Los deportes más populares (5) béisbol-horacio germán garcía
Para leer al pato donald horacio germán garcía
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2. Para leer al Pato Donald
El año 1972 apareció este libro, firmado por los intelectuales
mar xistas Ariel Dor fman (chileno-argentino) y Armando Mattelar t
(belga). La historieta, literatura de simple entretenimiento, se
volvía objeto de análisis de las ciencias sociales.
3. Para leer al Pato Donald
No se trataba, como algunas fantasías paranoicas contemporáneas,
de la idea de una conspiración para “envenenar mentes
vírgenes”. O sí, pero no era una conspiración consciente.
4. Para leer al Pato Donald
Toda creación viene cargada, más allá de las intenciones de su
autor, de los prejuicios, de los valores, de la cultura y de la
cosmovisión de su medio. Incluso en un chiste de pocas palabras
puede haber mucho que desentrañar.
5. Para leer al Pato Donald
Para Dor fman y Mattelar t la cosa es más grave. Las historietas de
Walt Disney contribuyen al mantenimiento de las estructuras
mentales que sostienen un orden injusto.
6. Para leer al Pato Donald
El libro par te de una obser vación sagaz. En las historietas del Pato
Donald hay dos muy impor tantes realidades de la vida que
brillan por su ausencia: el sexo (y su consecuencia, la familia) y
el trabajo.
7. Para leer al Pato Donald
El sexo no aparece claramente en las historietas del Pato Donald.
No queda claro si Daisy es sólo una amiga o existe otro interés.
Tampoco hay lazos filiales. Es un mundo de tíos y sobrinos. No
hay padres e hijos.
8. Para leer al Pato Donald
Nunca queda clara la ocupación del Pato Donald. A veces está
angustiado por pagar cuentas. Otras veces está pensando en
ganar dinero. O busca empleo. Pero todo transmite una
sensación de irrealidad. Ninguna de estas necesidades parece
más que una vana gesticulación.
9. Para leer al Pato Donald
Como hacen notar los autores, aquello que se niega suele estar
presente de manera implícita y no clara pero con mayor fuerza,
con una violencia terrible.
10. Para leer al Pato Donald
El sexo estalla en el dibujo crispado y tenso. El trabajo y las
relaciones laborales en esa especie de cadena invisible que une
a Donald con Rico McPato.
11. Para leer al Pato Donald
La clase obrera no aparece, salvo transmutada en los Chicos Malos.
La riqueza es inocua acumulación de monedas.
12. Para leer al Pato Donald
Sin negar la sagacidad de esta obser vación cabe preguntarse si una
interpretación psicoanalítica o antropológica no sería, por lo
menos, igual de interesante que una realizada desde la
sociología mar xista.