1. Fuente 1
El hombre no desciende del mono, sino de un roedor, posible antepasado de todos los mamíferos:
A los creacionistas les encanta sacar a relucir que es imposible que los humanos hayan
evolucionado de los monos, lo cual es cierto; el ser humano y el resto de los monos sólo somos
parientes con un ancestro en común que, por alguna razón, evolucionó en dos especies distintas.
Si nos remontamos al árbol genealógico de los mamíferos, podemos observar que hay ramas de
donde parten los equinos, cánidos, felinos, etcétera. Sin embargo, si se busca más atrás,
encontramos que hay un ancestro en común que todos los mamíferos compartimos, el cual podría
ser un pequeño insectívoro parecido a una rata, sólo que con una cola extraordinariamente grande:
el Protungulatumdonnae.
Foto: Carl Buell
Un equipo internacional de científicos ha generado el árbol de la vida más amplio hasta la fecha
sobre los mamíferos placentarios entre los cuales está incluido el homo sapiens. No obstante,
contrariamente a una teoría común, los datos muestran que el grupo se diversificó después, y no
antes, de la extinción de los dinosaurios hace 65 millones de años, según la investigación publicada
en la revista Science. “Especies como los roedores y los primates no convivieron con dinosaurios no
voladores”, afirma Maureen O’Leary, del Departamento de Ciencias Anatómicas de la Universidad
2. StonyBrook, en Nueva York. Aunque afirma que “sí descendieron de un ancestro común después de
la desaparición de éstos”.
Esto es, entre 300 mil y 400 mil años después. Las características del pequeño animal han podido
ser establecidas gracias a una reconstrucción teórica que los investigadores obtuvieron cruzando
características de especies actuales y extintas, y combinando los datos con análisis de ácido
desoxirribonucleico (ADN). Para la investigación se utilizó una enorme base de datos pública en la
nube llamada MorphoBank. A diferencia de otras reconstrucciones, este estudio combinó datos de
observación de rasgos tales como la anatomía y el comportamiento, así como datos genómicos
codificados por el ADN. Por medio de este análisis descubrieron que este mamífero, cuyo peso se
estima entre 6 y 245 gramos, contaba un útero con dos trompas, un complejo córtex cerebral y una
placenta similar a la humana, en la que la sangre materna se comunicaba con las membranas que
rodean al feto.
Foto: Wikipedia
Una vez recopilados los datos, los investigadores crearon una clasificación filogenética (o árbol
genealógico), donde aparecen las relaciones evolutivas de los mamíferos desde hace 250 millones
de años (el periodo Triásico) a la actualidad. La investigación, financiada por el Programa del
Montaje del Árbol de la Vida de la “NationalScienceFoundation”, podría ayudar a los científicos a
entender mejor cómo los mamíferos sobrevivieron a cambios climáticos del pasado y de qué forma
pueden verse afectados por condiciones ambientales futuras.
http://www.sinembargo.mx/11-02-2013/523253
Fin de fuente 1
3. Fuente 2
El antecesor común de los mamíferos placentarios, entre los que se encuentra el ser humano, fue un
diminuto insectívoro que se diversificó después de la extinción de los dinosaurios hace 65 millones
de años, en contra de lo que afirman las teorías más recientes.
Un equipo internacional de científicos, que ha reconstruido el aspecto que tendría este antepasado,
llegó a esta conclusión tras estudiar durante seis años miles de características morfológicas y
genéticas tanto de mamíferos vivos como fósiles, con la ayuda de la base de datos Morphobank, que
puede consultarse libremente por Internet. Los resultados de su estudio se publican hoy en la revista
científica Science.
"Especies como los roedores y los primates no compartieron la Tierra con los dinosaurios no
aviarios, sino que surgieron de un antecesor común, -un pequeño y veloz animal que se alimentaba
de insectos-, poco después de la desaparición de los dinosaurios" en el periodo del Cretáceo-
Paleogénico, afirma Maureen O'Leary, de la Universidad estadounidense de StonyBrook.
Aunque no hay registros fósiles del antepasado en la base de datos que analizaron los científicos, sí
pudieron deducir su existencia y apariencia. Los investigadores están convencidos de que esta
criatura existió, que vivía trepado a los árboles, comía insectos y pesaba hasta 245 gramos (8.64
onzas) y que su cuerpo era peludo y calloso. Tenía una larga cola, daba a luz a una sola cría, y tenía
un cerebro complejo con un gran lóbulo que le permitía interpretar los olores.
"Los animales peludos en realidad no se diversificaron o alcanzaron un gran tamaño hasta que los
predadores reptiles desaparecieron y el ecosistema se había recuperado", señala O'Leary. El período
posterior a la extinción de los dinosaurios fue para estos científicos el "bigbang" de los mamíferos
como este animalito.
Más de 5.000 especies existen en la actualidad, desde el murciélago abejorro de 0,05 gramos a la
ballena azul de 170 toneladas. Todos ellos tendrían como antepasado a este mamífero parecido
similar a una musaraña.
O'Leary y sus colegas reconstruyeron el árbol genealógico de los mamíferos placentarios con una
base de datos que incluyó más de 4.500 características de 86 especies. Eligieron criaturas que
representan a los principales grupos de mamíferos placentarios, que varían en características tales
como tamaño, color de piel, y otros aspectos de la anatomía y la fisiología, incluyendo el número y
la disposición de los huesos y los dientes. También compararon 27 genes diferentes comunes a
todos los mamíferos placentarios.
"Se trata de un extraordinario conjunto de datos", dijo AnneYoder, una bióloga evolutiva de la
Universidad de Duke en Durham, Carolina del Norte, que no participó en el trabajo.
"Estas bases de datos se están volviendo más y más útiles y anuncian una nueva era en las
reconstrucciones paleontológicas de los árboles genealógicos", agregó.
Los resultados sugieren que el ancestro de todos los mamíferos placentarios evolucionó unos
400.000 años después de la extinción masiva de los dinosaurios.
Desde la década de 1990, estudios basados sólo en la diversidad genética han sugerido que los
linajes de mamíferos eran mucho más antiguos y que su diversificación estaba relacionada con la
separación de los continentes antes del fin del Cretáceo.
Fuente: EFE