2. Independencia impuesta
• El Perú se separa después de los demás países
sudamericanos.
• El Perú aplasta la insurrección separatista en
Sudamérica durante las Cortes de Cádiz.
• Los sectores pudientes de Lima se manifiestan
a favor de la continuidad de España en el
Perú.
• ¿Quería separarse el Perú?
3. • Se ha dicho que el Perú no quería separarse.
Que el Perú se separó solo porque llegan las
fuerzas del sur con San Martín y, luego, del
norte con Bolívar.
• Sin esas fuerzas, el Perú no se hubiese
independizado.
• ¿Es así?
4. Independencia criolla
• La independencia efectiva se produjo a
destiempo y fuera de lugar.
• No porque las condiciones fuesen inmaduras
para 1820-1826, sino porque ya había pasado
el momento en que la separación política
debía ser acompañada por cambios
importantes en otros aspectos también.
5. • Para el tiempo y el lugar en que se dio
realmente, las fuerzas sociales capaces de
impulsar el cambio se hallaban desmovilizadas
luego de diversos intentos separatistas del
siglo XVIII y principios del XIX.
6. • Si bien se manifestaron con la coyuntura de
1820, esta movilización fue mediatizada por
los sectores conservadores realistas y
patriotas, quienes aprovecharon la situación
para realizar el cambio a su manera, de
espaldas a lo que la sociedad había exigido y,
en parte, seguía exigiendo.
7. • La independencia peruana no se dio como
resultado de un proceso único, continuo y
acumulativo. Más bien, se produjo como
resultado de procesos diversos, paralelos y
sucesivos. Se debe diferenciar la participación
de diversos sectores de la sociedad en el
tiempo y en el espacio, muchas veces sin
relación de continuidad pero teniendo
siempre en consideración la experiencia
adquirida.
8. • Debe entenderse también el fenómeno del
“agotamiento” social. Luego de un lapso de
efervescencia, por lo general una población o
grupo social entra en receso. Sobre todo, si el
movimiento fue derrocado y los protagonistas
fueron objeto de represalias que se extienden
en el tiempo y se singularizan por la crueldad
y los métodos para detectar nuevos brotes de
insurgencia.
9. • Lo mismo sucede cuando quienes han
experimentado o experimentan la represión
son pueblos o grupos sociales de las
inmediaciones: la insurgencia de otros pone
en alerta a las fuerzas represivas así como la
represión de unos desata temores en
potenciales insurgentes.
10. • Todas estas alternativas se dieron en el Perú
del tiempo de la Independencia y por eso no
es de extrañar que áreas enteras —
anteriormente aguerridas— guarden
“silencio” mientras otras se manifestaban de
manera abierta.
11. • Luego de cada gran rebelión se dio un lapso
prolongado de “silencio”. El país se hallaba en
esa situación luego del aplastamiento de la
segunda gran rebelión del sur andino (18141815) cuando a partir de 1820 fuerzas
externas obligan al Perú a tomar decisiones
para las que no había condiciones sociales.
12. • Si bien cuando San Martín llegó con la expedición
chileno-argentina la situación internacional era
favorable a raíz de la revuelta liberal de 1820-1823 en
España que ató de pies y manos a la metrópoli y, en el
plano local, las disidencias ideológicas y políticas al
interior del ejército y el gobierno coloniales, favorecían
la opción separatista, desde la rebelión del Cuzco de
1814-1815 los sectores potencialmente separatistas se
encontraban desmovilizados, atemorizados por
posibles desbordes populares (que nosotros hoy
sabemos que no se producirían pero ellos no), sin un
proyecto propio ni posibilidades reales de llevarlo a
efecto en forma inmediata y consecuente.
13. • La forma en que se dio la lucha complicó la
situación. El virrey La Serna se trasladó a la
sierra obligando a los rebeldes a luchar bajo
sus condiciones. El virrey sabía que el Perú
real se hallaba en la sierra y que Lima era un
lugar muy vulnerable y el bloqueo marítimo
no hacía más que demostrarlo. El virrey
dejaba Lima para ganar el Perú; revertía la
situación de sitiado a sitiador.
14. • La parte más importante del Perú en tiempos
coloniales (y luego también) no fue la costa con
su capital aristocrática, sino la sierra, con su
producción agropecuaria, minera, obrajera, sus
relaciones comerciales y su alta densidad
demográfica. Allí los realistas tendrían una
despensa inacabable en víveres y mano de obra
(vituallas para el ejército, cobro de tributo), y una
inmensa retaguardia hacia el sur. Una vez ganada
la sierra, el virrey podía seguir dominando en el
país indefinidamente.
15. • El gran mérito de Simón Bolívar fue haber
rectificado la estrategia anterior que, salvo los
dos intentos de “puertos intermedios”, había
sido pasiva. Bolívar entendió que la única
forma de vencer al ejército español era ir en
su búsqueda con el ejército en pleno a la
sierra, con el apoyo de las guerrillas peruanas.
16. Montoneras y guerrillas
• La montonera representaba un intento
democrático de expresión de sectores sociales
provincianos, pequeños y medianos propietarios
y trabajadores desposeídos. Espontánea en tanto
que no era “oficial”, sino surgida por voluntad de
esos grupos locales poco numerosos (pero
mayoritarios en su conjunto) que buscaron así
manifestar sus exigencias sociales y sus
reivindicaciones étnico-culturales en la coyuntura
de una guerra en la que se ven involucrados.
17. • La participación del pueblo en las guerrillas es
evidente. En la sierra y en la costa compusieron
las partidas campesinos pobres, mineros,
arrieros, pequeños comerciantes y pequeños
propietarios, esclavos cimarrones. En lo
fundamental, eran pobladores de origen étnico
indígena y cuyas reivindicaciones sociales y
económicas eran más o menos claras. Las
dirigencias, en cambio, fueron más bien criollas y
mestizas de clase media y modesta fortuna.
18. • La participación de las montoneras y guerrillas
fue muy importante, en especial, bajo las
tácticas con que se planeaba la estrategia para
expulsar a los españoles: una guerra
prolongada, sin enfrentamientos de grandes
cuerpos de los ejércitos. Desde un principio se
rehuyó el encuentro.
19. • Una guerra de posiciones como ésta tuvo que
contar, de ambos lados, con fuerzas
informales (llamadas guerrillas). Aparte de las
dos batallas decisorias (Junín y Ayacucho), casi
toda la guerra fue llevada (o soportada)
fundamentalmente por las guerrillas y
pequeños destacamentos de tropas regulares
de ambos bandos.
20. • La guerra de guerrillas tenía una ventaja
adicional, esta vez en el plano social. Como
guerra informal, la acción de la guerrilla podía ser
soslayada al momento decisivo de la victoria, que
—si la hubiere— pertenecería íntegramente al
ejército regular. De esta suerte, la participación
popular en la obtención de la independencia y
logros sociales quedaría reducida al mínimo,
sobre todo si las acciones eran dilatadas y
frecuentes las disputas entre los líderes políticos
y militares, entre los jefes de guerrilla, etc.
21. • Con la ayuda consciente o no de los
comandantes de las guerrillas, los pueblos de
la sierra y la costa centrales terminarían en
una lucha estéril. Las guerrillas fueron
entrenadas para cumplir sólo ciertas funciones
secundarias.
22. • Terminada la contienda se procuró —y logró—
desmovilizar inmediatamente a la población
que con sus montoneras y guerrillas había
estado levantada en armas por espacio de
más de cuatro años. Este desarme del pueblo
debía ser una garantía de que los vencedores
en el campo militar también lo serían en el
plano político y social.