La deforestación es una de las mayores amenazas para la vida en la Tierra y tiene graves consecuencias ambientales y económicas. La tala masiva de bosques, especialmente en los trópicos, ha reducido la cobertura forestal a solo el 40% de la superficie original y pone en riesgo la biodiversidad. Además, la deforestación altera el ciclo del agua y contribuye al cambio climático al liberar dióxido de carbono. Se requieren esfuerzos coordinados para combatir esta problemática a través de un desar
1. Deforestación
La deforestación es una de las modalidades más drásticas de las alteraciones de la cobertura de
la Tierra que se producen por acción humana. La tala continua ha reducido la superficie cubierta
por los bosques a una cantidad estimada a 40 millones de km² de los cuales 12 millones son
bosques abiertos. La lectura de imágenes satelitales permite actualmente una evaluación directa
y más precisa del proceso de deforestación y su expansión durante los últimos 25 años.
De los dos grandes componentes forestales de la Tierra, los bosques tropicales y los
extratropicales, particularmente en los primeros la silvicultura comercial descontrolada y la
agricultura, han y están provocando una deforestación masiva. En los últimos 50 años, la
mayoría de los bosques tropicales han sido incorporados a la producción en gran escala. Las
pluviselvas ecuatoriales (cuenca del río Amazonas, África central y sudeste asiático) soportan
una tasa de deforestación anual de 120.000 km² y 100.000 km² se ven afectados por una
destrucción parcial. A la actual velocidad de destrucción, se calcula que todos los bosques
tropicales habrán desaparecido en la segunda mitad del siglo XXI. Los suelos de este tipo de
bosque tienen sistemas particulares de retención de nutrientes que dependen de la existencia del
bosque mismo. Con la tala desaparecen estos mecanismos y se produce en un corto tiempo (1-3
años) el lixiviado de nutrientes y el terreno se convierte en poco apto para la agricultura,
reiniciándose el proceso de tala y ocupación. En estas zonas se realiza una agricultura itinerante
de cultivos sobre rozas. La quema de residuos ulterior a la tala libera enormes cantidades de
dióxido de carbono; el aumento de la concentración de este gas en la atmósfera es una de las
causas del llamado efecto invernadero. Si bien la cantidad de dióxido de carbono absorbido por
la vegetación es reducida si se la compara con la transferida a los océanos, las masas boscosas
tropicales cumplen un importante rol como productores de oxígeno atmosférico y reguladores
de los ciclos hidrológicos.
Los bosques tropicales tienen una diversidad en número de especies animales y vegetales mayor
que en cualquier otro sistema de la Tierra; por ejemplo, se estiman para la pluviselva unos 2
millones de especies, de las cuales sólo una sexta parte es conocida. A causa del proceso de
deforestación muchas especies y poblaciones genéticamente diferentes se han perdido.
En la Argentina, la selva misionera o paranense, con características muy similares a la
pluviselva, cubría más del 80% del territorio de la provincia de Misiones. En extensas áreas ha
sido objeto de una destrucción total o parcial intensa como consecuencia de la expansión de la
actividad agrícola y la explotación forestal. Similar proceso se ha producido en las yungas,
formación selvática de las laderas orientales de las sierras subandinas (Jujuy, Salta y Tucumán)
y en el bosque chaqueño
http://www.cricyt.edu.ar/enciclopedia/terminos/Deforest.htm 18. 55
Cuando se elimina un bosque y el terreno es destinado, por ejemplo, a la explotación agrícola o
ganadera, disminuye en gran medida la capacidad de la superficie terrestre para controlar su
propio clima y composición química.
2. Una de las mayores amenazas para la vida del hombre en la Tierra es la deforestación. Desnudar
el planeta de sus bosques y de otros ecosistemas como de su suelo, tiene un efecto similar al de
quemar la piel de un ser humano. Los bosques ayudan a mantener el equilibrio ecológico y la
biodiversidad, limitan la erosión en las cuencas hidrográficas e influyen en las variaciones del
tiempo y en el clima. Asimismo, abastecen a las comunidades rurales de diversos productos,
como la madera, alimentos, combustible, forrajes, fibras o fertilizantes orgánicos.
