Es una tesis del geógrafo peruano Javier Pulgar Vidal, en la cual dicho autor busca hacer una división sistemática del Perú en regiones naturales de acuerdo a pisos altitudinales, flora y fauna. En el pasado, esta región recibió los nombres de CHALA,CHALLA,TCHALLA,LLANOS Y COSTA. Actualmente se le designa preferentemente con el nombre de Costa. La palabra CHALA, en Runa-Shimi, es el nombre que reciben las plantas de maíz; en Aymara corresponde a la idea de “monton” de nuves; en Cauqui significa “tierra reseca y arenosa” y “lugar poco poblado”. Si nos sujetamos al rigor de los hechos geográficos, parece evidente que el nombre CHALA se precisa designar los lugares que suelen estar mas cubiertos por la niebla y , por generalización, al manto de niebla y también a toda la costa, región que desde el limite con Chile hasta muy cerca del limite con el ecuador suele estar cubierto por un manto de niebla, continuo en el sur y algo discontinuo y mas disperso según se acerque al extremo norte ralo. Así, CHALA es la región de las NIEBLAS. Por otro lado CHALLANI es sinónimo de garua o lluvia fina. También se utiliza CHALA y su metátesis LACHA , variante LANCHAY,para referirse a un lugar cubiero por niebla; así como PACAR (CARPA-CARPISH Y CARPAPATA),indica lugares ocultos por un manto de niebla, cerca o lejos del mar. La forma actual de la voz CHALA tuvo su correlativo CHALLA, hasta dar origen a las palabras "challan" y "tallán", gentilicios que emplearon los conquistadores españoles para identificar a los primeros habitantes que encontraron en la costa norte. CHALA dio origen al gentilicio "chalaco" (habitantes del Puerto del Callao y de Sechura), así como para calificar a todo cuanto de la costa procede. La palabra CHALA se emplea también, como peruanismo muy difundido, para designar al maíz sembrado al voleo o a chorro;en Runa Shimi, "Challa" significa también "paja de maíz". Se emplea el topónimo CHALA en lugares muy aleja dos de la ribera marina, guardan relación con cerros, cumbres, abras, etc. que, por su orientación en relación con los vientos dominantes, suelen aparecer cubiertos por nubes durante gran parte del año.
  • 2. 2)CARACTERÍSTICAS: 2.1.-UBICACIÓN La región CHALA o COSTA se extiende desde la orilla del mar, a cero metros, tierra adentro hasta donde la pendiente alcanza los 500 metros de altura s. n. m. Se ha fijado los 500 metros de altitud como límite superior de la región CHALA, en atención a que el manto de nubes que la cubre produce efecto de toldo, casi continuo, hasta dicha elevación y que a mayor altura, a causa de la inversión térmica, cesa su influencia y empieza a despejarse la atmosfera. La altitud fijada en 500 metros está sujeta a leves cambios, de acuerdo con los distintos valles. Por razones de presiones atmosféricas, de surgencia de aguas marinas profundas y de la forma del relieve, en algunos sitios de la costa con cerros altos próximos al mar, existen regiones llamadas "Lomas", donde las nieblas son muy intensas y producen efectos de toldo aún más arriba de los 500 metros de altitud. En el norte del país, durante gran parte del invierno, las nubes no forman un manto continuo o bien se esfuman en las primeras horas de la mañana. Durante el resto del año, aparecen en mantos de mediana extensión que van pasando tierra adentro, unos tras otros, procedentes del Océano y al impulso de la brisa marina. 2.2.-RELIEVE La Región CHALA o COSTA se extiende de sur a norte, a lo largo del Pacífico, con una inclinación variable que la hace subir desde cero metros hasta más o menos 500 metros sobre el nivel del mar, altitud hasta la cual, como queda dicho, ejercen influencia las nieblas procedentes del océano. El relieve es muy complejo, en unos sectores predominan los cerros aislados o la Cadena Costanera; en otros, tienen significación las colinas y las llanuras. El borde de la costa que linda con el mar es generalmente recto, sin entrantes ni salientes muy acentuadas y con muy pocos puertos naturales. La cadena Costanera y los cerros de la costa son, por lo general, de baja altitud; la mayor parte no sobrepasa los 500 metros. Sólo excepcionalmente se elevan por encima de los mil metros. En otros lugares y a causa de largos procesos de erosión, aparecen sistemas de colinas bajas. Debido a sucesivas elevaciones y hundimientos del territorio y a las transgresiones del mar, hay llanuras bajas que parten de la ribera marina y suben con pendientes unas veces casi imperceptible y otras con inclinaciones más acentuadas, convirtiéndose en
  • 3. algunos sitios en tablazos y pampas elevadas; y, en no pocos casos, desaparecen las llanuras para dar lugar a escarpas que caen casi perpendicularmente sobre el mar. Algunas pampas están cubiertas de arenas antiguas o de las que los ríos llevan actualmente al mar. Este las transporta de sur a norte, por acción de la Corriente Peruana; una vez que las olas las arrojan a la orilla, son desecadas por el sol ; luego, ya con menor peso, son arrastradas y transportadas por el viento, dando origen a los arenales, tanto sobre las llanuras, cuanto sobre los cerros más próximos, muchos de los cuales quedan totalmente cubiertos. Las arenas así llevadas por el viento, forman dunas y médanos: las primeras adoptan varias formas, en cuanto a los médanos, es el nombre con el cual se designa, en el Perú, a los grandes cerros cubiertos íntegramente por las arenas, como el Médano de Pacasmayo, al norte de Ancón, en el Departamento de Lima. Analizando el pensamiento de los observadores más conspicuos y recientes de nuestra costa en relación con el relieve y la hidrografía, podríamos considerar, conforme al pensamiento de Augusto WEBERBAUER, cinco sectores o partes que, de sur a norte, son los siguientes: 1) Desde la frontera con Chile hasta Pisco; 2) Desde Pisco hasta Trujillo; 3) Desde Trujillo hasta Punta Pariñas; 4) Desde Punta Pariñas hasta Tumbes; 5) Desde Tumbes hasta Zarumilla. Erwin SCHWE1GGER otorga principalía a los paisajes que ofrece la costa a quien la observa navegando paralelamente a ella. La divide en tres zonas: Norte, Centro y Sur; y considera esta última subdividida en dos subzonas. La Zona Norte comprende desde la frontera con el Ecuador hasta Punta Aguja; la Zona Centro abarca desde Punta Aguja hasta la Isla Sangallán; y la Zona Sur va desde la Isla Sangallán hasta la frontera con Chile. Unificando y completando el pensamiento de los profesores antes citados con nuestras propias observaciones, podemos establecer que: 1.- En el Primer Sector, comprendido entre la frontera con Chile y la Isla de Sangallán, la costa es baja desde la frontera hasta el río Caplina.. Luego se presenta, en forma casi continua, la Cadena Costanera, con cerros de poca elevación que llegan muy cerca del mar o hasta la misma orilla, dando origen a estrechas fajas más o menos planas, a acantilados muy escarpados y a llanuras que aparecen al este de la Cadena; estas llanuras, en unos "pocos casos, tienen una altitud inferior a los 500 metros, pero generalmente los sobrepasan. El primer tramo de la Cadena Costanera, que va desde el Río Caplina hasta el Río Sama, se denomina Sierra Morena: al este de la Sierra Morena se extienden tierras planas a 200 metros de altitud. Del Río Sama al Río Tambo sigue la Cadena Costanera pero con mayor altitud y cortada por los Ríos Locumba y Moquegua a través de estrechos valles. Prosigue hacia el norte y, al ser cortada por los Ríos Tambo y Majes, deja amplios valles que llegan al mar. Entre las bocas de los Ríos Majes y Chaparra, las pampas son sustituidas por tierras onduladas. Desde el Río Chaparra al Río Yauca, algunas crestas de la Cadena de los Andes llegan hasta el mar, así como algunos cerros de la Cadena Costanera. De las Lomas de Atiquipa bajan arroyos efímeros en los meses de inviernos lluviosos. Desde el Río Yauca hasta más al norte del Puerto de Lomas, se extiende una costa baja, llana, interrumpida por médanos. Cerca de la Bahía de San Nicolás reaparece la Cadena Costanera, formando mesetas de superficies onduladas, inclinadas hacia el este y escar- padas en el lado marino. En este tramo se levanta el gran Cerro Tunga o Monte Criterión. Prosigue la Cadena Costanera con el nombre de Mesa de Doña María Francisca; de ella se desprenden dos penínsulas que forman la Bahía de la Independencia. Concluye la Cadena Cos- tanera en la Península de Paracas y en la Isla de Sangallán. En este tramo llegan al mar las aguas del Río Grande. Las del Río Ica se pierden en los arenales de la costa, pérdida compensada
  • 4. parcialmente por la existencia de una regular napa freática que alimenta lagunas minero- medicinales como la de Huacachina. y permite la apertura de pozos para extraer aguas subterráneas. Para terminar, debemos indicar que este sector de la costa carece de islas marinas, salvo las pequeñas islas de Santa Rosa, La Independencia y Sangalíán. Sehweigger considera que la subzona entre la frontera con Chile y Ático es una zona de hundimiento, tal como lo revelan la pequeña longitud de algunos ríos y la prosecución submarina de los cauces inferiores antiguos de los Ríos Ocoña. Vítor y Tambo. La subzona de Ático a Paracas es principalmente de levantamiento, con un mar muy profundo. 2. El Segundo Sector se extiende desde la Isla de Sangallán hasta Salaverry. Al norte de Paracas desaparece la Cadena Costanera y la costa se torna llana y baja hasta la Pampa de El Imperial, en cuyo extremo septentrional aparecen los Cerros de Quilmaná, que llegan hasta el mar. Desde este punto hasta el Puerto de Salaverry, los tramos llanos de la costa son de reducida extensión, debido a que los contrafuertes de la Cadena de los Andes avanzan hasta el océano. En la cuenca del Río Pisco el ancho de la costa supera a los 70 kilómetros, pero se estrecha hacia el norte. El borde externo de la costa es llano entre Pisco y Chincha; de allí hasta Lima es ora plano ora escarpado. Las cuencas de los Ríos Asia, Lurín, Rímac, Chillón y Chancay, presentan cerros casi Insta el mar. El valle seco de Chilca tiene una pequeña área agrícola y una laguna medicinal, abastecidas ambas por aguas subterráneas. Entre Pucusana y Punta Negra, los cerros llegan al mar y forman pequeñas playas protegidas y amplios acantilados y boquerones. Desde ahí a Lima, la costa es desértica, llana o alta; ha sido ocupada recientemente por balnearios', algunos de los cuales han obtenido agua subterránea. El desierto de Conchán y el médano de Lomo de Corvina se encuentran en proceso de ocupación económica, pues las amplias playas de arena ofrecen balnearios a la ciudad de Lima y permiten el establecimiento de centros de recreación, debido a la importante napa freática de agua dulce que poseen. La ciudad de Lima está rodeada por cerros de mediana altitud: al sur. el cerro aislado conocido como Morro Solar; al oriente, los cerros de El Agustino, San Cristóbal y San Gerónimo; y al norte, una serie de cerros, especie de cadena que va hasta Ancón y que se conoce como los Cerros Chillón o Challan, entre cuyas entrantes y salientes se han instalado balnearios como Ventanilla, Santa Rosa, Playa Hermosa y Ancón. Después de la llanura desértica de Ancón, irrumpe en la costa el médano de Pasamayo, con paredes de gran inclinación que suben más arriba de los 300 metros, sin dejar playas. Por sus escarpas se ha construido una carretera que ofrece el grave inconveniente de ser invadida por las arenas durante las horas de mayor viento y con ocasión de temblores. Al norte del Río Chancay encontramos cerros elevados que se acercan al mar en Lachay y en Punta Salinas, detrás de la cual se inicia la Playa Chica situada al sur de Huacho. Al sur de las Lomas de Lachay hay una quebrada seca que, a través del Portachuelo del Ahorcado está reci- biendo las aguas filtradas de la Irrigación de Santa Rosa. Así también, al norte de Huaura y Végueta, ha aparecido la llamada Laguna de los Vinos, resultante de una mezcla de aguas marinas Ha marina de San Lorenzo, frente al Callao. Antaño fue guanera. El océano va erosionando lentamente sus riberas, horadando y arrancan do peñascos.
