1. El mar (Benjamín Martínez Velasco)
Hoy llega la suave brisa del mar
y su sol nos acaricia la piel
Nos evoca tantos recuerdos de arena y sol
nos anima a adentrarnos en sus misterios
el golpe tempestuoso de sus olas estremece
y nos muestra su fuerza y la pequeñez nuestra
el brillo dorado de sus aguas nos seduce
e instaura momentos que jamás se olvidan
su grandeza nos hace ser más libres, más plenos
crea en nosotros otro trozo de espíritu
el lejano horizonte ejercita los absortos ojos
al poner en movimiento
al igual que el firmamento
mecanismos casi atrofiados de nuestra mirada
Como las raíces del árbol se internan en la tierra
así nuestro pasado humano se pierde en el mar
allí la vida flotó por primera vez
como en el vientre materno lo hicimos nosotros
la larga fila de nuestros antepasados
se nutrieron de sus multiplicados peces
con temor los antiguos recorrieron sus bordes
y se preguntaron por sus misterios
luego las estrellas les hicieron camino
descomunales navegantes lo abandonaron todo
en busca de las sirenas de sus sueños
nunca antes o después el hombre fue tan valiente.
Poco a poco el mar nos abrió los ojos
nos enseñó otros pueblos, otras vidas
tuvimos conciencia de nuestra humanidad
por primera vez conocimos el planeta en que vivimos
como el niño que descubre maravillado sus manos
...y poco a poco nos fuimos adueñando de él
cada tierra tenía su mar
como cada casa tiene su patio
la basura de nuestro progreso cubrió sus aguas
los ríos se convirtieron en sus enemigos
y hoy el mar se pregunta por los misterios del hombre.
Hoy pisamos un suelo que algún día fue océano
corremos por las rocas de su fondo
y pensamos que el mar está lejos
pero él nos llama
como una madre llama a sus hijos
nos amamanta, nos conoce, nos añora.
Hoy llega la suave brisa del mar
y su sol nos acaricia la piel.