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y (CNUMAD) establece que
la protección ambiental es una parte integrante de desarrollo, que debería tener como objetivo
aliviar la pobreza y lograr un equilibrio entre la eficiencia económica y la sostenibilidad. Se
reconoce por parte de es internacional que todos los bosques del planeta deben ser objeto de una
ordenación sostenible, que garantice sus servicios y beneficios sociales, económicos y
ecológicos.
Los bosques y el régimen de lluvias
Una de las funciones más importantes de los árboles es su capacidad para la evapo-transpiración
de volúmenes enormes de agua a través de sus hojas. Este vapor asciende y se condensa para
formar las nubes; posteriormente, la precipitación de lluvia permite el crecimiento de los árboles
y de sus raíces. Por otro lado, los desechos de las hojas se pudren en el suelo, determinando, su
enriquecimiento; los nutrientes son reciclados rápidamente por las bacterias del terreno,
cerrándose así el ciclo. Por lo tanto, si se eliminan los árboles, la lluvia cesará, pues ambos
factores se estrechamente relacionados. Sin la lluvia, la tierra empezará a morir, se producirá
una fuerte erosión y la zona de bosque se convertirá en un desierto.
Un ejemplo de este fenómeno es el desierto de Harrapan, en Pakistán. Inicialmente se trataba de
una zona rica en bosques, que disfrutaba de un régimen de lluvias adecuado en los monzones:
una buena muestra de ecosistema forestal auto sustentador. Los bosques fueron talados
gradualmente por los ganaderos, que necesitaban hierbas para sus rebaños. La precipitación de
lluvia se mantuvo en la región, hasta que la tala masiva afectó a más de la mitad del territorio.
Como consecuencia, las lluv’ias cesaron y el área se volvió árida y los bosques circundantes
3. murieron también. En la actualidad la zona es un semidesierto, capaz de mantener tan sólo a una
pequeña personas y otros organismos que antes vivían del bosque.
La deforestación, por tanto, puede ocasionar la extinción local o regional de especies, la pérdida
de recursos genéticos, el aumento de plagas, la disminución en la polinización de cultivos
comerciales o la alteración de los procesos de formación y mantenimiento de los suelos
(erosión). Asimismo, impide la recarga de los acuíferos y altera los ciclos biogeoquímicos. En
suma, la deforestación provoca pérdida de diversidad biológica a nivel genético, poblacional y
ecosistémico.
Causas
Como causas fundamentales de la deforestación pueden citarse el cambio del uso del agua para
actividades ganaderas y agrícolas, los incendios y enfermedades forestales o la tala incontrolada
de árboles. En la actualidad, la deforestación de los bosques tropicales constituye una auténtica
amenaza, Si se analizan las tasas de deforestación de las distintas áreas ecológicamente
importantes —bosques tropicales húmedos, bosques tropicales secos, bosques de llanura,
bosques de montaña—, se puede concluir que, en los últimos años, este proceso ha resultado
mucho más intenso en las zonas secas y semiáridas, especialmente en las montañas, que en las
regiones húmedas. Esto es comprensible, dado que las áreas de mayor altitud o más secas
resultan más adecuadas para la ganadería que las zonas húmedas de llanura, Los suelos de las
regiones de montaña, en general, más ricos y fácilmente cultivables que los suelos viejos de ¡as
llanuras tropicales, prácticamente lavados de todo tipo de nutrientes. Además de las
restricciones agronómicas, hay que tener en cuenta la limitación que supone para la
colonización la presencia de diferentes enfermedades, como malaria o fiebre amarilla, mucho
menos extendidas en zonas de montaña o secas que en áreas húmedas.
