Este es un relato corto que describe cómo el mar paradisíaco en el que vivía una sirena llamada Mermaidia se convierte en un infierno a causa de la sobreexplotación y contaminación de los seres humanos.
Esqueletos de un mar muerto (Yasmine Ziouziou iees severo ochoa. Tánger 4ºESO).pdf
1. Esqueletos de un mar muerto
Yasmine Ziouziou 4ºESO IEES Severo Ochoa, Tánger
Mermaidia respiró hondo, y cerró los ojos.
Recordó tantas y tantas cosas…
Cuando aun era una sirena joven, de cola pequeña y escamas plateadas,
Mermaidia solía nadar en esa misma zona. Entre corales de todas las formas
y colores, nadaban peces púrpuras, naranjas y amarillos que le hacían
cosquillas en las puntas de los dedos de la mano, y de entre las anémonas
rosadas salían los peces payaso con los que jugaba al escondite.
Aleteaba entre las algas intentando atrapar a algún pez mariposa, pero se
embelesaba viendo sus colores y formas y olvidaba completamente su red de
mariposas, hecha de astillas de un barco naufragado y hebras de luz de
estrella.
En las mañanas de corriente suave, jugaba a las carreras y al pilla-pilla con
los caballitos de mar, haciendo saltos repentinos a la superficie para respirar
luz de sol dorada y saludar a los alegres delfines y a las joviales gaviotas, que
nunca dejaban de parlotear.
Pero, por las tardes, en el interior de su castillito de arena, que había
construido con sus amigos los calamares y pulpos, se sentaba sobre rocas
milenarias y usaba las conchas vacías de las almejas para jugar con los peces
globo a la fiesta del té. Las perlas que recogía de las ostras adornaban su
oscura cabellera, y un pedazo diminuto de diamante submarino colgaba de su
cuello, mientras ella saludaba y hacía reverencias.
Mas los momentos más hermosos llegaban al caer la noche, después de que
el sol se hundiese en el mar. Entonces, las olas arrastraban el reflejo de las
brillantes estrellas, las medusas fluorescentes bailaban alrededor de la sirena
y la luna la bañaba con su luz.
… Recordó tantas y tantas cosas y, cuando abrió los ojos, vio solo destrucción.
Restos de lo que un día había sido espléndido, mágico y maravilloso.
En cambio, ahora, el arrecife era un conjunto de esqueletos grises, que había
perdido todos sus colores y peces a causa de la acidificación del océano. Las
anémonas se habían cerrado y deshinchado, y los peces payaso aleteaban
tristemente, sin ganas.
2. Entre las algas, (que hoy son nocivas, decoloran el agua y poseen un verde
enfermizo), ya no nadan peces mariposa. Las hermosas algas de antes habían
muerto, siendo sustituidas por estas nuevas, a causa de la contaminación, las
especies invasoras y el flujo de nutrientes procedentes de la agricultura, que
las sobrealimentaban.
Las terribles manchas de petróleo no dejaban que la luz del sol atravesase las
olas y llegase al fondo del mar, y, en la superficie, ni las gaviotas ni los delfines
podían alimentarse, presos de letales trozos de plástico insignificantes a los
ojos de los humanos.
Los mismos que, con su desproporcionada y desmedida pesca, habían
acabado con las ostras de la zona, y habían asustado tanto a los pulpos y
calamares que ya no se atrevían a salir de lo más profundo del mar. Por no
hablar de las perlas, que habían robado con avidez y ferocidad, sin
consecuencias, y de los diamantes submarinos que habían arrancado de las
minas bajo el mar para embellecer las tiaras sobre sus cabezas.
Nadie juzgará a los asesinos que habían acabado con la luz de la luna y las
estrellas que antaño flotaba en las aguas, y con el brillo fluorescente de las
medusas bailarinas.
Nadie juzgará a aquellos que habían convertido el paraíso que este mar una
vez fue en un basurero de montañas de bolsas, vasos, pajitas, envases de
plástico.
Viendo aquel paisaje, Mermaidia pensó: “Pareciera que los humanos vacían el
mar para que se parezca a lo que tienen dentro de ellos: suciedad, destrucción,
vacío. Pareciera que no les basta llenar los cielos de humo y desmembrar la
atmósfera. Pareciera que no les basta con quemar bosques, tirar residuos por
cualquier parte y matar animales terrestres…
Pareciera que la tierra y el aire no son suficientes para ellos. Por eso, el mar
está contaminado, lleno de desechos, ácidos, toxinas, esqueletos. Por eso han
sobreexplotado, pescado y extraído especies hasta la extinción.”
_Y tal vez_ piensa la sirena, (y la autora de esta historia) _ ya no haya vuelta
atrás para ese mar, pero hay otros que aún están a tiempo de ser salvados.