2. A pesar de que varios botánicos y ecólogos modernos
como Cleef, Rangel, Salamanca, Sturm, Vargas y Van der
Hammen, entre otros, han realizado estudios detallados del
páramo colombiano, el esquema clásico de Cuatrecasas,
basado en criterios fisionómicos y florísticos se mantiene
vigente, salvo algunas modificaciones que resultaron a partir
del mayor conocimiento de la ecología y de la flora
paramunas. Se han descrito 327 tipos de vegetación
paramuna, entre matorrales, frailejonales, chuscales y
pastizales. Cada una de las tres zonas —subpáramo,
páramo propiamente dicho y superpáramo—, fue
subdividida por Cleef, en 1980, en una franja alta y una
baja.
3.
4. Es difícil precisar dónde se inicia el subpáramo o
hasta dónde asciende el límite superior del bosque
altoandino, porque los factores que determinan
estos límites son muy variables. No siempre se
presenta el contacto del páramo bajo con selvas
altoandinas densas; esta transición puede ocurrir
abruptamente entre espesas formaciones arbustivas
con los pajonales–frailejonales, o en un gradiente
suave en extensas laderas de vertientes húmedas; el
mayor contraste se da en la región extremadamente
seca del cañón del Chicamocha, donde algunas
cactáceas de zonas áridas se entremezclan con la
vegetación
paramuna.
5. En la franja subparamo
una se presentan cerca de 112 comunidades
vegetales, como resultado de una gran
heterogeneidad de condiciones ambientales y
fisiográficas, en muchos casos determinadas
por factores locales de temperatura, humedad,
suelos, precipitación y contacto con el bosque
altoandino; entre ellas se destacan algunos
árboles propios de los bosques enanos,
densos matorrales compuestos principalmente
por ericáceas, varios tipos de chuscales y
algunos frailejones.
6.
7. De las tres franjas de páramo, es la más
extensa
y
la
mejor
consolidada
ecológicamente. En ella imperan condiciones
extremas de temperatura y clima, el paisaje es
aparentemente uniforme y tranquilo; allí el
verdadero
amo
es
el
viento.
Entre los 3.000 y los 3.800 msnm existe un
piso que se caracteriza por el modelado
heredado de la glaciación pleistocénica.
8.
Beneficios ambientales
Los páramos son sumamente importantes para la
generación y regulación del agua, a la vez que
contribuyen a la regulación climática gracias a su
capacidad de absorber gas carbónico.
El paisaje único del páramo y sus especies de
plantas y animales ofrecen una gran oportunidad
para la práctica de algunas actividades
ecoturísticas, como las caminatas y la
observación de fauna y flora.
Por su historia evolutiva, son espacios aptos para
la investigación sobre el cambio climático global.