  • 5. y dulces, procedentes de las irrigaciones efectuadas últimamente en la parte superior de la Pampa del Medio Mundo. Prosigue la costa con playas de regular amplitud, atravesada por los Ríos Supe, Pativilca y Fortaleza; entre este último y el Río Santa, los cerros llegan hasta el mar. Ahí está el Cerro de Colorado Chico y otros que por su mayor elevación han sido aprovechados para colocar las instalaciones destinadas a telecomunicaciones. Estos cerros permiten la formación de puertos naturales en las amplias bahías a que dan origen, como las de Samanco y Chimbote. Al norte del Río Santa hay una variación en el relieve, pues la costa es menos sinuosa pero más desértica, con cerros y pampas como las de Chao y Virú, que podrían ser irrigadas con aguas del Río Santa. 3.- El Tercer Sector se extiende desde el Puerto de Salaverry hasta la Punta Pariñas. Al norte de Trujillo se encuentra el Cerro Campana. A continuación se inicia la gran planicie costanera del norte, cuyo ancho varía mucho y alcanza su máxima dimensión en el Desierto de Sechura y el Despoblado de Olmos. Debido al inmenso arenal, la mayor parte de los ríos se extinguen sin ingresar al mar. En los valles bien irrigados, como son los de Chicama, Jequetepeque, Saña, Chancay, La Leche, Piura y Chira, se aprovecha al máximo, para fines agrícolas, las llanuras aluviales que constituyen el fondo de los valles bajos próximos al mar. La Irrigación de Olmos tiene por objeto derivar las aguas del río Huancabamba a la cuenca del río Olmos en la Hoya del Pacífico. Es un antiguo proyecto del gobierno del presidente Leguía, actualizado varias veces. El primer proyectista fue el ingeniero norteamericano Sutton; actualmente, está asesorado por técnicos soviéticos. Se espera irrigar 128,000 hectáreas de tierras nuevas, generar hasta 660,000 kilovatios de fluido eléctrico y asentar 70,000 personas. Las obras incluyen un túnel de 20 kilómetros de largo, a través de la Cadena Occidental de los Andes; y otro túnel piloto de 12 kilómetros. Tiene un factor geográfico en contra; el régimen muy irregular del río Huancabamba. Muchas veces se ha recomendado la arborización de toda la cuenca superior de dicho río, a fin de aumentar la captación de aguas y regularizar el curso de las mismas; pero, hasta la fecha, no se ha iniciado esta obra correctora. En el grado 6 de LS se encuentra la península formada por el Cerro de Illescas, cuyo punto más alto tiene 517 metros; al norte hay otra península formada por la Silla de Paita; y entre ambas integran la Bahía de Sechura, que es un gran puerto natural. Al norte de la segunda península está situado el Puerto de Paita. El llamado Desierto de Sechura se extiende entre Mórrope por el sur y el Río Piura por el norte. Esta inmensa llanura tiene muy escasa inclinación, a tal punto que desde el mar hasta Tambo Grande hay 80 kilómetros de distancia con sólo 75 metros de desnivel. En este Desierto de Sechura hay numerosos ríos secos que en los años lluviosos, que se presentan cuando la Corriente del Niño desciende más que de ordinario, suelen llevar agua proveniente de las lluvias; pero debido al inmenso arenal, las aguas se pierden sin llegar al mar. En algunos sitios reaparecen, formando lagunas, algunas mas o me«es estables como las de Napique y Ramón y otras efímeras. El reservorio de Tinajones, en el departamento de Lambayeque almacena 320 millones de m^ de agua destinadas a regularizar los riegos en dicha región.
  • 6. desciende más que de ordinario, suelen llevar agua proveniente de las lluvias; pero debido al inmenso arenal, las aguas se pierden sin llegar al mar. En algunos sitios reaparecen, formando lagunas, algunas mas o me«es estables como las de Napique y Ramón y otras efímeras. Al norte de Paita, la costa se eleva hasta una altitud aproximada de 80 metros y forma la pampa que se conoce con el nombre de Tablazo de Paita. Por el Tablazo discurre el Río Chira, de aguas abundantes y permanentes que sirven exiguas tierras agrícolas; para aprovechar estas aguas se han desviado las del Quiroz, afluente del Chira, hacia el Shipillico que pertenece a la cuenca del Río Piura, almacenándolas en la Represa de Los Cocos que permite irrigar las tierras de San Lorenzo, con una extensión total de más de cuarenta mil hectáreas nuevas, además de haberse asegurado el riego normal del valle viejo del Río Piura. Recientemente se ha construido la presa de Poechos, en el curso del río Chira, para almacenar mil millones de metros cúbicos de agua destinada a irrigar amplias áreas en los valles de los ríos Chira y Piura, que ofrecen la singular ventaja de encontrarse próximos a los yacimientos de fosfatos de Bayóvar. 4.- El Cuarto Sector se extiende desde la Punta Pariñas hasta las Colinas de Zorritos. La costa es alta, formada por tablazos de pendientes generalmente escarpadas, a cuyo píe se halla directamente el océano o una estrecha faja litoral. El límite interior del tablazo corre a lo largo de los Cerros de Amotape, de donde bajan numerosas quebradas que llevan algo de agua en las épocas de lluvia, aunque en cantidades insuficientes para fines agrícolas. Al norte de Máncora se observan grandes extensiones cubiertas por suaves colinas que van hasta el norte de Zorritos. Una de las más trascendentales tareas que cumple el chalaco actual es irrigar los desiertos de la chala o costa. A veces vuelve a emplear canales, como este del Taymi, abierto en tiempos prehistóricos. 5.- El Quinto Sector se extiende desde el límite de las Colinas de Zorritos hasta la frontera con el Ecuador. Inmediatamente al norte de las Colinas de Zorritos se inicia la cuenca del Río Tumbes y desde allí hasta la frontera, nos encontramos dentro del Golfo de Guayaquil, por lo cual este sector de la costa es muy diferente de los otros que hemos estudiado y que se caracterizan por su aridez. Aquí, la costa está formada por una llanura aluvial que toca con las Colinas de Zorritos y con los Cerros de Amotape, de los cuales forma parte. En este sector corren los ríos Tumbes y Zarumilla que desembocan en el mar formando importantes deltas, esteros e islas cubiertas de manglares. El Tumbes tiene aguas permanentes; como nace en el Ecuador, se están ultimando trabajos internacionales, en armonía con este país, para irrigar amplias áreas en sus dos márgenes; es también el único río navegable de la Vertiente del Pacífico (el Chira lo es sólo en algunos trechos). El río Zarumilla es de aguas escasas, que suelen secarse en años poco lluviosos. IV- EL CLIMA DELACHALA El clima de la Región Chala o Costa ofrece singularidades únicas en el mundo. Por su localización en el trópico, debería tener entre 1300 y 1500 milímetros de precipitación anual; pero resulta que en el 98% de su superficie, la lluvia fluctúa entre 0 y 50 milímetros (excepcionalmente 250 mm. en algunas de las lomas más arborizadas). La atmósfera, desde Mayo
  • 7. a Diciembre, especialmente en el sector central de la Chala, está cargada de nubes del tipo estrato que amenazan con grandes lluvias; pero nunca se presenta el anunciado aguacero, salvo una débil llovizna llamada garúa o challani, que moles-la más de lo que humedece. En algunos de los desiertos de rocas, arena y cascajo que cubren las colinas altas dé la costa o chala próximos al mar, en donde no existen fuentes ni cursos de agua, crecen algunos árboles y arbustos permanentes y durante más de seis meses al año prospera lozanísima una vegetación herbácea que se nutre a expensas de la gran humedad del aire, de las densas nieblas y de la tenue garúa o challani, que se precipita lenta pero constantemente. Esta carga de agua en el aire proviene de las húmedas y calientes masas aéreas ecuatoriales que soplan del mar hacia nuestras costas y que, al desplazarse sobre la superficie fría de la Corriente Peruana, se condensan y dan origen a la niebla y a las nubes que se acumulan formando un grueso paquete del tipo estrato, el que cubre a guisa de toldo o carpa la región costanera, entre el nivel del mar y los 500 metros de altitud. Algunos días se eleva hasta los 800 metros sobre la Costa, pero su influencia tierra adentro sólo se siente hasta los 500 m.s.n.m. Otra particularidad del clima de la costa es su temperatura más baja que la correspondiente a su latitud. Así, la ciudad de Bahía, que está ubicada en las costas del Brasil casi sobre el mismo paralelo que el Callao, tiene una temperatura media anual de 24.8 grados, mientras que nuestro puerto tiene 19.2 grados; el mes más frío de Bahía es de 22.5 grados, o sea, un grado más alto que el mes más cálido del Callao. La temperatura del aire, a ras del suelo, es menor que la temperatura a 800 metros de altitud: esto es, que se opera un fenómeno de inversión térmica que impide la producción de lluvias torrenciales. En relación con la irradiación solar, el clima de la Costa tiene dos etapas claras y distintas: 1) La época con sol, desde fines de diciembre hasta principios de mayo, con temperaturas altas al sol y templadas a la sombra; 2) La época sin sol, desde principios de mayo a fines de diciembre, con ciertas interrupciones de días asoleados, como la que se produce hacia el 24 de junio (conocida con el nombre de "Veranito de San Juan") y las que se presentan con posterioridad a la iniciación de la primavera. La época sin sol se caracteriza por producir sensación de frío, aun cuando el termómetro rara vez baja de 11 grados. Este frío aparente se debe a la humedad de la atmósfera que, en la mayoría de los días, se acerca al 100 por ciento de saturación, lo que para las personas equivale a estar sumergidas en agua. El viento, el agua de mar y el oleaje atacan constantemente a los islotes y van erosionándolos. Por todo lo expuesto, no es posible seguir sosteniendo como varios autores lo han sugerido y expresado, que el clima de la costa es semitropical o subtropical. En realidad, es un clima sui géneris que no podemos ni debemos tratar de acomodar dentro de ninguna de las pautas o cuadros de los climas mundiales, ni tampoco de los climas americanos. El "clima de Chala" o de la Región Chala no tiene par en el mundo y por eso proponemos que, así como la puna es una región única cuyo nombre ha sido adoptado mundialmente, así también es singularísimo y propio del Perú el "clima de Chala" y debe adoptarse como una particularidad geográfica peruana. Sabemos que algunos climas de las
  • 8. regiones situadas en las otras costas occidentales del mundo se parecen en algo al "clima de Chala", pero de ninguna manera llegan a identificarse con él. Las causas del "clima de Chala" son: 1.- Una atmósfera dominada por el anticiclón del Pacífico y por el alisio del sudeste, más dos corrientes regionales predominantes: el viento llamado brisado virazón que sopla durante el día, del mar a la tierra y que en algunos sectores llega a ser muy fuerte como en Lambayeque y en Ica; y el viento conocido con el nombre de terral, que sopla durante la noche, de la tierra al mar. 2.- Una presión atmosférica casi constante, con algunos sectores que ofrecen cierta variabilidad, todo lo cual contribuye a la presencia de grandes sectores con nieblas muy cerradas y de algunas zonas, con ventanas de sol o con niebla esfumada que permite el paso de un sol suavizado y tenue o de una simple resolana. 3.- Un aire muy húmedo se desplaza sobre un suelo reseco sin dejar ninguna humedad permanente, salvo cuando hay vegetación sobre él, razón por la cual es posible afirmar que en la mayor parte de la Región Chala no hay vegetación no porque falte agua, sino que no hay agua porque falta vegetación sembrada por el hombre, la cual, al captar la humedad del aire, daría origen a puquiales y arroyuelos. 4.- Una temperatura templada casi uniforme que, sin embargo, produce una sensación de intenso frío durante algunos meses del año, a causa de la humedad, aunque en los días más álgidos no baje de 11 grados centígrados. 5.- Un mar siempre frío o templado, debido a la surgencia de las aguas profundas que se desplazan de abajo hacía arriba y corren de sur a norte, al impulso de la corriente marina de Humboldt. Mar cuya temperatura se altera sólo excepcionalmente cuando hacen su aparición grandes lenguas de aguas oceánicas calientes en dirección de oeste a este, hasta alcanzar las orillas de la costa peruana. Un mar, finalmente, que también se calienta de manera cíclica cuando las corrientes del Golfo de Guayaquil y la Corriente del Niño alargan sus límites meridionales, con las consiguientes secuelas de escualos, muerte del plancton y lluvias torrenciales sobre la costa. 6.- Un régimen fluvial regular, muy original, que permite a los ríos llevar abundantes aguas en los meses de Diciembre a Abril, en la época del mayor calor, sin que por lo regular se produzcan lluvias u otro tipo de precipitación en el Centro y Sur; pero las lluvias son frecuentes en el Norte. 7.- Un régimen excepcional de lavas torrenciales o huaycos extra regionales, a la par destructores y benéficos, que permiten a los suelos empobrecidos recibir aguas turbias cargadas de nutrientes, de materia orgánica y de elementos menores que mantienen la fertilidad de la tierra a lo largo de los siglos, a pesar de ser objeto de sucesivas e ininterrumpidas labores agrícolas. El "Clima de Chala" permite la aclimatación, desarrollo y producción de la mayor parte de los vegetales que crecen en los demás climas de la tierra. Así, por ejemplo, Lima ha sido una ciudad jardín y actualmente prosperan aún admirablemente en los jardines de las casas particulares, el más variado de los muestrarios vegetales del orbe. V. FLORA Y VEGETACIÓN DE LA CHALA Dentro de la unidad del relieve costanero, la diversidad de suelos y el agua disponible determinan varios tipos de vegetación: 1) Vegetación del litoral marino. 2) Vegetación de los esteros. 3) Vegetación de las islas. 4) Vegetación de los campos de arena con napa freática. 5) Vegetación de la ribera fluvial, monte ribereño o matorral costanero. 6) Vegetación de las lomas. 7) Vegetación de los barrancos. 8) Vegetación de los lugares polvorientos y movedizos 9) Vegetación de las lagunas y pantanos. 10) Vegetación de los campos cultivados y vecindades de ellos.