Una de las causas principales de la deforestación de los trópicos es el aprovechamiento de la
madera, tanto para consumo propio como para la exportación. Además, existen otros factores
que explican el fenómeno de la pérdida de masa forestal. Uno de ellos es la presión que sobre
los bosques ejerce la población; en este sentido, en muchas regiones el factor determinante es el
aprovechamiento energético de la leña por parte de sus habitantes. De esta manera, el aumento
exponencial de la población provoca el incremento paralelo de las necesidades de leña. Los
4. bosques van perdiendo densidad, y cuando sus existencias bajan de un determinado nivel, su
desarrollo resulta frenado, degradándose rápidamente hasta su práctica destrucción. El proceso
se acelera como resultado del crecimiento herbáceo —provocado por la reducción cubierta
arbórea—, que, a su vez, aumenta las posibilidades de un uso ganadero del terreno. El ganado
no se limita a comer hierba; también se alimenta de los arbusto, factor que contribuye a agravar
la destrucción de los bosques. Finalmente, en las épocas de sequía, la hierba seca aumenta el
riesgo de incendios forestales.
La necesidad de un desarrollo sostenido
A La incidencia de la población sobre el mantenimiento de los bosques reviste caracteres de
especial gravedad en el caso de la Amazonia, donde la llegada de campesinos a partir de la
segunda mitad del siglo XX ha venido a trastocar el equilibrio ambiental mantenido por los
pueblos indígenas que han utilizado estos bosques durante milenios, sin que su estado de
conservación resultara afectado sustancialmente. El establecimiento de nuevos colonos en estas
zonas se ve favorecido por la existencia de programas gubernamentales, que conceden títulos de
propiedad a los campesinos que convierten un terreno baldío en terreno productivo. Con
frecuencia, los colonos talan no sólo la parcela de terreno que les ha sido asignada, sino una
superficie mucho mayor. Por otro lado, el acceso a la región de estas nuevas poblaciones se ha
visto favorecido por la presencia de carreteras, construidas para facilitar la explotación de estas
áreas, como consecuencia de la presión que ejercen las empresas madereras, mineras y
petrolíferas.
Así pues, en casos como el apuntado, la solución a los problemas que afectan los bosques pasa
por un desarrollo sostenible de los recursos y una fuerte voluntad política de poner fin a la tala
indiscriminada. Además, es preciso el reconocimiento de los derechos territoriales de los
pueblos indígenas que han demostrado estar comprometidos con la conservación de los bosques,
y evitar la migración de los campesinos hacia estas zonas. Esta última condición precisa de una
redistribución equitativa de las tierras agrícolas, de tal forma que la supervivencia y la calidad
de vida del campesinado quede asegurada y sea innecesaria la migración y la consiguiente
deforestación.
Cómo combatir la deforestación
De acuerdo con las recomendaciones de las Naciones Unidas, existen diversas medidas
encaminadas a frenar el proceso de deforestación. Por un lado, los programas forestales de cada
país deben hacer partícipes a todos los interesados e integrar la conservación y el uso sostenible
de los recursos biológicos. Asimismo, las capacidades nacionales de investigación forestal
deben mejorarse y crear una red para facilitar el intercambio de información, fomentar la
investigación y dar a conocer los resultados de las distintas disciplinas. Es necesario llevar a
cabo estudios que analicen las causas de la deforestación y degradación ambiental en cada país,
y debe fomentarse la cooperación en temas de transferencia de tecnología relacionada con los
bosques, tanto Norte-Sur como Sur-Sur, mediante inversiones públicas y privadas, empresas
mixtas, etc. Por otro lado, se requieren las mejores tecnologías de evaluación para obtener
5. estimaciones fidedignas de todos los servicios y bienes forestales, en especial los que son objeto
de comercio general. Mejorar el acceso al mercado de los bienes y servicios forestales con la
reducción de obstáculos arancelarios y no arancelarios al comercio, constituye otra de las vías
posibles, así como la necesidad de hacer un uso más efectiv0 de los mecanismos financieros
existentes, para generar nuevos recursos de financiación a nivel nacional como internacional.
