2. Benito Pérez Galdós (Las Palmas de Gran Canaria, 1843-Madrid, 1920)
-
Estudió Derecho en Madrid, marco principal de sus novelas.
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En 1865 ingresó en La Nación donde publicó 128 artículos y tradujo a Dickens.
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En 1867 viajó a París y descubrió a Balzac.
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En 1870 publicó La fontana de oro, su primera novela.
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En 1886 fue elegido diputado del Partido Liberal por Guayama, Puerto Rico.
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En 1897 ingresó en la Real Academia Española.
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En 1901 estrenó su drama anticlerical Electra.
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En 1912 fue presentado como candidato al Premio Nobel, pero sus enemistades políticas
hacen que sea rechazado.
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Ciego y sin recursos, murió en Madrid en 1920, en medio del clamor popular.
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De pensamiento tolerante, pasó del liberalismo progresista a posiciones cercanas al
socialismo.
3. Concepto de novela
‘Imagen de la vida es la novela, y el arte de componerla
estriba en reproducir los caracteres humanos, las
pasiones, las debilidades, lo grande y lo pequeño, las
almas y las fisonomías, todo lo espiritual y lo físico que
nos constituye y nos rodea, y el lenguaje, que es la marca
de la raza, y las viviendas, que son el signo de familia, la
vestidura, que diseña los últimos trazos externos de la
personalidad : todo esto sin olvidar que debe existir
perfecto fiel de balanza entre la exactitud y la belleza de
la reproducción’.
De su discurso de entrada en la RAE, La sociedad presente como materia novelable.
4. OBRA
Episodios
Nacionales
46 novelas históricas
que
recorren
la
historia del XIX.
Novelas españolas
de la 1ª época
Novelas de tesis como
Doña Perfecta y Marianela.
Novelas
contemporáneas
24 novelas publicadas desde
1881: La desheredada, El
amigo
Manso,
La
de
Bringas,
Fortunata
y
Jacinta, Miau…
5. Miau (1888)
- Tema central: la tragedia del cesante. La cesantía de
Villaamil y su desgaste psicológico que acaba en
suicidio.
- Asuntos secundarios:
a) Autoengaño y frustración
b) Injusticia
c) Decadencia de la clase media
d) Conflicto amoroso: Abelarda, Víctor y Ponce.
e) Burocracia
f) Religión
7. Personajes
• RAMÓN VILLAAMIL: cesante en el Ministerio de Hacienda; agobiado
por las deudas, la burocracia, las presiones sociales y familiares.
• Doña PURA: esposa de don Ramón, mujer derrochadora que trata de
mantener su nivel de vida a pesar de la situación económica.
• VÍCTOR CADALSO: viudo de Luisa, yerno de Villaamil y padre de
Luisito. Asciende gracias a su poder de convicción y a sus conquistas.
Se traslada a vivir a casa de los abuelos temporalmente.
• ABELARDA: hija de don Ramón y doña Pura. Aunque tiene un
prometido, Ponce, se enamora de Víctor Cadalso.
• MILAGROS: hermana de Pura. Obediente y modesta. Trabaja por y
para los demás. Nació con dotes para la ópera pero no pudo triunfar.
• LUISITO CADALSO:nieto de Villaamil. Sufre desmayos y alucinaciones.
8. Otros personajes
-Los Mendizabal: porteros del edificio. Canelo: perro de los Mendizábal.
-Silvestre Murillo: compañero de clase de Luisito.
-Posturitas: compañero de Luisito que lo insultaba. Muere de tabardillo.
-Quintina: hermana de Víctor, quiere llevarse a Luisito a su casa.
-Ildefonso Cabrera: marido de Quintina, traficaba con objetos de culto.
-Ponce: novio de Abelarda, su tío le dejará una gran herencia.
-Cucúrbitas: amigo de Don Ramón que le ayudaba, en lo posible.
-Guillén: está cojo, persona cruel que ridiculiza e insulta a Villaamil.
-Invitados a la tertulia de Villaamil: Federico Ruiz, Pepita Ballester, Ponce y
Pantoja.
-Pantoja: amigo de Villaamil que trabaja en Contribuciones.
-Argüelles: otro amigo de Villaamil, también trabaja en Contribuciones.
9. TIEMPO
ESPACIO
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Tiempo real: dos meses a principios de 1878.
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Analepsis o flash back que explican
detalles anteriores.
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Espacios internos: casa de Villaamil y
Ministerio de Hacienda. Son espacios
de pasillos laberínticos.
Espacios externos: barrio de Noviciado
y vertederos de la Montaña. También
aparecen otras calles del centro de
Madrid. Son espacios laberínticos de
calles y plazuelas.
El
espacio
encierra
a
los
personajes, ayuda a entender el
trágico final.
10. Narrador: perspectivismo realista
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Narrador omnisciente
Narrador objetivo (visión de Canelo)
Estilo indirecto libre
Monólogo interior
Diálogos con dominio del registro coloquial
Discurso en voz alta de personajes
Perspectiva infantil y el mundo onírico de Luisito
Implicación del autor en el relato
Introduce acotaciones escénicas
(La teatralidad está muy presente en la obra, desde su estructura, hasta la obsesión
de los personajes por el drama)
11. Rasgos de estilo y lenguaje galdosiano
• Recrea el lenguaje de diferentes capas sociales y condición:
lenguaje infantil, femenino, burocrático, etc.
• Reproducción del lenguaje coloquial y familiar en los diálogos.
• Sensación de espontaneidad y viveza.
• Amplias descripciones basadas en la observación rigurosa. Son
muy frecuentes las descripciones dinámicas de tipos y
ambientes.