  • 9. 1.- Vegetación del litoral marino.- Las tierras próximas al mar suelen estar cargadas de sal y, como consecuencia, son inaparentes para el desarrollo de la mayoría de las plantas. Las pocas especies que soportan o que prefieren estos suelos re- ciben el nombre de "halófilas". Entre ellas figuran: a. La Grama Salada (Distichlis Spicata; Distichlis Thalassica) es la gramínea que crece formando denso tapiz en las lindes de las lagunas albuferas del litoral, en las zonas desérticas que ofrecen capas freáticas y en aquellos sitios en que hay napas de agua dulce por la condensación de las garúas costaneras o por la infiltración del agua de los ríos. Forma una verdadera zona típica de vegetación costanera que, como indica el doctor Ángel Maldonado, denominaremos "Zona de los Gramadales". Esta planta forrajera lanza rizomas a veces muy largos; sus tallos tienen más de veinticinco centímetros de altura, pero cuando son cubiertos por las capas de arena que amontona el viento, siguen creciendo, quedando siempre sobre la duna o manto arenoso. En esta circunstancia, los tallos se aprietan y entrecruzan, formando algo así como gruesos troncos o haces de varios metros de altura. En esta forma soportan el empuje de las arenas que, amontonándose en torno a dichos "tallos", contribuyen a la formación de dunas. Por su parte, los rizomas también se entrecruzan y se apiñan, constituyendo la "champa", especie de adobe que puede utilizarse como material de construcción. Es grama es muy importante, pues sirve para detener la marcha de las arenas; además, es indicadora de la presencia de napas de agua dulce, poco profundas. No es aconsejable el incendio de los gramadales, especialmente si coincide con la época de vientos fuertes, pues el desierto queda desatado y las arenas pueden invadir los campos de cultivo. b. Salicornia fruticosa, chenopodiácea muy frecuente en las playas arenosas. Suele formar asociaciones puras que amarran las arenas y contribuyen a proteger la vida de lagartijas y pajarillos. c. Sesuvium portulacastrum, hierba suculenta, propia de las playas arenosas en donde origina dunas. Vive también en sitios planos que están sujetos a las inundaciones del mar. En el norte del Perú esta planta es muy abundante así desde Pimentel hasta El Buque, tal como lo indica Weberbauer, aparece a lo largo de 24 kilómetros formando muchísimas dunas. 2.- Vegetación de los esteros.- El "manglar" es una formación halofítica, típica del extremo norte de nuestra costa. El mangle (Rhizophora mangle) es un árbol que se reproduce principalmente por raíces adventicias que, al tocar el suelo, dan origen a nuevos tallos y a nuevas ramas, los que avanzan inconteniblemente hasta invadir el mar próximo a las orillas, formando una verdadera maraña o macizo vegetal impenetrable a guisa de festón vivo que bordea los esteros, nombre empleado para designar a los distintos brazos por los que desembocan los ríos Tumbes y Zarumilla. Esta vegetación rodea a la isla de Matapalo. El mangle se multiplica también por semillas que germinan en el fango de las tierras que recubre la marea alta. Ofrece la ventaja de suministrar una madera muy dura, casi incorruptible, muy pesada y, aunque es difícil de trabajar, tiene grandes posibilidades en el mercado mundial donde escasean las maderas duras. Además, produce una corteza gruesa, rica en tanino, que se emplea en la curtiembre de cueros y en la industria petrolera. Entre las raíces de los mangles, viven ostras, conchas negras y otros mariscos. Juzgamos que sería muy aconsejable aclimatar mangles en las bocas de nuestros ríos costaneros, los que modificarían el paisaje y proporcionarían un magnífico material de construcción. En el estero, crece también el geli o jelí (Laguncularia racemosa), llamado también mangle bobo o paraban, árbol de regular alzada y de muy buena madera que, por falta de control entomológico, está actualmente afectada por un insecto que deteriora los troncos. Asimismo, crece Avicenia Tomentosa o mangle blanco y finalmente, aunque rara vez, aparece el mangle botoncillo o Conocarpus erecta, propio de los pantanos salinos. 3.- Vegetación de las islas.- Los viajeros antiguos mencionan la existencia de algunos árboles en las islas guaneras del norte del Perú; actualmente no se encuentran ejemplares espontáneos en ninguna de ellas y, sólo esporádicamente, ofrecen la típica vegetación de "lomas”. En la isla de San Lorenzo, por ejemplo, Á. Weberbauer ha estudiado las siguientes especies: — la gramínea Eragrostis Peruviana
  • 10. que es común a las lomas (algunas de sus variedades crecen hasta grandes altitudes, incorporándose a la vegetación monoforma de la puna, en donde todas las gramíneas reciben el nombre de ichu); —el llantén (Plantago Limensi); —catorce hierbas anuales; —cuatro hierbas perennes no tubíferas ni bulbíferas; —cinco hierbas perennes tubíferas: entre ellas, dos oxalidáceas de hojas comestibles; —tres subarbustos; —una tillandsia; —un cactus decumbente; y —una parásita: la cuscuta. 4. Vegetación de los campos de arena con napa freática.- El vegetal más significativo de los desiertos de arena con napa freática es el algarrobo (Prosopis Juliflora). Este árbol fue llamado "guarango" en el Antiguo Perú, nombre con el que se le denomina aún en lea; pero no se debe confundir con otra leguminosa espinosa que también se llama "huarango", "espino" o "faiqué" (Acacia Macracantha). Los estudios más recientes demuestran que el algarrobo es un verdadero árbol-milagro del desierto peruano. Las semillas caen al suelo todos los años; algunos animales las difunden en sus andanzas, ya que no pierden su poder germinativo al pasar por el tracto intestinal Algunas semillas nacen al llegar las lluvias veraniegas; otras aguardan mejor ocasión para germinar. Durante el primer año de vida, poco crecen el tallo y las ramillas, mientras que la raíz se desarrolla mucho más, a favor del geotropismo y en busca de la napa freática. Si el agua subterránea se encuentra a poca distancia de la superficie, la subsistencia de la planta queda asegurada al final del primer año; pero cuando la napa es profunda, el desarrollo se detiene durante el verano, prosigue al presentarse un nuevo año lluvioso y este proceso se repite hasta el momento en que las raíces alcanzan la napa freática. Pero, si se interrumpe el ciclo de varios años húmedos continuos antes de que estas raíces lleguen a la humedad perma- nente, entonces las plantas se mueren a medio desarrollar y sólo superviven aquellas que, al término del ciclo pluvial, llegaron a la zona húmeda estable. Debido a este fenómeno, los campesinos saben cuáles son los bosquecillos de los desiertos arenosos de Tumbes, Piura y Lambayeque, que corresponden a los aguaceros del año de 1925 y cuáles otros a diferentes ciclos pluviales anteriores o posteriores. El algarrobo produce una vaina cargada de substancias nutritivas dulzonas. Se consume al natural, aunque con mayor frecuencia en extracto o melaza, denominado algarrobina, el que se emplea para saborizar bebidas frías o calientes y para cocteles. Tanto el árbol como la vaina del algarrobo han merecido los nombres de tacú, taco, tacú - tacú o taco - taco; asi- mismo, se llamaba tacú - tacú a un plato prehispánico, que se elaboraba a base del contenido alimenticio que rodea a las semillas. Dicha vaina es también excelente alimento para ganado cabrío, vacuno y equino. La madera de algarrobo tiene alto poder calórico, por lo cual se la emplea para hacer lefia y carbón. Durante mucho tiempo, la ciudad de Lima y la mayor parte de las ciudades de la región Chala o Costa han consumido carbón de madera procedente de los algarrobales del desierto costanero. Pero este uso irracional ha provocado en muchos de los valles que van al Océano Pacífico, la desaparición casi total de la especie o su reemplazo por otras menos útiles. A esta causa, que es naturalmente la más importante en la desaparición del algarrobo, se suma la disminución del número de los burros o "piajenos" y de las muías que, al transitar por los desiertos, dejaban las semillas que habían ingerido y eran así los grandes aliados de la forestación del despoblado. Sin forzar la hipótesis, creemos que la mayoría de los algarrobales del Norte, en los despoblados de Olmos, Pabur y Sechura, habrían sido originalmente sembrados en épocas remotas, por gentes que llegaron a conocer muy bien los ciclos pluviales y las
  • 11. relaciones de los algarrobos con las napas freáticas más o menos profundas. Hoy mismo, se podría arborizar nuevamente el despoblado empleando avionetas para arrojar oportunamente las semillas sobre los arenales, con el objeto de aprovechar el ciclo pluvial para su germinación. Actualmente se está ensayando su aclimatación en el Noroeste del Brasil; personalmente, hemos contribuido a su sembrío en el Valle del Cauca, en Colombia. A expensas de las napas freáticas permanentes o cíclicas, se desarrollan también los árboles de Parkinsonia Aculeata o palo verde, Capparis angulata o sapote, Capparis ovalifolia o bichayo y Capparis cortata o satuyo. Estas plantas suministran leña y goma, especialmente el sapote que produce la llamada "goma de sapote" o "goma de palo", capaz de reemplazar a la goma arábiga en fines industriales. Merece especial mención una planta que también se nutre del agua subterránea y almacena agua en sus grandes raíces tuberosas en algo parecidas a las de la yuca, razón por la cual se le denomina yuca de caballo (proboscidea altheaefolia). Es una hierba decumbente que se caracteriza por sus grandes frutos provistos de dos cuernos curvos. Muy parecida en sus raíces es la yuca de monte (Apodanthera biflora), de tubérculos comestibles; pero se diferencia en que es una hierba anual que se nutre preferentemente de las lluvias estacionales. 5.- Vegetación de la ribera fluvial llamada también monte ribereño o matorral costanero.- Las aguas de los ríos humedecen de ordinario una faja estrecha de suelo en cada orilla. En los lugares muy planos, la zona humedecida suele ser más ancha. En ambos casos, a expensas de la humedad originada por la filtración o por los desbordamientos estacionales, crecen plantas permanentes que forman un matorral difícil de atravesar. Allí predominan: —La caña brava, saguara o zacuara (Gynerium Sagittatum), cuyo panículo floral, semejante al de la caña de azúcar, se utiliza para hacer adornos y cuyos renuevos son comestibles. — El pájaro bobo (Tessaria integrifolia), arbusto de tallos fofos, que se reproduce principalmente por medio de rizomas, amarra las piedras a las orillas del río y forma macizos verdiplomos, debido a la coloración de sus hojas. - El carrizo (Arundo Donax), venido de España, crece mezclado con la caña brava y el pájaro bobo; es muy utilizado en la manufactura de canastas, jaulas, esteras, etc., así como en construcciones. Como dato interesante, anotaremos aquí que en el año de 1965, vimos plantas florecidas en un jardín particular de la segunda cuadra de la Avenida Arequipa, en Lima. 6.- Vegetación de las lomas.- En las estribaciones andinas cercanas al mar, que debido a su posición y a su agrupación tienen la particularidad de detener el avance de las neblinas invernales, convirtiéndose así en los lugares donde, conforme a la expresión popular, "duermen las neblinas", se produce una vegetación espontánea y efímera, que comienza a fines de mayo y dura más o menos hasta, fines de octubre. El conjunto de especies que forman dicha vegetación recibe el nombre de "lomas" u "ornas".
