El documento habla sobre el respeto al cuerpo como un mandato de la caridad ya que el cuerpo es el templo del Espíritu Santo. Recomienda evitar los excesos como el abuso de comida, alcohol, tabaco y medicinas así como comportamientos que ponen en peligro la seguridad propia o de otros. Considera que el uso de drogas y la producción y tráfico de drogas son prácticas inmorales. Finalmente, menciona que de acuerdo a las enseñanzas de la Iglesia, el respeto por la vida humana requ
2. El respeto al propio cuerpo es una exigencia de la
caridad, pues el cuerpo es templo del Espíritu Santo
y somos responsables –en lo que de nosotros
depende– de procurar la salud corporal, que es un
medio para servir a Dios y a los hombres.
3. «La virtud de la templanza conduce a evitar toda clase
de excesos, el abuso de la comida, del alcohol, del
tabaco y de las medicinas. Quienes en estado de
embriaguez, o por afición inmoderada de velocidad,
ponen en peligro la seguridad de los demás y la suya
propia en las carreteras, en el mar o en el aire, se
hacen gravemente culpables»
4. El uso de drogas es una falta grave, por el daño que
representa para la salud, y por la huida de la
responsabilidad de los actos que se pueden realizar
bajo su influencia. La producción clandestina y el
tráfico de drogas son prácticas inmorales
5. De acuerdo con las enseñanzas de la Iglesia, el
respeto por la vida humana exige también el
respeto del propio cuerpo, impidiendo los
comportamientos poco saludables