Las políticas inversoras deben tener como finalidad atraer las inversiones nacionales, de las
comunidades locales y extranjeras para las industrias sostenibles de base forestal, la
reforestación, la conservación y la protección de los bosques.
http://www.portalplanetasedna.com.ar/deforestacion.htm 16.59 hs
http://www.musica.com/video.asp?video=1485
http://www.youtube.com/watch?v=lZlnk8YhSoY (Santiago del Estero)
http://www.youtube.com/watch?v=Ush9l7YbHuI (Chaco)
CRECIO CASI 6% EN UN AÑO
Alarma por la deforestación en la selva amazónica
El nivel de deforestación de la selva amazónica creció de manera alarmante en 2004 y se
convirtió en uno de los peores que se hayan registrado, según cifras difundidas por el gobierno
brasileño. Los nuevos datos sorprendieron a los ambientalistas locales, un año después de que
el gobierno brasileño anunciara un paquete de medidas por 140 millones de dólares para
reducir la destrucción.
Fotografías satelitales muestran que los hacendados, los agricultores de soja y madereros
quemaron o cortaron grandes extensiones de árboles, alcanzando un récord de 26.130
kilómetros cuadrados de bosques tropicales en 12 meses hasta el mes de agosto del
2004, dijo el ministerio del Ambiente de Brasil. La destrucción fue casi un 6% mayor que en el
mismo período un año antes, cuando fueron destruidos 24.600 kilómetros cuadrados.
“Se trata de una tragedia, una demostración de que se necesita hacer más por parte del
gobierno”, dijo Paulo Adario, jefe del programa de Greenpeace para el Amazona. “Claramente,
evitar la deforestación del Aamazonas no constituye una prioridad del gobierno por
ahora” , agregó.
“Es claro que el gobierno ha fracasado en implementar un plan de acción para proteger la selva
amazónica”, sostuvo Adario. “El hecho de que el promedio de destrucción en los últimos tres
años haya sido de más de 23.000 km2 es simplemente inaceptable. Es una vergüenza
nacional”.
Adario dijo que aún más grave es que el 70% de la devastación hubiese ocurrido entre mayo y
julio de 2004, durante el período de quema de bosques, cuando el gobierno del Lula da Silva se
jactaba de haber implantado un plan para frenar la deforestación.
Según Adario, los agronegocios son los principales responsables, y la mayor deforestación se
produjo en el estado de Mato Grosso. El estado, vecino a Bolivia y Paraguay, está gobernado
por Blairo Maggi, uno de los más grandes plantadores de soja. “Le toca al gobierno decidir
entre combatir la deforestación o promover la expansión del agronegocio para pagar la deuda
externa brasileña”, dijo.
6. Brasil se ha convertido en una potencia agrícola en los últimos años. Tiene la mayor
población mundial de ganado vacuno y la expansión de sus campos de soja lo han colocado a
los talones de Estados Unidos, el mayor productor mundial del producto. “Pocos sectores del
gobierno procuran el desarrollo sustentable y la mayoría busca acciones con impacto negativo
pues favorecen la especulación con la tierra de las florestas”, dijo en una declaración World
Wildlife Fund de Brasil.
Los agricultores de la soja aseguran que sólo se limitan a abrir claros en el bosque. Pero los
ambientalistas argumentan que el éxito de la soja elevó el valor de los claros al punto que
muchos hacendados venden sus tierras de pastoreo, luego queman nuevas porciones de selva y
de paso venden la madera a las empresas madereras.
La selva tropical brasileña es del tamaño de Europa occidental. Según los expertos, unos
800.000 km2 de su 4,1 millón km2 han sido destruidos por la deforestación.
http://www.clarin.com/diario/2005/05/19/um/m-979524.htm (Brasil) 19.14
www.newsmatic.e-pol.com.ar
En la Provincia de Salta predominan los procesos de pérdida de superficie de
bosque causados principalmente por el avance de la frontera agropecuaria. La
deforestación y la fragmentación de la superficie de bosque tienen importante
significado puesto que con ellos aumenta la pérdida de biodiversidad y la
probabilidad de que se inicien procesos de desertificación.
