El documento resume la economía del período de entreguerras (1918-1939) y describe: 1) Los problemas económicos de posguerra en Europa debilitaron a los países participantes y provocaron desacuerdos; 2) Estados Unidos se convirtió en la principal potencia económica al fortalecer su industria y comercio; 3) Europa sufrió una breve recuperación en los "felices años 20" antes de la Gran Depresión de los años 30.
9. 3.- La Gran Depresión De la prosperidad a la depresión Observando la evolución de estos índices, ¿puedes deducir las etapas que hay en esta gráfica? Prosperidad Depresión
10. Las causas del crack bursátil Una retirada de acciones, por parte de importantes inversores, en la primavera de 1929 provocó Un descenso brusco de las cotizaciones Sembró el pánico entre la mayoría de los inversores que a su vez El 24 de octubre “ jueves negro” empezó el hundimiento de la bolsa El mercado se colapsó y las cotizaciones a la baja duraron hasta 1933 3.- La Gran Depresión
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14. basada en El fracaso de las soluciones tradicionales En primer lugar, los estados practicaron teorías tradicionales Políticas deflacionistas (reducir los precios para incentivar el consumo) Proteccionismo económico (con aranceles que protegieran la industria nacional) Fracaso Conferencia económica mundial de Londres (1933) Una salida colectiva Retorno al patrón oro y reducción de los aranceles. No hubo acuerdos 5.- Los caminos de la recuperación económica Búsqueda de nuevas fórmulas Revisión del liberalismo económico Intervención del Estado en la economía ( Keynes ) buscó pero basadas en con
19. El problema de las reparaciones y de las deudas interaliadas Para ellos [los aliados], las deudas de guerra y las reparaciones eran obstáculos al restablecimiento de la vida económica normal en el mundo entero. Estados Unidos, como Reino Unido, era una nación comerciante; estaba interesada en la reapertura de los mercados y en la restauración del poder adquisitivo de todos los países. Pero este renacimiento era imposible mientras la corriente ordinaria del comercio internacional estuviese trabada por la situación anormal resultante de tan enormes pagos como los de las reparaciones y las deudas interaliadas. La anulación era, pues, para los franceses un acto de justicia, y para los ingleses, casi un deber de buena política [...]. Habiendo rechazado el pueblo de los Estados Unidos la tesis francesa como desprovista de todo fundamento moral, y la tesis británica porque imponía a América todos los gastos de esta operación general de anulación, los deudores europeos se encontraron ante el hecho de que América quería cobrar. Supieron también que América les notificaba la intención de rechazar el acceso de sus mercados financieros a todas las naciones que rehusasen consolidar sus deudas e iniciar los pagos. Pero en este momento los préstamos americanos eran todavía el fundamento de toda reconstrucción europea. F. H. SIMONDS, Histoire de l’ Europe d’après guerre , 1929 DOC.4
20. El problema de las reparaciones y de las deudas interaliadas «La campaña de cumplimiento para hacer pagar a Alemania las indemnizaciones de guerra nos parece uno de los más graves actos de locura política del que nuestros hombres de Estado jamás hayan sido responsables. El futuro de Europa habría podido ser muy diferente si el Sr. Lloyd George y el Sr. Wilson hubiesen comprendido que los problemas más importantes de lo que debían ocuparse no eran ni políticos, ni territoriales, sino financieros y políticos, y que los problemas que amenazaban no eran los problemas de fronteras y de soberanía, sino los problemas de abastecimiento, de carbón y de transportes (…). El examen científico de las capacidades de pago de Alemania se dejó de lado desde el principio (…) La posición financiera de Francia y de Italia era tan mala que era imposible hacer entrar en razón a estos países en la cuestión de las indemnizaciones de Alemania, a que se les mostrase al mismo tiempo algún otro medio para superar sus dificultades (financieras). En nuestra opinión, los representantes de los Estados Unidos cometieron un gran error al no plantear ninguna propuesta constructiva que ofrecer a una Europa trastornada y enferma». J.M. Keynes, Las consecuencias económicas de la paz (1920)