  • 12. Las lomas de la región Chala o Costa florecen en época de neblinas, entre mayo y setiembre. En relación con el hecho geográfico denominado "lomas", hemos elaborado una hipótesis de trabajo: Es probable que el antiguo peruano observara (como lo hemos hecho en nuestro tiempo) que cuando las nieblas pasan sobre suelos sin vegetación, dejan algo de agua en la superficie, pero en cantidades tan pequeñas que se evapora completamente hacia el medio día con el solo calor de la resolana diurna. Por el contrario, cuando las nieblas pasan sobre suelos con vegetación, las plantas captan y condensan mucha agua que es depositada a una profundidad que varía en proporción directa a la altura y a la naturaleza de la vegetación. La estructura de las actuales lomas, los restos prehistóricos y arqueológicos, las pictografías, etc., hacen pensar que el hombre vivió largo tiempo en las lomas hoy despobladas: sembró forrajes, arbustos y árboles útiles productores de frutos y de madera, muchos de los cuales han desaparecido en los últimos siglos, ya sea por la irracional acción humana a través del fuego o del sobre—pastoreo, ya sea por la invasión de las arenas, pero especialmente por falta de conservación y protección de los recursos naturales. Durante su larga estada en las lomas, el antiguo poblador pudo comprobar que el rocío se acumulaba en gran cantidad sobre las plantas altas que había sembrado, con lo cual el suelo se humedecía a mayor profundidad; que arroyos efímeros discurrían a expensas de esta abundante captación y que, pasada la estación nublada, persistían algunos puquiales con agua permanente para atender a las necesidades de la población. En los antiguos idiomas Cauqui y Aymara, las palabras "urna" y "orna" se emplean para designar el "agua". Y como este líquido es el factor decisivo para la supervivencia del grupo, siguiendo las prácticas de la Toponimia Racional, denominaron OMA u OMAS a todos aquellos lugares en que la captación de agua se producía con mayor abundancia. El topónimo OMAS se tornó frecuente a lo largo de la región Chala y hubo necesidad de calificarlo con otro vocablo, naciendo así Ornas de Atiquipa, Ornas de Quilmaná, Ornas de Lachay, salvo una que sigue llamándose simplemente Ornas, en la cuenca del Río Asia. Al producirse la conquista, el español recogió el antiguo topónimo genérico "Ornas", pero por similicadencia y por una extraordinaria coincidencia orográfica, hizo la identificación y sustitución de "Ornas" por "Lomas". Por otro lado, el complejo geográfico llamado "Ornas" en el Antiguo Perú, se produce y se ha producido siempre sobre lo que en castellano se llama "lomas", o sea, sobre cerros de regular altura. Cómo complementación de nuestra hipótesis y de su verosimilitud, debemos recordar que el cambio de nombre fue fácil por la introducción de la escritura fonética, por la rápida
  • 13. despoblación aborigen de la región Chala, por su incorporación al mestizaje; pero queda como testimonio folklórico de gran valor el hecho que el pueblo no llama "lomas" a las formas orográficas sino a la vegetación que crece sobre ellas y es causa de la captación de las aguas que permiten el pastoreo de ganado sin necesidad de abrevaderos. Los' lugares notables por la abundancia de sus "lomas" a lo largo de la Costa, son: Atiquipa, cerca del puerto de Chala; los alrededores de las bahías de San Juan y de San Nicolás; los cerros contiguos al río de Ica por su margen derecha, entre Cayango y el mar; el Cerro Quemado, próximo a la Bahía de la Independencia; los cerros de Quilmaná, cerca de Asia; las estribaciones de Atocongo, Cajamarquilla, San Jerónimo y San Juan, cerca de Lima; Lachay, cerca de Chancay; Pacar, cerca de Paramonga; vecindades de Huarmey y Casma, cerros de Chimbóte; cerros Campana, Cabezón y Prieto, entre Trujilio y Chicama; etc. Entre las hierbas que crecen en las "lomas", se destacan: el amancay (Hymenocallis amancaes), la papita de San Juan (Begonia geraniifolia), el tomate silvestre (Solanum sp.), el tabaco silvestre (Nicotiana sp.), la azucena del inca (Alstroemeria pelegrina), la nolana (Nolana sp.), la valeriana (Valeriana sp.) Entre los arbustos tenemos el heliotropo (Heliotropium peruvianum) de flores lilas muy perfumadas. Entre los árboles podemos citar: el mito (Carica candicans) de gruesos tallos jugosos y de frutos comestibles semejantes a la papaya; la tara (Caesalpina tinctoria), leguminosa de vainas tánicas, madera recia y de corteza tintórea que forma curiosa simbiosis con los musgos, congonas, cardos y líquenes que viven sobre sus ramas, ayudándole a captar el agua de las neblinas y garúas; el huarango (Acacia macracantha). La tara (Caesalpinea tinctoria) es un árbol muy resistente a la sequía. Sirvió para arborizar las lomas, pampas y quebradas desde la región Chala o Costa hasta la región Quechua.
  • 14. El mito (Carica candicans) es una papaya sil- vestre que vive desde la región Chala o Costa hasta la región Quechua. Es planta indicadora de aquellos lugares en que alguna vez habitó el hombre. Desde 1930. se está llevando a cabo un interesante experimento de forestación en las "Lomas" de Lachay: se ha comprobado que el suelo desprovisto de vegetación sólo absorbe muy pequeña cantidad de agua de las nubes y nieblas que pasan sobre él; cuando hay hierbas pequeñas, la humedad penetra más en el subsuelo; cuando hay arbustos, se profundiza aún más. De tal manera que la capa húmeda aumenta de profundidad en razón directa a la elevación de las plantas que crecen sobre el suelo. Así se almacena una gran cantidad del agua atmosférica en la tierra, lo que permite la subsistencia de los árboles durante el verano, a pesar del intenso calor y de la falta de lluvias y de riego. Pero hay algo más importante aún: la humedad subterránea puede ser captada por pozos que se perforen en lugares adecuados, operándose así el maravilloso acontecimiento de crear agua en pequeñas áreas del desierto, por obra humana. Estos experimentos antiguos y modernos sobre captación del agua atmosférica, demuestran claramente la posibilidad de formar bosques en casi todos los cerros costaneros, con la consiguiente transformación del paisaje y del régimen de aguas, pues en las inmediaciones de los bosques nacerían vertientes y hasta pequeños arroyos. Toca al Gobierno y a las generacio- nes venideras realizar esta tarea para compensar la desforestación que practicaron nuestros mayores, llevados de la necesidad de combustibles y de materiales de construcción. Las especies vegetales que se recomiendan para reforestar las lomas, en orden de rendimiento, son: el eucalipto (Eucalyptus botryoides, E. rostrata, E. camaldulensis, E. citriodora y otras cincuenta especies más de este género que se vienen ensayando con éxito en Lachay durante la última década), el pino de Australia (Casuarina equisetofolia) y el roble de Australia (Gravilea sp.). Debemos tener presente que la tara y el molle desarrollan muy bien pero con lentitud. En Lachay y sus alrededores existen viejos árboles de higuera, lúcumo, palillo, sapote y mito que fructifican espléndidamente, probando su aptitud para convertir las lomas hoy desérticas en verdaderos huertos frutales. Debajo de los árboles, se desarrolla una abundante vegetación de gramíneas y de hierbas de hojas anchas que pueden permitir el pastoreo una vez que las plantas frutales y madereras estén grandes y no corran el peligro de ser destruidas por el ganado. En algunos sitios de Lachay se ha ensayado, con muy buenos resultados, el cultivo de especies precoces de papas y. trigo. Las legumbres rinden ampliamente. La cabuya blanca, el henequén y la cabuya azul se desarrollan bien; las cabuyas blancas producen bulbillos fértiles. 7.- Vegetación de los barrancos.- En la parte baja de los barrancos que ofrecen las costas altas del litoral y coincidiendo con la línea de filtración de las aguas subterráneas, aparece un festón siempre verde, formado por diversas especies vegetales, entre las cuales podemos anotar:
  • 15. heléchos, culantrillo, quebrollo, muele, batatilla y algunas plantas de comer como el atago, berros, pacoyuyo y verdolaga. El agua que filtra en forma de chorrillos permite la vida de gupis y de camarones. Esta agua está cargada de ácido car carbónico y lleva disueltas sales de cal; cuando las plantas absorben el gas carbónico, la cal se precipita formando rocas calcáreas, algunas de las cuales adoptan la forman de estalactitas en las pequeñas grutas que decoran los barrancos. 8.- Vegetación de los lugares polvorientos y movedizos.- En los antiguos desiertos de arena o en los cerros cubiertos de polvo movedizo y aún sobre los montículos artificiales de las huacas prehispánicas, vive una planta de aspecto semejante a la pina, de hojas verdigrises plateadas y de raíces cortas y escasas que no penetran en el suelo: es el cardo de huaca o achupaya (Tillandsia Straminea). Su característica principal es la de captar el agua de las garúas, razón por la cual, como en un anhelo de recibirla más pronto, sus hojas se orientan en sentido opuesto a la dirección dominante del ciento; y las colonias de estas plantas se asocian en verdaderas olas vegetales, causadas por el hifrotropismo al que nos hemos referido. Parece que todas la funciones de nutrición de estas plantas se realizan por las hojas; en consecuencia, requieren un suelo movedizo que permita el desprendimiento de partículas de polvo que son captadas por las hojas para su nutrición. Esta Tillandsia tiene un cogollo tierno cargado de agua, susceptible de ser comido crudo, a guisa de alcachofa. 9.- Vegetación de las lagunas y pantanos.- En las lagunas de la Costa hay numerosas especies vegetales que pueden clasificarse en tres grupos: a. Plantas que flotan en el agua.- La más vistosa es la llamada Guama (Eichornia crassipes) que produce una hermosa flor azul-lila. Sus hojas tienen pecíolos con expansiones globulares que le sirven de flotadores y cuyas raíces filiformes constituyen manojos coposos que brindan protección a los alevinos. b. Plantas que solamente viven sumergidas.- El mejor ejemplo de este grupo es la Chara fragi-lis, alga de olor desagradable, con incrustaciones de carbonato de calcio. c. Plantas que viven semi sumergidas.