La tasa de deforestación de la Provincia de Salta se encuentra por encima del
promedio mundial a pesar de que aún dispone de grandes extensiones de
bosque. Las áreas con mejor aptitud para uso agrícola ya han sido
transformadas o se encuentran en franco proceso de transformación.
La deforestación dentro de la provincia se produce de manera localizada en los
departamentos de Rosario de la Frontera, Anta, San Martín y Orán. Las grandes
extensiones de bosque remanente se ubican en sitios donde existen limitaciones
para la agricultura: en los faldeos de las sierras en Selva Tucumano Boliviana y
en áreas con precipitaciones muy bajas en Parque Chaqueño.
Existe evidencia científica que indica una tendencia a un aumento de las
precipitaciones del NOA en los últimos años lo cual puede causar un aumento
del área con precipitaciones adecuadas para la agricultura al desplazarse las
isohietas hacia el Este en el Parque Chaqueño. Como consecuencia, esta
expansión de superficies cultivables se vería acompañada por un aumento de la
deforestación de los bosques del Parque Chaqueño.
Además de la deforestación, los bosques nativos sufren otro proceso negativo
que, aunque no los hace desaparecer completamente como el primero, les
provoca un deterioro y un empobrecimiento que conducen casi inexorablemente
a su desaparición. Este proceso es la degradación.
La tasa anual de deforestación correspondiente a la Provincia de Salta es: El
valor calculado para la provincia es el triple que el calculado para todo el mundo
en el período 1990-2000 que es de -0.23 (Puyravaud, 2003) lo que indica que la
tasa de deforestación de la Provincia de Salta con - 0.69 % se encuentra por
encima del promedio mundial.
7. El informe de la Provincia de Salta presenta las superficies de bosque nativo
para los años 2002 y 2004 y a su vez, muestra los resultados correspondientes a
los cambios de cobertura de la tierra debido a los procesos de deforestación y
fragmentación para algunos departamentos. Los departamentos analizados
fueron Anta, Orán y San Martín, los cuales presentaron mayor superficie
deforestada en el período 1998-2002.
La pérdida de superficie boscosa correspondiente a dichos departamentos en
esta provincia es de 92.943 hectáreas con una tasa anual de deforestación que
varía entre -0,66 y -2,09 % para el período analizado.
La deforestación en el Departamento de Anta entre los años 2002 y 2004 es de
66.838 hectáreas.
La deforestación en el Departamento de Orán entre los años 2002 y 2004 es de
11.358 hectáreas.
La deforestación en el Departamento de San Martín entre los años 2002 y 2004
es de 14.747 hectáreas.
Las provincias de Salta y Santiago del Estero presentan mayor superficie de
bosque nativo y a su vez, son aquellas que evidencian mayor superficie
deforestada para el período 2002-2006- Los resultados preliminares
correspondientes al año 2006 indican que los procesos de pérdida de bosque
nativo se han incrementado notoriamente con respecto al período 1998-2002 en
las provincias de Salta, Santiago del Estero y Formosa.
En dichas provincias, se observa que la tasa anual de pérdida de bosque nativo
se ha duplicado para el período 2002-2006: 414.934 hectáreas) fue un 113,45%
mayor que entre 1998 y 2002.-
La Provincia de Salta se encuentra ubicada en el sector Noroeste de la República
Argentina, y posee una superficie de 155.488 km2 con una población total en el
año 2001 de 1.079.051 personas, de las cuales aproximadamente 179.000 son
población rural (INDEC, 2003) Desde el punto de vista fitogeográfico, la
provincia posee formaciones boscosas correspondientes a las regiones del
Parque Chaqueño, Selva Tucumano Boliviana y Monte.
