El Lazarillo de Tormes es una novela anónima del siglo XVI que inauguró el género de la novela picaresca. Narra las desventuras de un niño, Lázaro, que va pasando de amo en amo sufriendo hambre y penalidades mientras va madurando. Es una crítica de la sociedad de la época y muestra la pérdida de inocencia de Lázaro a través de sus experiencias.
2. Obra fundamental de la narrativa española, que
inaugura en el s. XVI, un nuevo género, el de la novela
picaresca, muy imitado en el s. XVII. En ella un muchacho,
casi un niño, va de amo en amo, sufriendo penalidades y
hambre, a la vez que va madurando a golpes.
Obra anónima, concebida como una larga epístola a un
“vuestra merced” que pide explicaciones sobre un
posible escándalo.
Primera obra narrada en primera persona, supuestamente
autobiográfica.
Obra muy crítica con la sociedad del momento. No deja
bien a nadie: nobles venidos a menos, clérigos miserables,
pillos que se ganan la vida explotando la credulidad de
los demás. En medio de todos, un muchacho va
perdiendo la inocencia.
3. Tratado primero: Lázaro cuenta sus primeros años de vida.
“Si presenta a su oponente como una persona muy astuta, se valora más la
inteligencia del Lazarillo” (Cecilia)
Tratado segundo: Lázaro entra al servicio de un clérigo.
“Lázaro encuentra más difícil engañar al nuevo amo porque este no era
ciego como el anterior, y encima tenía una vista y una astucia muy
aguda.” (Ama)
Tratado tercero: Lo que sucedió a Lázaro con un escudero.
“Lázaro le miente a su amo cuando le dice que no tiene “fatiga de
comer”, cuando todos sabemos que el niño se muere de hambre”.
(Edgar)
Tratado cuarto: Lázaro se emplea con un fraile de la Merced.
Tratado quinto: Lo que pasó Lázaro con un buldero.
“Yo pensaba que lo que había ocurrido era que el buldero había
envenenado al alguacil, y al ponerle la bula sobre la cabeza le había
dado algo para calmarlo.“ (Raquel)
Tratado sexto: Lázaro sirve a un capellán.
Tratado séptimo: De cómo Lázaro llegó a ser pregonero en Toledo.
“Se cumple la profecía del vino hecha por el ciego, que le había dicho
que si alguien debía ser afortunado con el vino, él sería.” (Javier)
4. “Este libro me ha encantado aunque ya lo conocía. Hace años ya
había leído una versión adaptada pero me ha gustado volverlo a leer
porque había muchas cosas de las que no me acordaba. Mi capítulo
favorito es el del ciego, porque creo que es aquí cuando Lázaro
despierta de su niñez, cuando aprende a pensar por sí mismo y también
cuando aprende a sobrevivir. En cuanto al final de este capítulo, no
puedo evitar pensar que el ciego se tenía merecido el golpe contra el
poste. Por otra parte, creo que la vida de Lázaro es muy dura y que sólo
consigue empeorar cada vez que cambia de amo, dicho de otra
forma, escapa del fuego para caer en las brasas, hasta que se
encuentra al fraile y por fin su vida empieza a mejorar.” (Antonio)
“Me ha encantado la historia, pero me da mucha pena que su madre
lo entregue a un ciego.” (Alejandro)
“Me resultó divertido cuando Lázaro le robaba al ciego al lado de la
chimenea y la cera que le había puesto al jarrillo se derretía, la postura
en la que tenía que estar tenía que ser cómica y fastidiada.” (Laura)
5. “Me encantó el libro, porque revela la vida que tenían que llevar los
niños que eran pobres. Es muy duro pensar en el hambre que pasó
Lázaro y las penurias que sufría con sus amos. El autor incluye
anécdotas divertidas sobre la astucia de sus amos. Lo que disminuye la
consternación por las torturas que vive.” (Andrea)
“Mi opinión sobre el libro es buena porque habría muchos niños que
sufrirían como este, y él destapó la verdad. Además es un libro
entretenido y con humor.” (Paula)
“A mí me gustó mucho esta novela, aunque me parezca demasiado
cruel. Pero supongo que si esas situaciones se daban en aquella época,
necesitamos que alguien las cuente, por muy crueles que puedan
llegar a ser. La parte que más me gustó fue cuando el ciego y el niño
comparten un racimo de uvas, y el ciego se da cuenta de que el niño
come las uvas de tres en tres, porque él las comía de dos en dos, y el
niño que lo veía, callaba. Aunque también me gustó cuando hizo
pensar al clérigo que el robaba el pan era un ratón y no él. La parte
que menos me gustó fue cuando estaba con su tercer amo, porque el
niño se daba perfecta cuenta de que él no tenía qué comer, pero, aún
así, él trabajaba y parte de lo que ganaba se lo daba a su amo, lo que
debería ser al revés.” (Inés)
6. “Una escena que me resultó muy divertida del Lazarillo de Tormes fue
cuando Lázaro encuentra a una señora llorando, diciendo que a su
difunto esposo lo llevaban a la casa oscura, lóbrega, donde nunca se
come y Lázaro se piensa que lo llevan a su casa. La inocencia de
Lázaro resulta una de las facetas más agradables de la historia, pero al
mismo tiempo su gran astucia, que le permite relacionar esa frase con
su vida real. Es una historia tan realista e inspiradora que hace reír, pero
al mismo tiempo llorar.” (Ama)
“Me ha gustado la novela en general, pero hay algunas partes
desagradables. Da pena ver cómo Lázaro lo pasa mal con sus
diferentes amos, pero hay otras divertidas, como la escena cuando
comparten las uvas el ciego y Lázaro. Enseña valores como que es
importante madurar como personas, que valerse por uno mismo es
importante, sobre todo cuando estás solo, y que no puedes rendirte por
muy difícil que resulte el camino.” (Raquel)
“Al principio no me convencía mucho este libro, pero a partir del
segundo tratado empecé a cogerle el truco, y al final no estuvo mal.
Entiendo que el escritor no haya querido decir su nombre, porque es un
libro bastante duro, para aquella época.” (Belén)
7.
8.
9.
10. Raquel Lamas.
Laura López.
Antonio J. Lorenzo.
Andrea Pita.
Javier Porta.
Ama Quakerson.
Cecilia Ramil.
Paula Ramos.
Xavier Sanxoán.
Belén Sañudo.
Alejandro Segura.
Inés Sixto.
Edgar Vilaboy.