- Este grupo es numeroso. Entre las más importantes figuran la totora (Typha domingensis) y el junco (Scirpus limensis). La totora fue utilizada por los antiguos ''chalacos" u hombres de la región Chala o Costa, para hacer las balsas y caballitos de totora en que navegaban: actualmente, se emplea en la fabricación de esteras y asientos. Cierta parte del tallo próxima a la raíz, es utilizada como alimento humano. Sus flores crecen apiñadas en torno a un eje, a guisa de cigarros de coloración habana; desmenuzadas, dan un plumón utilizable en colchone- ría; bien secas, arden lentamente, manteniendo el fuego durante varias horas. El junco (Scirpus limensis, californicus) es muy buen forraje; los animales lo prefieren instintivamente a la grama salada, porque tiene más proteínas. En algunos lugares del país, da vida a una importante industria de sombreros, a base de las fibras de sus tallos tiernos. 10.- Vegetación en las vecindades de los campos cultivados.- Multitud de especies llenan las vecindades de los campos cultivados y algunas de ellas hacen su aparición entre los cultivos. Las más importantes son: la canua, el atago, el pacoyuyo, el paico, la chilca (Baccharis lance-olata), el chamico (Datura stramonium), el marco (Artemisa purpurea), el sauce (Salix Humboldtiana), el quebrollo o pushte o comida de vaquero (Acnistus ar-borescens), etc. Vl.- PRODUCTOS LÍMITES DE LA CHALA 1.- Productos límites naturales.- En el Norte del Perú (Departamentos de Tumbes y de Piura) se cultiva un árbol oriundo de Sud América, llamado coco o cocotero (Cocos Nucífera). Sus grandes frutos, cargados de agua y de aceite, son muy alimenticios. En las pequeñas plantaciones de juliana se denomina "pipas" a los cocos que no han llegado aún a la madurez y que, por estar llenos de agua ligeramente dulce, ofrecen una pura y fresca bebida, muy solicitada, máxime si se tiene en cuenta la escasez de agua en el desierto costanero y la falta de agua potable. Los frutos maduros se venden en el mercado con el nombre de "cocos de Panamá", en recuerdo de lo que ocurría durante la Colonia en que eran traídos como carga de compensación. Conviene anotar que
  • 16. en Marcavelica y en un amplio sector de la Cuenca del Río Chira se dan excelentes condiciones para el desarrollo de una importante industria a base de cocotero: en efecto, las plantas suelen dar más de 200 frutos por año, siendo así que se considera como óptimo mundial un rendimiento de 50 frutos anuales por palma. Además, >es buena fuente de grasas y permite el uso del suelo para pastoreo, por lo cual creemos que debería sembrarse de manera preferente en la Irrigación de San Lorenzo y en los valles de Tumbes, Chira, Piura y Olmos. Palmeras de dátil sembradas por los Padres Jesuitas, en el desierto de Villacurí, hace cerca de cuatrocientos años. 2.- Productos límites importados. - Desde principios de la Colonia, se aclimató en el Sur del país una valiosa planta importada del Norte de África: la palmera "datilera (Phoenix dactylifera). Ya no se cultiva en grandes extensiones; pero debido a su facultad de reproducirse por espolones, cubrió una apreciable extensión de las hoyas o huáchaques abandonados de le Pampa de Villacurí, entre Pisco e Ica. Desgraciadamente, al producirse los recientes cultivos de algodón, se han talado muchas palmeras para emplear sus troncos en sostener el alambrado de los cercos, cometiéndose así un grave daño a la economía del país. Por la coloración de la película que cubre los frutos del dátil, se puede establecer que han sido importadas dos variedades principales: la de frutos amarillos y la de frutos rojizos. Ambas producen admirablemente bien, dando de 1,000 a 3,000 frutos por racimo. Podría generalizarse su cultivo en varios lugares de la Costa y es necesario que se le fomente otra vez. VII.-FAUNA DE LA CHALA Muy pocas especies animales pertenecen exclusivamente a la fauna terrestre de la Costa, pero teniendo en cuenta que . el mar y las islas son ambientes integrantes de esta región natural, estudiaremos también los animales del litoral marino. - El Guanay (Phallacrocorax Bougainville) es un ave marina de regular tamaño, de plumaje negro en la espalda y blanco en el pecho; pone hasta ocho huevos y defiende con valor a los tres polluelos que suelen nacer con facultades para sobrevivir. Se alimenta principalmente de anchoveta (Engraulis ringens). Vivía en inmensas colonias sobre las islas del litoral que reciben el nombre de "guaneras" y sobre algunos barrancos y puntas del continenteVuelanformando ángulosconelvértice hacia adelante, en formaciones que asombran por su orden y su magnitud, a una velocidad de más de 60 kilómetros la hora. Era frecuente ver en nuestra Costa el asombroso espectáculo de bandadas interminables, que partían de las islas guaneras e iban a lejanos puntos del Océano en busca de los cardúmenes o manchas de anchovetas; pero en los últimos años, el número de los guanayes ha disminuido de 30 millones a sólo 3 millones. Podríamos decir que el guanay está semidomesticado, pues en las islas guaneras tolera la presencia de los obreros recolectores de guano. Así también, en tiempos prehispánicos el guanay había sido amaestrado para colaborar con el hombre en la pesca de la anchoveta, tal como se puede ver en los ceramios de la costa que guarda el Museo de Yoshitaro Amano. Las deyecciones, plumas, cascarones de huevos y cadáveres de los guanayes acumulados en las islas constituyen un abono de primera calidad, rico en substancias nitrogenadas, fósforo, calcio, potasio, materias orgánicas, etc. En la Época Prehispánica se aprovechó el guano de las islas para fertilizar las tierras de cultivo y existió una especie de reglamentación que protegía a las
  • 17. aves, llegándose a castigar con la pena de muerte a los que ahuyentaban o destruían a los pájaros guaneros. La mitología mochica consideraba que las divinidades se fecundaban en las islas y. en consecuencia, las apreciaban como los lugares en que se originaba la vida. En relación con esta idea, estuvo muy generalizada la fiesta llamada del Acataymita o Paltay, que coincidía con la cosecha de las paltas y durante la cual se extraía guano de las islas y se procedía a ritos vinculados con la generación humana. Un guanay (Phalacrocorax Bougainville) próximo a morir de hambre. Así han desaparecido treinta millones de estas aves marinas por falta de comida y por epizootias. Durante la Colonia, la disminución del interés por la agricultura determinó el progresivo abandono del guano de las islas como fertilizante y durante trescientos años se acumularon gruesos estratos de abonos animales, los que fueron descritos por los viajeros que visitaron nuestras costas como producidos por monstruos de otras edades. El aprovechamiento industrial del guano empezó poco después de la Independencia, dando lugar a un intenso comercio que determinó la codicia de nuestros vecinos. Actualmente, la Empresa Nacional de Comercialización de Insumos (ENCI) es la encargada de administrarlo. La producción normal de guano era de 300.000 toneladas que se destinaban íntegramente a la agricultura nacional; sin embargo, sólo cubría el 35 o/o de las necesidades totales de fertilizantes orgánicos, limitándose así el desarrollo y crecimiento de la producción agraria. La declinación de la producción de guano crea un grave problema para el país. Bolicheras o pequeñas naves para pescar anchoveta, ancladas en tiempo de veda.
  • 18. - La anchoveta (Engraulis ringens) es el más importante de los peces peruanos, porque al alimentarse exclusivamente de plancton, constituye el primer y fundamental eslabón de la cadena de la vida superior en nuestro mar. Mide, en promedio, 12 y 1/2 centímetros; cuando es más peque:"-, se le llama "peladilla". Las anchovetas viven en cardúmenes de enormes dimensiones, constituyendo masas movedizas que a pocos centímetros de profundidad dan la impresión de plantas acuáticas vibrátiles. Los alevinos que inician su desarrollo se ven como puntitos rojos entre el conjunto verdinegro, pardusco o azul-pizarra de los adultos. Durante la noche, los cardúmenes se descubren fácilmente porque dan lugar a la aparición de zonas marinas que despiden una suave luz fosforescente, que se enciende y se apaga siguiendo el movimiento 'de los peces. Durante el día se les puede ubicar por las aves que descienden sobre ellos y también por la proximidad de los lobos marinos. Esta especie fue objeto de intensa pesca en la Época Prehispánica, pues daba lugar a un comercio de trueque con los pueblos del interior del país. Pero también la utilizaron en la agricultura para el sembrío del maíz: atando la cabeza con la cola formaban una especie de anillo dentro del cual se colocaba la-semilla, que a. expensas de la humedad del 'pescado y con el abono que le proporcionaba, germinaba y crecía fácilmente. Durante la Colonia y la República y hasta las cuatro primeras décadas del presente siglo, la pesca de anchoveta careció de significación económica; se utilizaba sólo para carnada en la pesca de otras especies, salvo en Carquín y Pucusana, donde la deshidrataban extendiéndola sobre el desierto arenoso, con destino al consumo humano. Pero a partir de 1950. la pesca de la anchoveta para fines industriales que había sido sugerida por el Ingeniero Luis Gamarra Dulanto, ha ido en incesante aumento. Se han fundado muchos puertos pesqueros a lo largo del litoral, desde Máncora hasta cerca de las fronteras con Chile. Y el Perú ha pasado a ser el país número uno en el mundo, tanto en el tonelaje total de pesca cuanto en producción de harina de pescado. Además, se produce aceite de pescado, aún cuando parte de este producto se pierde debido a que muchas fábricas no lo recuperan. Asimismo se pierden grandes cantidades de substancias proteínicas y de grasas contenidas en la llamada "agua de cola" que ninguna fábrica aprovecha. Finalmente, se pierden también las escamas de la anchoveta. De esta suerte, el extraordinario recurso natural que representa la anchoveta es insuficientemente aprovechado, lo que por desgracia ocurre con otras especies marinas, cuya variedad y abundancia se explica por las especiales circunstancias geográficas de un mar frío, rico en plancton, abonado por 52 ríos que llevan sales minerales del continente al océano y por las aves marinas que unen sus abonos orgánicos a los minerales que las aguas surgentes extraen del abismo marino. Las puertos pesqueros como Callao, Chimbote u otros cuentan con flotas convenientemente acondicionadas para la extracción de pescado con destino a la elaboración de harina, aceite y conservas.
