El Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura (TIRPAA) cumplió su décimo aniversario el día 3 de julio. Lleva una década reconociendo los derechos de las campesinas y los campesinos a utilizar, intercambiar y vender sus semillas. Ofrece una base para organizar la forma de compartir las semillas de las campesinas y los campesinos de 131 países que, haciéndolo, contribuyen de forma esencial a la seguridad alimentaria mundial. Teniendo en cuenta la intensificación del cambio climático, las semillas locales son, muy a menudo, la única manera de garantizar las cosechas, mientras que las variedades desarrolladas en los laboratorios químicos son incapaces de adaptarse al mínimo cambio no previsto