1. (TEXTO EXPOSITIVO)
Es un día del que tengo un recuerdo inmemorable –es un tres de agosto–; ¡es todavía un
día maravilloso! Las competencias van y
vienen, ganadores y perdedores pretenden
consolarse con osados abrazos. Las luchas
francas: a puro pulmón, a fuerza de campeón,
a vigor de perdedor y a oneroso fervor varonil
se ostentan por doquier. A lo lejos se acoplan
sensibles sonrisas, candorosas alegrías y
funestas tristezas. Los festejos interrumpidos
de los competidores; las plegarias míticas en
los campos y graderías se esparcen entre
muchos. Se observa en el solemne verdor
terrenal, el discurrir de estruendosos y
apacibles gemidos, que van acompañados de
miradas sensatas entre gruesos sudores y
débiles cuerpos personales. La multitud en las
graderías se pone de pie y a son de aplausos y
cánticos determinan el ingreso de todos; las
banderas flamean de izquierda a derecha; de
arriba hacia abajo, –un baile moderno de tipo africano, o más bien de tinta jamaiquina parece
mostrarse en la tribuna popular–. Todos son conmemorados, su ingreso es una celebridad.
¡Oh!, –que sucede –dije, él no es muy bien recibido… asu…asu; pero es representante
nuestro –concluí. Los ingleses y otros hinchas cosmopolitas de todo el planeta vociferan al
detectar a su representante. Los latinoamericanos estamos totalmente deshechos; ya que no
hemos observado dignos representantes en los deportes más destacados. Pero algo mágico pasa
cuando se distingue el juego limpio de un argentino, nos sale la sangre latina… y gritamos: ¡sí,
sí…! ¡Sí se puede! a lo Cienciano peruano, en las Olimpiadas Londres 2 012.
Son las 3: 12’ de la tarde en mi reloj y los deportes en Londres, Inglaterra, continúan en su
mejor relieve. Los dominantes en los deportes distinguidos son los de siempre: China y Estados
Unidos; a ellos se unen fervorosamente Inglaterra y Japón. En mi gigantesco televisor de 14
pulgadas busco el canal 52 – 53 y de vez en cuando el canal 04. Los tres canales son los que me
ayudan a discurrir mis augurios y fastidios al no observar un representante latino que ponga su
garra, entusiasmo, dinamismo y sobre todo un play of, como estamos acostumbrados a
determinar en nuestra patria grande. Ya estoy perplejo y comienzo a perder la paciencia: gritando
irreverentemente, hago muecas jocosas y hasta soy faltoso –eso también lo demostré cuando en
el futbol femenino, Brasil, el gigante del futbol, perdió en semifinales ante un temible Campeón
Mundial (según los periodistas, pues personalmente no lo he visto ganar la copa del Mundo ) Japón. Me
2. levanto, doy cinco pasos y pulso los botones del grandísimo televisor, no pasa nada –digodespués de ver el canal 52; el siguiente –sugiero–, tampoco hay representantes nuestros –aclaro–
con mucho más fastidio; ¡Oh! ¡Oh, tal vez en el 4! –Recalco–; de inmediato pulso el botón de
retroceso –durante un minuto– hasta llegar al canal nacional, pero… que… ¡qué tonterías!, no
están transmitiendo las Olimpiadas y estoy perdiendo mi tiempo… bueno que pena, mejor lo
dejaré en el 53 y veremos si por allí hay algo novedoso –dije– con una voz somnolienta.
Después de unos minutos escuché decir a un comentarista deportivo: – ¡fuerza argentino!,
hoy te toca; tal vez hagas un
buen lanzamiento. –Señoras y
señores
se viene nuestro
representante latinoamericano…
veremos qué pasa –comenta.
Vuelvo la vista a la pantalla y veo
el desarrollo de un deporte poco
conocido para mí, bueno creo
que es lanzamiento de disco
–dije–; no, no, creo que es
lanzamiento
de
jabalina
–agregué animadísimo. Sea, lo
que sea es deporte; además ya
escuché que va a participar un
deportista argentino y eso es lo
bueno –concluí–, sentándome
en la silla más cercana a las imágenes.