El Parque Chaqueño se encuentra distribuido en las llanuras del Este de la
provincia y entre las principales especies forestales de esta formación pueden
nombrarse Schinopsis lorentzii, Aspidosperma quebracho-blanco, Ziziphus
mistol, Bulnesia sarmiento y Prosopis spp.; también se extiende en los valles
ubicados a “sombra de lluvia”, es decir, al oeste de cordones serranos con altura
suficiente para interceptar las precipitaciones (es el caso de las zonas de la
Ciudad de Salta y el área de Rosario de la Frontera). Estas zonas son conocidas
como Chaco Serrano y si bien presentan las especies mencionadas
anteriormente, son frecuentes otras como Schinopsis marginata, Ceiba chodatii
y Anadenanthera colubrina.
Los bosques de la región Selva Tucumano Boliviana se ubican en los faldeos de
las sierras, entre los 400 y 2000 msnm. En esta provincia se encuentran
grandes extensiones de Selva Tucumano Boliviana: en la Sierra de Metán, en la
parte sur de las Sierras de Santa Bárbara y de Maíz Gordo, y en la Alta Cuenca
del Río Bermejo, esta última incluida en la Reserva de Biosfera de las Yungas y
que contiene la mayor superficie continua de este ecosistema.
La vegetación responde a un gradiente altitudinal, asociado a su vez con
8. diferencias en los niveles de precipitación.
Es así que se diferencian pisos altitudinales con distinta composición de
especies. Algunas de las especies forestales de importancia son Cedrela lilloi,
Cedrela angustifolia, Juglans australis, Alnus acuminata, Anadenanthera
colubrina, Blepharocalyx gigantea, Phoebe porphyria, Myrcianthes pungens,
Podocarpus parlatorei, Phyllostyllon rhamnoides, Calycophyllum multiflorum,
Enterolobium cortotisiliquum, Tipuana tipu, Pisonea zapallo, Astronium
urundeuva, Tabebuia avellanedae, Jacaranda mimosifolia, Myroxylon
peruiferum y otras especies.
Por último, la región del Monte, la cual se extiende en sentido Norte-Sur en el
área de los Valles Calchaquíes y está atravesada por gran parte del trazado de la
Ruta Nacional Nº40, en Salta. Esta región incluye poblaciones como Cafayate,
La Poma y Cachi.
La vegetación en general corresponde a pastizales y arbustales hallándose
bosques de Prosopis spp. en los bordes de salinas y márgenes de los ríos.
La producción agrícola se encuentra concentrada en el pedemonte húmedo de la
Selva Tucumano Boliviana y se extiende por las llanuras hacia el este dentro de
la región del Parque Chaqueño, encontrando una restricción natural debido a
precipitaciones inferiores a 500 Mm. anuales.
Una de las principales producciones agrícolas de la provincia es la soja, con un
fuerte incremento en la superficie sembrada (aproximadamente 100.000 ha en
1990 y cerca de 300.000 ha en la actualidad). Esta producción se realiza
principalmente en los departamentos de Anta, San Martín y Rosario de la
Frontera, en el área que corresponde a la transición entre el pedemonte de la
Selva Tucumano Boliviana y el Parque Chaqueño.
También es importante, entre las oleaginosas, el cultivo de poroto. En cuanto a
la producción de frutales se destacan los cítricos especialmente pomelo, naranja
y mandarina con una superficie estimada de 12.000 ha. Este tipo de producción
se realiza en el área correspondiente al pedemonte húmedo de la Selva
Tucumano Boliviana, en los departamentos de Orán, Güemes y San Martín.
Los cereales principales que se cultivan son el trigo con 110.000 ha y el maíz con
aproximadamente 40.000 ha. Por último, la producción de caña de azúcar llega
a ocupar 20.000 ha, mayormente en el departamento de Orán (estos datos
fueron obtenidos de las series estadísticas de la SAGPyA).
Mario Miranda también denuncio el avance de los desmontes en la zona
realizados por la empresa Río Senita S.R.L., que los acosa continuamente con
sus topadoras a lo que los indígenas responden realizando cordones humanos
impidiendo el avance de las maquinas”, concluye el informe de COPENOA.
http://noticias.iruya.com/content/view/799/504/ 20.05