  • 19. Nuestros técnicos ictiólogos han hecho un estudio completo sobre este pez valiosísimo: parece que es adulto hacia el octavo mes y que vive por más de 3 años; desova tres veces o más, con 18,000 ovas en cada vez, o sea que antes de morir naturalmente, cada anchoveta hembra deja más de 50^000 ovas. - El lobo marino.- Hay dos clases de lobos marinos en el litoral peruano: el lobo de un pelo (Otaria flavescens) y el lobo de dos pelos (Arthocephalus australis). ■ El lobo de un pelo es el más corriente a lo largo de toda la Costa. Mide en promedio 2.60 metros. Se alimenta de toda clase de peces y de moluscos nadadores, tales como jibias y pulpos/Generalmente se encuentran piedras grandes en el estómago de los lobos y algunas hasta de un kilo de peso. No son peligrosos para el hombre, pues lo temen. Su pelo áspero, de color generalmente gris oscuro en los machos y más claro en las hembras. Cuando el macho es viejo, presenta una especie de melena de color leonado. Su piel es gruesa, muy usada en curtiduría. Son animales gregarios. Se dedican a la pesca por grupos pequeños y alternan sus cacerías con descansos en las rocas o arenas de las playas continentales o de las islas. El lobo de dos pelos es más pequeño: sólo mide un promedio de 2 metros. Su nombre se debe a que su piel está formada por pelos de dos longitudes diferentes: unos largos, sedosos y brillantes; y otros crespos, finos, sedosos y muy apretados unos a otros: Debido a esta caracte- rística, ha sido muy perseguido por los cazadores y está en vías de extinción; sólo se le encuentra en algunas islas del Sur del país. Además, por su menor corpulencia y consiguiente debilidad, es atacado por el lobo de un pelo que lo desplaza. Ambas especies de lobos son muy voraces. De los estudios practicados, se ha llegado a determinar que el mínimo de pescado y moluscos que cada lobo consume por día es de 30 kilos. El lobo vive casi todo el día en el mar y descansa en la tierra durante la noche. Es beneficioso a las aves guaneras porque hace emerger a la anchoveta que a veces se profundiza; y les es perjudicial porque devora a los pichones de guanay cuando empiezan a nadar. Desde hace muchos años, la explotación de los lobos marinos se ha efectuado por el sistema de matanza a palos de los ejemplares menos agresivos y peligrosos que son las hembras, en un promedio de más del 72 o/o. Así se ha destruido una riqueza natural y se ha roto otro eslabón de la cadena biológica marina, con el subsiguiente peligro para la riqueza total de nuestro mar. No es aconsejable volver a una caza masiva. Las loberas más importantes son: las Islas de Lobos de Tierra y Lobos de Afuera; Chimbote, Huacho, Pisco, Isla Mazorca, Chincha, Paracas, etc. — Podemos considerar como ave típica de la tierra costeña a una variedad especial de lechuza diurna, diminuta, que por lo general anida en las ruinas, motivo por el cual se le denomina lechuza de huaca (Spectytu Cunicularis). VIII.- LA OBRA DEL HOMBRE ANTIGUOENLACHALA El hombre adaptado secularmente a esta región es el "chalaco", maestro en el desvío de las aguas fluviales por medio de canales o brazos de río, con el objeto de irrigar los valles costaneros en toda su amplitud. En algunos casos, llevaron las aguas mas allá de los límites del valle principal e incorporaron los valles secos aledaños. En los lugares donde no había agua corriente, abrieron grandes pozos que denominaron "jagüeyes", muchos de los cuales quedan en servicio hasta hoy, principalmente en el Norte del país (Sullana).
  • 20. Los oasis de la región Chala o Costa constituyen islas de verdor siempre rodeadas por un inmenso mundo de tierras áridas. En el resto de la Costa, el topónimo "Jagüey" denuncia la existencia de pozos hay cegados; basándose en este dato, se han abierto pozos en las vecindades de dichos lugares y se ha obtenido abundante agua dulce, tal por ejemplo en la Playa de Jaguay, al Sur de Lurín. Asimismo, los antiguos peruanos fueron maestros en irrigar las tierras con aguas subterráneas, que captaron por complejos sistemas de sangrías y canales conductores, como ocurre en Nazca y en Pachacámac. En lugares hasta donde era imposible hacer llegar el agua corriente de los ríos y canales, pero en los cuales la presencia de la grama salada o de alguna otra, especie vegetal denunciaba la existencia de capas de tierra húmeda en el subsuelo, procedieron a abrir los "huáchaques" o "maca - macas" o "mahamaes". La operación consistía en retirar las capas de arena reseca de la superficie hasta encontrar el estrato mojado, formando un "hoyo" u "hoya"; en el centro-sem- braban las plantas erguidas y en los bordes ponían las plantas rastreras, tales como la calabaza, el zapallo, el shupe, la avinca, etc. Estas plantas, trepando por las escarpas de la hoya, decoraban de verde el arenal y exponían sus frutos sobre un suelo suave, seco, sin parásitos, asegurando así abundantes rendimientos. En algunos casos, las plantas rastreras alcanzaban con sus tallos y ramas a las que procedían de otras hoyas próximas y visto así el campo, daba la impresión de un desierto cultivado en grandes sectores. Los pobladores de la Chala o Costa, llamados chalacos desde la antigüedad, edificaron sus casas en áreas que no podían ser utilizadas para fines agrícolas. Cuando por la obra de la Conquista, los "macacunas" o cultivadores de las "maca - macas" o "huáchaques" fueron desplazados a otras funciones no agrícolas, las hoyas quedaron abandonadas. Sólo en muy pocos lugares del Norte y en lea se las aprovecha todavía. Entre los pocos pueblos que hasta hoy siguen obteniendo productos agrícolas en las "maca-macas", podemos contar a Chilca, en el Departamento de Lima.
  • 21. Ancón: playa sobre el Océano Pacifico Peruano. Sus tranquilas aguas limpias la convierten una de las más hermosas playas marinas del Perú. Los Jesuitas tomaron para sí las abandonadas "hoyas" existentes entre lea y Pisco, en las Pampas del Sapo y del Sapito, del Desierto de Villacurí; asimismo, poseyeron las "hoyas" de Chilca. En dichos lugares, reemplazaron los antiguos cultivos de maíz, pepinos, pallares, calabazas, etc., por vides, higueras y datileras, con lo cual obtuvieron magnífica renta, pues sus vinos se hicieron célebres con el nombre de "Vinos de Hoya" y los higos y dátiles surtieron los mercados de las ciudades. Actualmente ya no se abren nuevas "hoyas" en Villacurí. La mayor parte de las que existían se encuentran cubiertas por las arenas que arroja el viento llamado "la Paraca". Como una excepción, podemos citar el caso de Chilca, en donde los campiñeros extraen gruesas champas formadas por las raíces de la grama salada y las utilizan a guisa de adobes en la construcción de parapetos en torno a las "maca-macas", con el objeto de impedir la invasión de las arenas. El sistema de cultivo por "hoyas" podría ser utilizado en todo el resto de la Costa, donde el subsuelo de los desiertos arenosos sea húmedo y fértil.-Prueba de ello, entre otros experimentos, es el realizado por el Doctor Julio C. Tello, quien abrió "hoyas" junto a la Carretera Panamericana, en el desierto arenoso que separa Villa de Pachacámac y las plantó con pinos, sauces, molles y totora, con buen resultado. Así se descubrieron las amplias zonas que ahora se han habilitado para clubes, granjas y fábricas. IX.- LA OBRA DEL HOMBRE ACTUAL EN LA CHALA Aparte de la obra de reforestación ya indicada al hablar de Lachay, es muy importante destacar la obra de construcción de playas artificiales, iniciada hacia 1935 en el balneario de Chorrillos (Lima) y que ha dado como resultado la creación de la llamada "Playa de Agua Dulce". que actualmente se está extendiendo hasta la Quebrada de Armendáriz y Miraflores y que se prolon- gará hasta cerca de la Mar Brava. También en La Punta (Callao) existió un sector llamado La Arenilla, debido a la acumulación de arena, cuya captación se ha modificado con la construcción de un molón.
  • 22. Ranchería insalubre en as ex haciendas de la región chala o costa. Los peones que las abandonan y migran a las ciudades se adaptan fácilmente a las chozas que construyen, porque ni acá ni allá disponen de comodidades humanas. Hay un fenómeno común en las costas peruanas y es la existencia de playas arenosas al Norte de las puntas y otras salientes del continente. La formación de estas playas arenosas, así como la construcción de playas artificiales, es posible gracias a la Corriente Peruana que va de Sur a Norte, arrastrando las arenas que los ríos arrojan al mar; cuando estas arenas encuentran un espigón que las detiene en su viaje al Norte, se acumulan contra él y detrás de él y las olas las empujan hacia las orillas, en donde se amontonan formando playas de arena que son anchas en el lado Norte y estrechas en el lado Sur. Si, como en el caso de Chorrillos, Barranco y Miradores, los espigones no son simples accidentes geográficos sino obra del hombre, se forman playas artificiales. X.- EL PAISAJE DE LA CHALA El paisaje de la Costa corresponde al de un inmenso desierto longitudinal interrumpido por estrechos oasis transversales, en los que están situados las ciudades, pueblos, villas y haciendas con sus cultivos y fábricas. La sensación plena de este desierto se obtiene volando a lo largo de la Costa, pues a unos pocos minutos de vuelo sobre el valle verde y cultivado, su- ceden muchos minutos de vuelo sobre desiertos de arena, cadenas de cerros pétreos u oteros polvorientos, despoblados c inaprovechados. Desde Tacna al Departamento de La Libertad, más allá del borde superior de los canales de regadío, la tierra es absolutamente yerma. Las zonas bajas y próximas al mar son desiertos arenosos, polvorientos y resecos. Durante el verano, los cerros cuya elevación sobrepasa los 150 metros sobre el nivel del mar, ofrecen las huellas verdinegras de las algas, los líquenes y los cardos que viven a expensas del vapor de agua; en invierno, tienen el tono verde alegre de una vegetación efímera, llamada "lomas". En la parte Norte del territorio, en los Departamentos de Piura y Lambayeque, el desierto cambia ligeramente, pues a consecuencia de las variaciones ambientales que crean las corrientes aéreas y marinas, caen grandes lluvias periódicas que favorecen el nacimiento de bosquecillos de algarrobos (Prosopis dulcís, juliflora), faiques (Acacia tortuosa), sapotes (Caparis angulata scabrida) y palo – verde (Parkinsonia sp.) en medio de las arenas. A partir del Valle del Rio Jequetepeque, encontramos arbolillos de sapote que pelean denodadamente contra las arenas caldeadas que tratan de asfixiarlos, formando una duna movediza en torno a cada
  • 23. planta; pero el sapote crece más /ligero y viste a la duna con un manto vivo de hojas duras que soportan la tortura del áspero viento cargado de piedra molida. Típica estampa de la vieja hacienda de la región Chala o Costa. Los enormes despoblados de Olmos y Pabur, en Lambayeque y Piura, proporcionan algo de vida al desierto, porque en ellos nacen las yucas de monte (Apodanthera biflora), cargadas de agua que sustraen del aire y de la misma arena. En determinados lugares, las norias elevan las napas freáticas y a su alrededor se agrupan los rebaños de vacunos, equinos y caprinos y las chozas de los sufridos pastores; pero cuando se secan las norias y mueren las bestias, el despoblado queda otra vez desierto, porque el hombre huye en busca del agua y de la vida. Los retorcidos troncos de los algarrobos arrancan a las arenas muertas y a la profunda napa freática, el vigoroso alimento de su forraje y el dulce vitalizador de sus vainas; el palo—verde no proyecta sombras protectoras; y los médanos, aprisionados por los árboles, las matas de tancar (Berberís commutata) y overales (Cordia rotundifolia), forman una muralla en el borde de los canales de regadío. En las pequeñas áreas cultivadas de la costa, que apenas sobrepasan las 800,000 hectáreas, se desarrolla una intensa actividad agrícola; y por eso, cada espacio y cada centímetro cuadrado tiene un objeto y una aplicación. El valle, visto desde las colinas que lo circundan o desde los médanos que no osan invadirlo, ofrece el poético aspecto de sus múltiples cultivos, cuyos tonos verdes pasan del claro y casi amarillo de los cañaverales hasta el oscuro y gris de la yuca y del frijol. Región Chala o Costa: EI canal de riego, el campo de cultivo y las rancherías de los peones. Los árboles de sauces (Salix humboldtiana) y los setos de carrizo indican el curso de los canales principales de riego; los árboles de pacae (Inga feuillei) y guayabo (Psidium guayava)
  • 24. rodean las enramadas de los yanacones y aparceros, cuyos campos de legumbres son jardines primorosos, cultivados con esmero. Mares de caña son Chicama, Moche y el Río de la Fortaleza. Campos nevados de pima y tangüis (Gossypium sp.) son los valles de Chira, Piura, Chillón, Rímac, Cañete, Pisco, lea y otros más. Duerme envuelto en el mullido ropaje azul de acero de sus olivares, el primoroso valle de Yauca. Los arrozales del Chancay, el Río de la Leche y el Tumbes, hacen pasar del esmeralda al oro a los campos cultivados de sus valles. Las prolíferas campiñas de Huaura, Flores, San Antonio, Imperial, lea, Camaná y el Río Chili, alfombran los prados de naranjos (Citrus aurantium), de mangos (Mangifera indica), de uvas y de ciruelas, de manzanas y de duraznos; y en medio de ellos se levantan casas alegres con corrales repletos de animales domésticos. Aspecto que ofrecen las Lomas de Lachay treinta días después de iniciado el pastoreo de cabras.