Comienzo a distinguir a un deportista alemán. Coge una “bola” –al parecer de metal–, se
coloca en la parte inferior derecha de su cabeza (entre el oído y el cuello), retrocede unos tres pasos
y luego camina en forma agitada y la lanza con la mayor fuerza posible. ¡Qué buen lanzamiento!,
–dice el periodista argentino–, vemos que ha llegado a los 20. 90 –aclara su compañero de trabajo,
creo que éste va por la dorada –sintetiza uno de ellos.
Bueno, bueno –dije– este deporte tiene su nombre; y si mal no recuerdo, lo he practicado
hace cuatro años en mi Instituto y lo conozco por lanzamiento de jabalina ¡espero que eso sea!
Cuando lo realicé era una “bola” más diminuta, que la aparecida en las manos de los olimpistas, es
muy complicado, yo al realizar dicho acto deportivo, solamente logré lanzar una distancia de
cinco metros ¡qué horroroso!, –dije– ,este es verdaderamente un deporte de fuerza y yo no tengo
la capacidad y aún peor, la práctica para efectuar este deporte.
Inmediatamente observé a un robusto hombre, mientras los periodistas alardeaban entre
vociferaciones alegóricas, éste estaba de polo tricolor, pero lo destacado era: celeste y blanco, con
un cabello encrespado, tez blanca y con una barba a medio crecer. Mi actuación fue rápida: –tú,
3. tú… ¡tú gordito ahora lo haces!; vamos, vamos con tu primer intento –alardeaba dando de
manotazos a la vieja mesa que se retorcía en cada actuar furibundo.
Muy bien, muy bien –dijeron los periodistas–, aunque no es tan distante, pero para iniciar
está bien. Su lanzamiento ha alcanzado 20. 62 –remarcaron– y continuaron narrando y
comentando el lanzamiento de los doce deportistas. Personalmente, cada vez, que lanzaban; por
un lado el deportista alemán y por el otro el deportista polaco mis aplausos eran dignísimos y
festivos. –Ha llegado a un lanzamiento de 20. 91, que bueno, esa es una técnica antigua –decían
los periodistas para el alemán; mientras que para el polaco lo enaltecían diciendo que estaba
defendiendo su título de Campeón Mundial.
El lanzamiento se producía en tres oportunidades por cada deportista. El ariete nuestro, el
argentino, en su segundo intento llegó a lo más alto, todos gritaron y yo aplaudí sin saber por qué,
solamente veía que la “redonda” dio al ras de la segunda línea blanca. –Señoras y señores nuestro
campeón latinoamericano ha llegado a batir un record sudamericano con 20. 82, es un hecho
fenomenal – grito el periodista. Sí amigos de ESPN nuestro representante a batido su propia marca
de 20. 75 – concluía el comentarista.
Cuando observé que la
“redonda” casi rompe
la línea
blanca lo festejé: me puse de pie,
efectué un salto a lo espadachín y
grité: – ¡vamos hermano, en la otra
bates el record mundial! ¡Vamos
carajo! y así debe ser, –no seamos
conformistas como Alianza Lima Y
Sporting Cristal que ayer empataron
bochornosamente 1 – 1 –dictaminé
como si fuese autoridad deportiva.
Mi festejo era sui generis, seguro
que el entrenador argentino estaba
plagado como yo, aunque por lo
visto en la televisión, simplemente
emitía sus calurosos aplausos.
Esperé los resultados, no pasaron 15 minutos, para escuchar que el argentino pasaba a la
siguiente rueda. Estaba entre los seis más grandes lanzadores de este deporte Olímpico. Fue una
alegría inmensa. –No tomaré Cerveza, pero sí, un café Alto-mayo en este clima gélido –dije–
levantándome a prender la cocina.