• Humor, paradojas, ironías y elementos grotescos como la
caricaturización y animalización de personajes: toda la familia
Miau padece la humillación ridícula de su comparación con los
gatos.
12. “El pobre chico de este modo burlado se llamaba Luisito Cadalso, y era
bastante mezquino de talla, corto de alientos, descolorido, como de ocho
años, quizá de diez, tan tímido que esquivaba la amistad de sus
compañeros, temeroso de las bromas de algunos, y sintiéndose sin bríos para
devolverlas. Siempre fue el menos arrojado en las travesuras, el más soso y
torpe en los juegos, y el más formalito en clase, aunque uno de los menos
aventajados, quizás porque su propio encogimiento le impidiera decir bien lo
que sabía o disimular lo que ignoraba. Al doblar la esquina de las Comendadoras
de Santiago para ir a su casa, que estaba en la calle de Quiñones, frente a la
Cárcel de Mujeres, uniósele uno de sus condiscípulos, muy cargado de libros, la
pizarra a la espalda, el pantalón hecho una pura rodillera, el calzado con
tragaluces, boina azul en la pelona, y el hocico muy parecido al de un ratón.
Llamaban al tal Silvestre Murillo, y era el chico más aplicado de la escuela y el
amigo mejor que Cadalso tenía en ella. Su padre, sacristán de la iglesia de
Montserrat, le destinaba a seguir la carrera de Derecho, porque se le había
metido en la cabeza que el mocoso aquel llegaría a ser personaje, quizás orador
célebre, ¿por qué no ministro? La futura celebridad habló así a su compañero:
-Mia tú, Caarso, si a mí me dieran esas chanzas, de la galleta que les pegaba les
ponía la cara verde. Pero tú no tienes coraje. Yo digo que no se deben poner
motes a las personas. ¿Sabes tú quién tie la culpa? Pues Posturitas, el de la casa
de empréstamos. Ayer fue contando que su mamá había dicho que a tu abuela y
a tus tías las llaman las Miaus, porque tienen la fisonomía de las caras, es a
saber, como las de los gatos. Dijo que en el paraíso del Teatro Real les pusieron
este mal nombre, y que siempre se sientan en el mismo sitio, y que cuando las
ven entrar, dice toda la gente del público: 'Ahí están ya las Miaus».”
(Capítulo I, Miau)
13. “Cadalsito estaba en el comedor, sentado a la mesa, los codos sobre ella, los
libros delante. Estos eran tantos, que el escolar se sentía orgulloso de ponerlos
en fila, y parecía que les pasaba revista, como un general a sus unidades
tácticas. Estaban los infelices tan estropeados, cual si hubieran servido de
proyectiles en furioso combate; las hojas retorcidas, los picos de las cubiertas
dobladas o rotas, la pasta con pegajosa mugre. Pero no faltaba a ninguno, en la
primera hoja, una inscripción en letra vacilante, que declaraba la propiedad de
la finca, pues sería en verdad muy sensible que no se supiera que pertenecían
exclusivamente a Luis Cadalso y Villaamil. Este cogía uno cualquiera, a la
suerte, a ver lo que salía. ¡Contro, siempre salía la condenada Gramática!…
Abríala con prevención y veía las letras hormiguear sobre el papel iluminado
por la luz de la lámpara colgante. Parecían mosquitos revoloteando en un rayo
de sol. Cadalso leía algunos renglones. «¿Qué es adverbio?». Las letras de la
respuesta eran las que se habían propuesto no dejarse leer, corriendo y
saltando de una margen a otra. Total, que el adverbio debía de ser una cosa
muy buena; pero Cadalsito no lograba enterarse de ello claramente. Después
leía páginas enteras, sin que el sentido de ellas penetrara en su espíritu, que no
se había desprendido aún del asombro de la visión; ni se le había quitado el
malestar del cuerpo, a pesar de haber comido con tanta gana; y como notase
que al fijar la atención en el libro se ponía peor, tuvo por buen remedio el ir
doblando una a una las puntas de las hojas de la Gramática, hasta dejar el
pobre libro rizado como una escarola.”
(Inicio del capítulo IV, Miau)
14. “¿Y la carta?... ¿qué decía la carta? Con trémula mano abriola Villaamil
(mientras doña Pura se llevaba adentro al chiquillo para mudarle la
ropa), y al leerla se le cayeron las alas del corazón. Era una de esas cartas de
estampilla, como las que a centenares se escriben diariamente en el
Congreso y en los Ministerios. Mucha fórmula de cortesía, mucho trasteo de
promesas vagas sin afirmar ni negar nada. Cuando su mujer acudió a
enterarse, Villaamil ofrecía un aspecto trágico, mostrando la epístola
abierta, arrojada sobre la mesa. «¡Ya! -dijo la Miau, después de leerla-, las
pamplinas de siempre. Pero no te apures, hombre. Vete mañana a
verle, y...».
-Cuando te digo (con atroz desaliento), que entre unos y otros me están
jorobando...
Pasó la noche sumido en negra tristeza, y a la mañana
inmediata, cambio completo de decoración.
En la afanosa vida del
pretendiente ocurren estos rudos contrastes que les hacen pasar del
desconsuelo a la esperanza. Recibió Villaamil una esquela del prohombre
citándole para su casa, de doce a una. Con la prisa y el anhelo que le entró a
mi hombre no acertaba a ponerse el gabán. «Me llamará para decirme
alguna tontería -pensaba, arrimándose siempre a lo peor-. Vamos, vamos
allá». Y salió dejando a su mujer excitadísima con la ilusión de un próximo
triunfo. Por el camino, procuraba compenetrarse bien de su fatalismo
pesimista. Según su teoría, siempre sucede lo contrario de lo que uno
piensa.”