  • 25. LA REGIÓN YUNGA 1. EL NOMBRE En lengua Runa—Shimi (Quechua), la palabra YUNGA_o YUNCA significa "valle, cálido". Según esta etimología, habría una perfecta relación entre la idea de "valle cálido" y el hecho geográfica de que los lugares cálidos del Perú reciban, por lo general, la denominación de YUN- GAS, YUNCA o YUCAY o algunas de sus metátesis, tales como "Cuyo" o "Cuyun" en el Valle del Río Chancay o Pasamayo. En lengua Aymara, esta misma palabra significa "mujer estéril" o que "no tiene hijos por haberlos perdido". Según esta etimología, la idea de "estéril" o de "esterilizado" corresponde también, en forma plenamente satisfactoria, a la realidad geográfica de todas las tierras yungas del Perú, que más arriba de la línea de canales de riego, son yermas, abertales, pétreas y desérticas. Además, conforme a esta etimología, se alude convenientemente a la particularidad de que una vez cortados los árboles y talados los matorrales de las regiones yungas, se reproducen con gran dificultad y generalmente los suelos se convierten en desiertos sin vegetación. La Cantuta en las vecindades de Chosica en el soleado valle Yunga del Río Rímac. YUNGA es también el nombre de tina cactácea de frutos semejantes a los del nopal o tuna, pero cuyas grandes hojas son inermes. Tierras de cultivo en la Yunga Marítima. El radiante sol obliga al uso de sombreros. La vegetación: dátil, tamariz y carrizo de caña hueca.
  • 26. En el "Diccionario Geográfico del Perú" de Germán Stiglich se consigna 35 veces la palabra YUNGA, sola o yuxtapuesta a algunas raíces runa-shimis, aymarás o de origen desconocido. Citaremos las siguientes: "Yunga", valle del distrito de Ichocán, Cajamarca; "Yunga", caserío del distrito de Ichuna, Moquegua; "Yunga", aldea del distrito de Tarata, Tacna; "Yungacacha", distrito de Huácar, Huánuco; "Yungas", distrito de Sihuas Bajo, Arequipa; "Yunga", distrito de Lonya, Amazonas; "Yungahuarco", quebrada del distrito de Quinua, Ayacucho; "Yungay", distrito de San Luis, Ancash. En algunos casos se modifica la "u" en "a" y se dice YANGAS, tal como ocurre con: "Yangas", distrito de Arahuay, Lima; y con "Yangas", distrito de Pacarán, Lima. Algunos autores modifican la escritura de YANGAS, cambiándola por JANCAS, término que no debe confundirse con el de "Janea", que tiene un significado distinto y opuesto. Debemos precisar que la palabra YUNGA, en la mayoría de los casos, corresponde a parajes de clima cálido y que casi todos los valles, tanto los que descienden al Pacífico como los que bajan hacia el Atlántico, tienen un lugar, ubicado entre los 500 y los 2,300 metros sobre el nivel del mar, que recibe dicha denominación. En los valles en que no aparece el topónimo YUNGA, se hace presente un nombre que le es sinónimo y que denuncia la existencia de antiguos o de actuales cultivos de una planta cuya hábitat es cálido: la coca. Así, en el valle del río Chillón y más arriba de los 500 metros, hay el topónimo "Cocayalta"; en el valle del río Rímac, el topónimo "Cocachacra"; "Cocañira", en el valle del Río Chira; "Cocapampa", en el valle del río Pozuzo; "Cocay", en el valle del río Higueras: etc. Actualmente, cuando los moradores de las tierras templadas de los ríos Huallaga y Panao viajan a las haciendas productoras de coca, dicen: "Yuncata ayhuacumi", es decir, "Estoy yendo a la Yunca". En vez de los topónimos YUNGA o COCA, se puede encontrar excepcionalmente los nombres de UTAO y OTAO, que aluden a una enfermedad propia del área; y más excepcionalmente aún, el topónimo ONGOY, que significa "lo que causa miedo", quizás si el miedo que los antiguos sentían por las enfermedades propias de la Región Yunga. La árida región Yunga permite el desarrollo de la agricultura hasta el límite de los canales de regadío. II. UBICACIÓN Y ELEVACIÓN DE LA YUNGA La región Yunga está situada tanto en el declive occidental, cuanto en el declive oriental de la Cordillera de los Andes; y como hay pequeñas variantes de elevación y paisaje entre ambas ubicaciones, por didáctica las consideramos divididas en YUNGA FLUVIAL y YUNGA MARÍTIMA: ésta corresponde al lado que mira al Océano Pacífico y aquélla a la vertiente amazónica o de los grandes ríos. La Yunga Marítima se eleva desde los 500 metros hasta los 2,300 metros sobre el nivel del mar. La Yunga Fluvial se eleva desde los 1,000 metros hasta los 2,300 metros sobre el nivel del mar. O sea, que teniendo ambas el mismo límite superior, la Yunga Marítima desciende hasta los 500 metros, mientras que la Yunga Fluvial sólo baja hasta los 1,000 metros, pues la región comprendida entre los 1,000 y los 400 metros de la vertiente amazónica, corresponde a una región diferente, como lo veremos más adelante.
  • 27. Pueblo de Acos, en la Yunga Marítima del departamento de Lima. Cerros pedregosos limitan al estrecho valle frutícola. III. EL RELIEVE DE LA YUNGA El relieve de la Región YUNGA presenta ligeras diferencias según se trate de la Yunga Marítima o de la Yunga Fluvial. I.- El relieve de la Yunga Marítima, entre 500 y 2,300 metros sobre el nivel del mar, ofrece dos fases claramente diferenciables: el valle y la quebrada. El río Pasakmayo llamado también Chancay riega un ubérrimo valle en el departamento de Lima. La línea de la vegetación indica el curso de la huayancha portadora de agua para riego. El valle suele ser estrecho y de forma más o menos triangular: su base es el límite con la Región Chala o Costa y el vértice coincide con el puerto del valle, lugar por donde ingresa generalmente uno de los afluentes principales del río. En los ríos de agua permanente, ésta discurre por el fondo o los costados del valle, en el que se aprecian regularmente tres niveles de terrazas: el nivel más alto corresponde a materiales acumulados en pretéritos períodos de gran pluviosidad y que se hallan protegidos contra la erosión actual de los afluentes y contra las grandes crecientes ocasionales del río principal; el nivel medio constituye la llanura u ondulación actual que soporta la ocupación humana; y el nivel inferior, constituido por el álveo que ocupan las aguas y por las playas abandonadas. La quebrada, como su nombre lo indica, es la prosecución del valle, en calidad de estrecha garganta que se forma en el lugar de mayor aproximación de los ramales andinos. Sus vertientes son escarpadas; el río se precipita turbulento por el fondo que ofrece algunas
  • 28. rupturas de pendiente. Sólo a trechos aparecen rellanos u orillas onduladas susceptibles de ser cultivadas, como testimonios de antiguos colmatajes hechos por el río. Los ríos de la región Yunga arrastran grandes piedras que evidencian la competencia de sus aguas en época de crecientes Tanto en el valle como en la quebrada, más arriba de la zona humedecida por las aguas del río o de los canales que de él se derivan, todas las superficies de los cerros son pétreas, rocallosas, resecas y completamente desprovistas de condiciones naturales para la agricultura, por falta de agua; pero cuando se les riega, son excelentes para el cultivo de productos tropicales y subtropicales. Aún sin agua, en algunos sitios es posible pensar en tareas de forestación con especies resistentes (tara, molle, casuarina, algarrobo, etc.) que podrían sembrarse en los meses de verano, aprovechando la escasa precipitación. Entre una quebrada y otra se interponen cerros elevados, muy escarpados; a veces, suben a más de mil metros sobre el nivel del río; suelen subdividirse en pequeños contrafuertes, entre los que corren torrentes secundarios, desprovistos de agua permanente. En las bocas de dichos torrentes se forman terrazas, conos y cono—terrazas de diversas potencias, unos antiguos y otros modernos, que se incrementan año tras año, a expensas de los materiales que arrastran las aguas de las lluvias estacionales. La falta de vegetación da lugar a una intensa erosión, con la subsiguiente apertura de barrancos y desmoronamiento de las vertientes. Además, el intemperismo produce la fractura y des- prendimiento de material rocoso, que cae a favor de la gravedad, dando origen a singulares conos de piedras partidas con matriz arcillosa, llamados "graneros" por nuestros ingenieros de caminos. Con los grandes aguaceros, las aguas pluviales arrastran hasta el río principal los materiales acumulados en otras eras, las terrazas y conos modernos y la tierra suelta resultante de la erosión, produciéndose así los huaycos destructores, cuyo volumen guarda relación con la intensidad de la precipitación. Cuando el volumen de materiales arrastrados es pequeño, el río se lleva el huayco hasta las regiones más bajas y hasta el mar, en forma de aguas turbias que arrastran piedras. Pero cuando es grande o se producen huaycos dobles que entran al río frente a frente, entonces rellenan el cauce, detienen las aguas y forman una barra que da nacimiento a una laguna de proporciones variables, según la inclinación del álveo. Esta represa puede durar horas, días o meses; en el último caso, el lago resultante colmata abundantes materiales. Si la ruptura se produce a las pocas horas de formada la presa, el gran volumen de agua, lodo, piedras y otros materiales se echa cuesta abajo, dando lugar a desastres, inundación de poblados, colmataje de tomas y canales, destrucción de caminos, erosión de suelos agrícolas, destrucción de cultivos, muerte de hombres y animales. Las inundaciones constituyen uno de los más graves fenómenos geográficos que afectan al Perú; se deben principalmente al comportamiento de las tierras áridas de la Yunga, en combinación con el relieve y las precipitaciones estacionales. Las mayores consecuencias son
  • 29. dos: la destrucción de poblados y tierras agrícolas y la interrupción en los caminos. Es muy importante considerar que los actuales caminos han sido construidos a lo largo de valles y quebradas, exponiéndolos a su destrucción anual, con el consiguiente y crecido gasto de conservación para el Estado. Esta circunstancia torna muy difícil el problema vial peruano, pues cada año se producen serias interrupciones en la circulación con su natural repercusión en el precio de los alimentos, se pierden vidas y equipos y, en determinados momentos, cuando las lluvias se generalizan, la capacidad de conservación resulta ineficaz. Por todo lo expuesto, creemos que debería revisarse la política vial peruana y tener presente que los antiguos peruanos o mapayungas construyeron sus caminos por las partes altas, más arriba de los cauces erosionados; preferían las crestas de los cerros, donde el agua pluvial es aún insignificante porque no se ha producido la acumulación de los volúmenes precipitados; cuan- do era indispensable bajar al fondo de los valles, lo hacían por la parte alta de las divisorias secundarias y así evitaban también el riesgo de la erosión. Al construir el Ferrocarril Central, primó el saludable criterio técnico de alejar la vía del fondo de los cursos de agua y de cruzarlos por medio de puentes muy elevados; por esta causa, el ferrocarril no sufre tanto los ataques de los huaycos como las carreteras. Cañón del Pato es uno de los muchos pongos o puertas que abren los ríos a través de las cadenas andinas (río Santa en el departamento de Ancash). En cuanto a las tierras agrícolas, debemos precisar que sólo en muy pocas ocasiones se acumulan materiales que contribuyen a enriquecerlas, ya que generalmente el suelo cultivable es arrastrado a la región Chala y al mar; y en su lugar no quedan sino arenales o cascajales, únicamente aparentes para labores de forestación. Observamos finalmente que los huaycos e inundaciones sólo destruyen poblados de origen reciente, es decir, colonial o republicano; los antiguos peruanos nunca edificaron en lugares que ofrecieran posibilidades de ser destruidos por aluviones. Las pocas ruinas arqueológicas que en esta región Yunga se encuentran sepultadas por materiales traídos por las aguas, se deben a edificaciones de gentes advenedizas y efímeras, ignorantes de la Geografía; pero las obras hechas por los antiguos dueños del país permanecen en lugares seguros, que nunca han sufrido el ataque de los siniestros geográficos. 2.- El relieve de la Yunga Fluvial ofrece también los mismos elementos de valle y quebrada, pero el valle no es triangular sino alargado e interrumpido por cañones, que las aguas han abierto en el corazón de las rocas que sustentan a las montañas. En cuanto a la quebrada, es como la ya descrita para la Yunga Marítima.