No cuento lo que he visto a posteriori, pero lo real de los hechos es que el argentino
quedó entre los seis grandes. Después del segundo lanzamiento muy bien realizado por todos los
deportistas, no volvieron a igualar sus propias marcas. Por ejemplo el estadounidense anuló su
lanzamiento intencionalmente –pisando la línea; de igual manera lo realizaron, el germano, el
4. serbio y el polaco, de este último fue anulado su lance por cruzar dos metros de la línea divisoria a
pesar de ello llegó a una distancia de 21. 89. De eso pude concluir que nuestro baluarte argentino
fue quien jugó limpiamente. En su segundo intento llegó a 20. 66, pero no anuló su lance, como
dignificaron efectuar la mayoría de los competidores, para que vean, ¡eso es juego limpio señores!
Seguro estoy, muchos dirán que soy un fanfarrón cómico, un bufón o un psicópata, un
hincha inverosímil; este enfermo señores no va más allá de lo real, esa es una verdad innegable,
en este mundo de falsas mentiras. Si usted desea puede buscar información en los medios y
compartirá esta experiencia mía; y por ahí encontrará los resultados de los deportistas
sudamericanos. Allí comprobará que en el tenis Juan Martín del Potro, perdió, después de jugar
muy bien; la chilena Karen Gallardo, en el lanzamiento de disco, también perdió y no llegó a más, a
pesar de su lucha espiritual. Se ha realizado un extraordinario trabajo Olímpico el día de hoy por
los sudamericanos, pero nada más que un esfuerzo e ímpetu personal. Lo destacadísimo casi
mítico es lo que realizó en forma individual el argentino Germán Lauro. Para él es mi homenaje y
admiración personal, por hacerme vibrar de emociones, en una semana para el olvido
sudamericano, seguro que muchos concuerdan conmigo a pesar de mi ignorancia en ese y otros
deportes.
Los resultados finales en el lanzamiento de bala para hombres fue el siguiente:
DEPORTISTA
(MEDALLA DE ORO)
1. TOMAS Z MAJEWSKI – POLONIA
Ganador en Beijing 2 008 y ganador de la medalla de plata en el
mundial 2 009.
(MEDALLA DE PLATA)
2. DAVID STORL – ALEMANIA
Campeón mundial en Corea del Sur 2 010.
(MEDALLA DE BRONCE)
3. REESE HOFFA – ESTADOS UNIDOS
Ganador de la medalla de oro en el año 2 007.
RESULTADO
21. 89
21. 86
21. 23
4. CRISTIAN CANTWELL – ESTADOS UNIDOS
21. 19
5. DYLAN ARMSTRONG
20. 93
6. GERMÁN LAURO
20. 84
7. ASMIR KOLASINAC
20. 71
8. PAVEL LYZHYN
20.69
5. –“Me siento personalmente feliz, súper contento, después de clasificar entre los ocho
mejores” –acotó el sudamericano–, terminada la brega.
Germán Lauro, es un argentino nacido el 2 de abril de 1984(28 años), en Treque Lauques
(Buenos Aires), su estatura: 1,86 m. Peso: 127 kg. –representa un esfuerzo hecho realidad–, eso
que nos hace falta en el deporte, está
presente en sí. No solamente en el
fútbol, como muchos peruanos piensan
y hacen todo por defender un deporte
en una sociedad orgullosa y mediocre,
como la nuestra, –han fracasado,
fracasan y seguirán siendo por siempre
incapaces. Esos que defiende por
ejemplo, Manuel Burga y sus
seguidores
ridículos y cohechados
periodistas, que se creen narradores
deportivos, sin tener ni don ni ton de
melodía. Esos y otros más lo han
convertido al hincha peruano en un
descerebrado
futbolero:
ha
abandonado a disciplinas deportivas
distintas del futbol, que seguro estoy
éstas representarían más y mucho
mejor a la camiseta bicolor.
Esto es para vos Germán Lauro, de un peruano oriundo de la de la tierra del Inca.
Lima, 03 de agoto de 2 012.
(ESPINOZA RUÍZ, Elmer)