La mutilación genital femenina se practica en algunas ocasiones entre la lactancia y los 15 años de edad, y puede incluir clitoridectomía, excisión, infibulación u otros procedimientos que solo causan daño. Aunque está influenciada por factores culturales, religiosos y sociales, viola los derechos humanos de las niñas y mujeres, por lo que las Naciones Unidas la prohíbe.