  • 30. El río Huallaga discurre encajonado por el fondo del valle Yunga, en el De- partamento de Huánuco. Entre valle y valle se elevan cerros muy altos que suben suavemente, dando lugar a multitudes de pequeñas quebradas, casi todas aprovechables en actividades forestales, excepcionalmente agrícolas. Las Yungas Fluviales más importantes se encuentran en él Río Marañón, en el Río Huallaga, en los afluentes superiores del Río Ucayali, tales como el Mantaro, el Apurímac y el Urubamba. IV. EL CLIMA DE LA YUNGA 1.- La Yunga Marítima se caracteriza por ser la región de sol dominante durante casi todo el año. Las nubes y nieblas se esfuman cada día al aparecer el sol que, por más de nueve meses al año, ilumina un cielo celeste y brinda más de tres mil horas de insolación anual; únicamente los aguaceros veraniegos (Enero, Febrero y Marzo) logran ocultar al sol. La humedad es relativamente baja durante el día y aumenta en la noche. La temperatura fluctúa entre 20 y 27° C durante el día; las noches son frescas, a causa de los vientos que bajan de las regiones más altas. 2.- El cuma de la Yunga Fluvial, menos caluroso que el imperante en la Yunga Marítima, es más agradable y saludable para la vida del hombre, por cuanto sus mínimas son más intensas y más escasos los agentes trasmisores de enfermedades. Las precipitaciones son más elevadas, llegando a fluctuar entre 400 y 1,000 mm. durante el verano. La ciudad de Huánuco, que se encuentra en la Yunga Fluvial del Río Huallaga, goza de fama por su clima: las mañanas son amenas, las tardes refrescadas por un viento moderado, las noches frescas y serenas; las plan- tas florecen todo el año y un mismo árbol ofrece simultáneamente flores y frutos verdes y maduros en sus distintas ramas. Esto pone de manifiesto la benignidad del clima y sus altas cualidades para la acción creadora del hombre. La YUNGA, por diversas causas y particularmente por las simbiosis existentes entre los vegetales propios de la región y los vectores de algunas enfermedades, es propicia a ciertas endemias como la verruga, llamada también Mal de Carrión o Fiebre de La Oroya fue según parece es trasmitida por la “titira” (Phlebotomus verrucarum), diminuto insecto que al picar inocula la Bartonella bacilliformis, agente causante de esta terrible enfermedad. El hábito generalizado de combatir masivamente a los insectos, la eficacia de los remedios actuales y alguna otra circunstancia han contribuido a disminuir la gravedad del Mal de Carrión; sin embargo, se aconseja no permanecer a la intemperie después de la puesta del sol, hora en que la titira empieza picar a las personas. Las YUNGAS son también propicias a la Uta o Espundia, producida por la Leishmania; actualmente se trata con relativa facilidad los estados no avanzados de esta dolencia. Asimismo, el bocio es frecuente en los caseríos yungas instalados en las partes altas de esta región y que sólo se proveen de agua en puquiales o vertientes; se le combate con el uso de sal yodada. V. FLORA Y VEGETACIÓN DE LA YUNGA
  • 31. - El vegetal típico de las Yungas Fluvial y Marítima es el molle (Schinus molle). Se trata de una planta arborescente cuyo tronco rugoso y a veces retorcido, alcanza una altura media de 5 metros. Sus hojas son compuestas, con más de 20 hojuelas pareadas, lanceoladas y en arambel. Sus flores son muy pequeñas y de color blanco-crema, dispuestas en racimo. Sus frutos, cuando maduros, son bayas de color rojo o coral, revestidas de una cutícula apergaminada que envuelve una semilla negra, recubierta de melaza dulzona de color caramelo. Hermoso fruto de mito (Carica candicans). Al fondo planta de Picho—picho cuyas exquisitas frutas son el grato presente de la yunga en los departamentos de Ancash y Lima. Con la melaza de sus frutos, disuelta en agua cruda, se hace una bebida dulce, refrescante y diurética, llamada "upi"; si se deja fermentar esta bebida, se convierte en la "chicha de molle", célebre por su alto grado alcohólico que la torna muy embriagadora. Por está razón, los árboles de molle fueron muy apreciados en épocas pre-hispánicas, en las que se desarrolló un intenso comercio de trueque de frutos de molle por pescado y por ocas y papas deshidratadas ("caya" y "moray"). En realidad, correspondió a la vid de nuestros días y por ser muy buscado o apreciado, recibió también el nombre de "cuyash", que significa "cariño", y que subsiste en algunos pueblos del Departamento de Ancash. Su madera es buen combustible; por ser jaspeada, se utiliza en carpintería y ebanistería. El molle tiene la particularidad de emitir raíces muy largas que, en algunos .casos, llegan a duplicar o triplicar la longitud del tronco y aún más; debido a esto, puede subsistir en zonas algo alejadas de la línea de riego y con escasas precipitaciones. — La cabuya blanca (Fourcroya sp.) y la cabuya azul (Agave sp.) son dos plantas típicas de las Yungas. Reciben diversos nombres vulgares, tales como: ala, champagra, pita, maguey, penca, chacha- ' poyano, mejicano, etc. A fin de aclarar ideas, precisaremos que las plantas se llaman cabuyas; sus hojas se denominan alas o pencas; sus ejes florales, magueyes; y sus fibras, pita, champagra, chaguar, etc.
  • 32. La cabuya azul {Agave americana), aclimatada en la región Yunga, alcanza grandes dimensiones y permite una industria de fibras duras. Sus especies no están bien estudiadas, pero son los vegetales más útiles de esta región: brindan generosos el hilo de sus fibras; las agujas de sus espinas; la cutícula apergaminada de sus hojas que puede utilizarse como papel; la jabonosa substancia de la pulpa de sus hojas; el tierno alimento de sus flores en botón; la agradable bebida que se obtiene por la fermentación de su savia; la madera de sus largos ejes florales, buena para construcciones por ser resistente y liviana; la miel de sus flores; los gusanos alimenticios que parasitan su tallo; los cómodos asientos que se fabrican con sus raíces; y la yesca, fácilmente modelable, que se extrae del corazón de los magueyes. De ahí que se dijera, por algunos cronistas, que estas plantas maravillosas regalaban hilo, aguja, vestido, cuerdas, miel, vino, vinagre, papel, jabón, alimento, asiento, habitación, etc. El chuna (Novoes-postoa Lanata) se adapta a las llanuras y escarpas de la región Yunga, en la cuenca del río Huallaga. Estas plantas crecen espontáneamente entre las rocas de las Yungas, alcanzando pequeño desarrollo; pero cuando son objeto de cultivo, sus hojas se alargan hasta llegar casi a los dos metros de longitud. Entre las plantas que decoran las peñolerías yungas, algunas de ellas cual si fueran increíbles florecimientos de las rocas, figuran las cactáceas: pitajaya, curis, chuna y pumapa- rurun. Gigantesco ejemplar de curis (Cereus Mac rostíbas) decora la quebrada de Checta, en la regiónYunga del Río Chillón
  • 33. - La pitajaya (Cactus pitajaya) tiene tallos columnares cilindricos, totalmente recubiertos de espinas y de una cutícula impermeable que no permite la evaporación del abundante líquido alma cenado en su pulpa. Sus flores son vistosas, de color anaranjado o verde—amarillo. Sus frutos maduros son comestibles, de textura esponjosa y sabor agridulce; corresponden a dos variedades: una que madura amarilla y otra que madura roja. Además, hay estirpes dulces y otras muy agrias. - El curis (Cereus macrostibas) es una cactácea de tallos columnares prismáticos cuyos frutos maduros son de color morado. Acumula en sus tallos una especie de incienso muy agradable que nadie utiliza actualmente. Suele estar parásita do por una hormiga negra. -El chuná (Novoespostos Lanata) es también una cactácea, de tallos columnares cilíndricos, recubiertos de menudas espinas y con una vellosidad de color blanco pajizo. En la punta de los tallos y en torno a las flores y frutos, dicha vellosidad se convierte en abundante lana, de fibras suaves, que se aprovechan en colchonería con el nombre de "barbasco" o "lana vegetal"; suele ser de color amarillo pajizo o café claro, pero esta última variedad recibe el nombre de "pishcol" en el Norte del país. Sus frutos son semejantes a los de la pitajaya. En sus flores anida un coleóptero diminuto, de color negro, que al ser aprisionado en la mano, emite un chirrido comparable al canto de los jilgueros, motivo por el cual recibe el nombre de "jilguerito del chuna". Esta planta crece con facilidad en las Yungas Fluviales, cubriendo grandes extensiones inaprovechables para la agricultura. Actualmente es objeto de explotación destructora, pues cuando los tallos son más altos que la estatura de un hombre, se derriba la planta para cosechar el "barbasco", lo que constituye un irreparable ataque a las reservas naturales de la nación, si tenemos en cuenta el lento proceso de crecimiento de estas cactáceas. Habría que fomentar la difusión de esta especie, pues posee la cualidad de almacenar agua en su estructura, reserva con la cual se nutre durante los meses secos del verano, en medio de tierras completamente áridas. - El pumapa—rurun (Meló cactus, Echino cactus) es una cactácea de tallo esférico, de regular volumen, comparable a la cabeza de un hombre adulto. Está cubierto de espinas gruesas y afiladas. Produce' un frutito comestible que, al madurar, parece una perla de cristal de color púrpura brillante. La pulpa de algunas estirpes de melocactus suele ser comestible y sirve especialmente para calmar la sed de los viajeros. Plantas de chuna (Novoespostoa lanata). Decoran las escarpas de las yungas marítima y fluvial. Brinda frutas, lana vegetal y leña. VI. PRODUCTOS LÍMITES DE LA YUNGA.- 1.- Productos Límites Naturales.- Entre los Productos Límites Naturales indicaremos cinco árboles frutales: el palto, el lúcumo, el chirimoyo, el guayabo y el ciruelo de fraile. - El palto (Persea gratissima) es el más importante de estos árboles frutales. Su tallo alcanza más de cinco metros de altura; sus hojas, de anverso verde brillante y reverso verde claro y opaco, persisten todo el año. Su fruto tiene la forma de una pera grande, pero a veces es esfé- rico; y su coloración varía del verde al violado oscuro, casi negro. Este árbol ha sido objeto de esmerada selección, pues las plantas ancestrales que se encuentran en la Selva Alta y que reciben el nombre de "Supay-palta", ofrecen frutos con escasísimas substancias comestibles