22. Participación en la producción mundial de manufacturas. (En tanto por ciento).
23. Reservas de oro monetario en los grandes países industriales. (En miles de millones de dólares).
24. Índices mundiales de producción manufacturera Manifestación de parados en Londres (1921)
25. La hiperinflación en Alemania Niños alemanes jugando con billetes que habían perdido todo su valor a causa de la hiperinflación
26. Los efectos de la hiperinflación alemana Hasta la invasión del Ruhr, la política inflacionista había sido presidida por el miedo al desempleo. Ahora se había producido un paro masivo, y aunque el renacimiento del espíritu nacional había atenuado en gran parte la virulencia de sus peores efectos secundarios, la inflación seguía con más fuerza que nunca [...] Los pequeños delitos, los delitos desesperados, proliferaban por todas partes [...] En la mayor parte de Alemania comenzaron a desaparecer por las noches los canalones y las cañerías de los tejados. La gasolina se sacaba con gomas de los depósitos de los automóviles. El trueque se convirtió en la forma más corriente de comercio, y los metales y el combustible empezaron a ser utilizados como moneda ordinaria y como medio de pago. Una entrada de cine costaba un trozo de carbón. Con una botella de petróleo se podía comprar una camisa, y con una camisa era posible conseguir las patatas que necesitaba una familia. En 1922 Herr von der Osten pagaba el apartamento de una amiga suya en la capital de la provincia con media libra de mantequilla al mes, pero en el verano de 1923 ya le costaba una libra entera. «Estábamos volviendo a la Edad Media», decía Erna von Pustau. [...] Algunos comerciantes a los que les habían robado se encontraron con que los ladrones se habían llevado las carteras y los maletines en los que guardaban su dinero y habían dejado tirado en el suelo los billetes que contenían. A. FERGUSSON, Cuando muere el dinero. El derrumbamiento de la República de Weimar , 1984 DOC.9
31. La crisis de la agricultura estadounidense Demasiados granjeros americanos se han convertido en hombres de negocios. De 1850 a 1920 las circunstancias excepcionales les han falseado las condiciones económicas [...], las inmensas necesidades de Europa durante la guerra de 1914 han proporcionado al granjero del medio Oeste la ilusión de que le bastaba producir mucho para vender mucho y enriquecerse deprisa. De ahí la tendencia a acrecentar el beneficio comprando máquinas agrícolas, nuevas tierras, y si no se poseía dinero, se tomaba prestado. A. MAUROIS, Chantiers américains, 1933 DOC.14
33. Evolución de la producción industrial de EE. UU. y de las cotizaciones de la Bolsa de Nueva York
34. Los síntomas de la crisis – ¿Qué le parece la situación económica y financiera de los Estados Unidos? Algunos estiman que la fachada actual, en apariencia muy brillante, el desarrollo constante de la producción, reflejado en casi todas las estadísticas, el ascenso continuo de las cotizaciones en Wall Street, no podrán mantenerse mucho tiempo y que una crisis brutal estallará un día próximo. – (Paul Reynaud). No podrá tratarse de una crisis violenta […]. Sin embargo, estimo que una crisis apunta en los Estados Unidos. Algunas fuentes de riqueza están agotadas, los agricultores se quejan, la situación textil es difícil. Hay superproducción de automóviles y los stocks se acrecientan por falta de mercados […]. Por otra parte, el alza continua de los títulos ha desarrollado el gusto por la especulación […]. Algunos retrocesos, como los que se han producido en estos últimos días en Wall Street no deberán ser desdeñados […] estos son los signos precursores. Entrevista del diario Temps al diputado francés Paul Reynaud, 15 de octubre de 1929 DOC.15
