2. Pobres hijos nuestros, hoy adolescentes. Ya desde temprano les fueron cambiando: tatetí, rayuela, manchas y escondidas por otros juguetes: jugar a ser “grandes”. Pobres hijos nuestros, hoy adolescentes. Cargan en su espalda a pobres padres grandes, que fueron creciendo con otros temores… Entonces pensaron… y se desafiaron: “ No quiero que a ellos esto mismo les pase.” Así que inventaron, para su desgracia, hijos libertinos, “vivo en democracia”.
3. Sin reglas muy claras, malinterpretaron… Normas milenarias han ido cambiando. Horarios, costumbres… todo fue alterado. Mucho es permitido. Poco es cuestionado. Pobres hijos nuestros. Hoy adolescentes… No saben cuán pronto han de añorar, volver a ser niños… ¿sabrán escuchar? Tener miedo al reto… “al volver papá”. Siempre con respeto, has de preguntar. Domingos en casa, en familia almorzar. Pobres padres… pobres. Pobre sociedad.
4. Vuelva a ser su base la familia actual. Vuelvan al estudio, para disfrutar. Hoy y en el futuro, los frutos que da. Reclamen lo justo, no exijan más, que eso no se llama solidaridad. Cuiden cada gota que el manantial da. Eso sí hace al hombre de gran dignidad. Mírense un poquito, y tal vez verán, las mismas miserias que “vos condenáis”. Pobres hijos nuestros… culpables no son. En cambio nosotros, mamás y papás, somos responsables, ésta es la verdad.
5. Abramos los ojos, desde el corazón. Miremos el nido, el que nos formó, que aunque tuvo errores, bien nos educó. Tal vez, si Dios quiere, podamos salvar jóvenes futuros, nuestra sociedad, si no, en unos años, quién sabe, será. La salita Rosa se levantará. Pedirá mejoras para ir a jugar o la “Wi-Fi” Nintendo o un LCD para nuestra hora de ir a merendar. PRODUCCIONES era