35. La fiebre del oro: Groucho Marx y el crac de 1929 «Entonces empecé a pasarme las mañanas instalado en el despacho de un agente de Bolsa, contemplando un gran cuadro mural lleno de signos que no entendía. A no ser que llegara temprano, ni siquiera me era posible entrar. Muchas de las agencias de Bolsa tenían más público que la mayoría de los teatros de Broadway. Parecía que casi todos mis conocidos se interesaran por el mercado de valores. La mayoría de las conversaciones sólo hablaban de la cantidad que tal y tal valor había subido la semana pasada, o cosas similares. El fontanero, el carnicero, el panadero, el hombre del hielo, todos anhelantes de hacerse ricos, arrojaban sus mezquinos salarios —y en muchos casos, sus ahorros de toda la vida— en Wall Street. Ocasionalmente, el mercado flaqueaba, pero muy pronto se liberaba la resistencia que ofrecían los prudentes y sensatos, y proseguía su continua ascensión.» MARX, Groucho, Groucho y yo , Tusquets Editores, Barcelona, 2005
40. Los comedores gratuitos «Noté que todo había cambiado cuando una tarde volví del colegio y mi madre nos mandó a la cola de la sopa gratuita. Si llegabas antes que nadie, no te daban más que el agua grasienta de arriba. Así que le pedíamos al que la servía en los cuencos –tenías que llevar tu propio cuenco para recibirla- que la removiera e introdujera el cucharón hasta el fondo para conseguir un poco de carne y patatas, pero como no lo hacía, preferíamos no ser de los primeros. [...] Recuerdo que en una ocasión lo único que había en casa para comer era mostaza. Mi hermana y yo nos pusimos tanta en las galletas que nos sentó mal. Todavía no la puedo probar.» Peggy Terry, hiia de Mary Owsley, residentes en Oklahoma City entre 1929 y 1936. En TERKEl, S., Hard Times. An Oral History of the Great Depression , 1970 Barrio de chabolas en la ciudad de Seattle en 1937 Campamento de emigrantes en California en 1937
41. Las consecuencias sociales Marcha del hambre en Londres en 1932 Parados alemanes guardan fila para recibir un plato de sopa de la Beneficencia en 1930
47. Discurso inaugural de F. D. Roosevelt, 4 de marzo de 1933 Nuestra tarea prioritaria es volver a dar trabajo al pueblo. Esto no es un problema insoluble si lo afrontamos con prudencia. Puede realizarse, en parte, mediante una contratación directa por el gobierno, como en caso de guerra, pero al mismo tiempo llevando a cabo a través de esa contratación los trabajos más necesarios para estimular y reorganizar el uso de nuestros recursos naturales. […] Es posible trabajar en esta tarea mediante esfuerzos precisos para elevar el precio de los productos agrícolas y, con ello, el poder de compra que absorberá la producción de nuestras ciudades. Es necesario esforzarse en ello poniendo término a la tragedia de la creciente desaparición por quiebra de nuestras pequeñas empresas y de nuestras granjas. Podemos facilitar [el empleo] planificando y supervisando en el ámbito nacional todas las formas de transporte y comunicaciones y de otras actividades que presenten claramente un carácter de servicio público […]. F. D. ROOSEVELT, Discurso inaugural , 4 de marzo de 1933
51. La política económica nazi «Hitler y los dirigentes nazis hacen alarde de haber librado al pueblo alemán de la miseria al reconstruir su economía y al crear trabajo para todos. Cuando Hitler asumió el poder, Alemania tenía entre seis y siete millones de desocupados. Había una crisis económica terrible […]. Pero la llamada restauración económica del régimen nazi es una simple pantalla. En verdad Hitler no ha creado riqueza. Ha dejado exhaustos todos los recursos de Alemania. Se han malgastado los impuestos y el pueblo ha perdido sus ahorros. Hoy está desmoronándose toda la estructura económica del régimen bajo la tensión de la guerra. En realidad, Hitler acudió a la guerra porque, a despecho de su poca sagacidad, comprendió que antes de que transcurriera mucho tiempo sus métodos económicos provocarían inflación y la ruina total del país.» F. THYSSEN , principal empresario del sector del acero en Alemania. La Nación , 8 de diciembre de 1941