1. CODIGO: 1100140 [ANGELO DARIO DIAZ MORA]
RESEÑA CAPITULO 5 LA REVOLUCION INDUSTRIAL.
La revolución industrial
De La Manufactura a la Maquinaria: Todos los productos se procesaban y montaban a mano. Los
talleres eran modestos y estaban generalmente ubicados en el Hogar de su propietario, pero en
1765 Watt inventó el Motor a Vapor y con ello la energía mecánica, se independizó de la
operación manual.
La invención de otras máquinas inició una actividad febril. La producción en serie absorbió la
atención de la industria. Y la repetición de las operaciones reemplazó a la versatilidad del trabajo
manual. Cada máquina realiza una operación y cada hombre atiende una máquina.
El tamaño de las fábricas fue en aumento, así como, el número de obreros, empleados por cada
patrón.
La Fabrica fue como un imán, atrayendo a su alrededor un sinnúmero de viviendas obreras, de
escuelas, y de negocios.
Antes de la invención de la máquina a vapor, las mercaderías se transportaban en carretas y se
remolcaban en barcas por los ríos.
En las ciudades congestionadas los vehículos a tracción animal circulaban con lentitud por las
calles. En 1819 apareció en París el primer ómnibus, tirado por caballos para el transporte colectivo
de pasajeros.
En 1867 en New York se construyó el primer ferrocarril elevado a cable. En 1871 se reemplazó el
cable por un tren a vapor pero la congestión del transito apenas si disminuyó.
A lo largo de las líneas férreas surgieron los suburbios, invitando a vivir en ellos a muchas
personas que disponían del tiempo y de los medios necesarios para darse el lujo de escapar de los
centros urbanos.
En 1885 hizo su aparición el tranvía eléctrico, que reemplazando a los vehículos colectivos a
tracción animal, se convirtió pronto en el principal medio de transporte urbano.
2. Las comunicaciones.
En los tiempos antiguos, se utilizaron mensajeros para remitir las informaciones. La Imprenta y los
servicios postales se iniciaron en el siglo XV y así el pensamiento humano pudo registrarse para
que todos pudieran verlo y leerlo.
La Revolución Industrial abrió las puertas al genio inventivo del Hombre.
En 1850, se enviaron los primeros mensajes por telégrafo, y el 10 de Marzo de 1876 el profesor
Alexander Graham Bell, habló en su laboratorio por primera vez por teléfono.
Hacia fines del primer cuarto de este siglo, el milagro de la radio no solo había modificado aún
más los efectos del tiempo y del espacio, sino que los hizo estallar en la misma cara de la
civilización, pudiéndose decir que el proceso de reajuste todavía está lejos de haberse
completado.
3. Salud Pública Y Seguridad.
En la Antigüedad la tragedia de las epidemias hizo que los gobernantes buscaran mejorar el
ambiente citadino. Aunque primitivos en la ciudad de Creta y del Valle del Rio Indo, existían
sistemas de drenaje y de distribución de las aguas. Pero sólo cuando la plaga del cólera en la
Edad Media redujo violentamente la población urbana de Europa, a casi la mitad.
Las medidas de Seguridad y Salud Pública se fueron extendiendo durante el siglo XIX, también se
habían mejorado mucho los métodos para el retiro y loa eliminación de los desperdicios. El drenaje
natural de las ciudades se vio reducido con el aumento de las superficies edificadas, pero el
incremento de las calles pavimentadas permitió mejorar la limpieza de la ciudad y las bocas de
tormenta, aumentaron el equipo sanitario urbano. La higiene urbana en las ciudades industriales no
se quedó atrás por falta de facilidades, sino que sencillamente se vio superada y anulada por el
congestionamiento popular y por la intensidad con que se ha usado la tierra.

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Los Servicios sanitarios, de seguridad, así como las comodidades generales públicas de que
gozan las poblaciones urbanas han progresado más en los últimos cien años, que en todo el
periodo anterior de la Historia.
4. La ciudad fábrica.
El Ferrocarril ha extendido sus rieles desde el lugar de producción de las materias primas, hasta la
fábrica y los consumidores cubriendo toda la nación.
La Factoría, con sus tentáculos de ferrocarriles y estaciones de carga, se convirtió así en el
corazón y nervio central de la ciudad. En los puertos oceánicos, lacustres o fluviales, las
actividades prosperan extraordinariamente, atrayendo hasta ellos a los barcos cargados con
carbón y mineral.
Los barcos y los ferrocarriles se unieron a las fábricas y la zona portuaria se convirtió en el núcleo
industrial de esta ciudad.
El Impacto de la revolución industrial, trajo consigo la explotación de los pobres, y con la pobreza
vinieron los tugurios. Nuevos tugurios hilera tras hilera de viviendas para obreros, congestionadas,
edificadas a la sombra de la fábrica, se vinieron a agregar a los tugurios tradicionales de las
ciudades del siglo XVII en Europa. El ambiente de de gradación de las ciudades-fábricas se tendió
como una nube sobre la vida urbana.
El aire de las ciudades norteamericanas se contaminó con el humo y el hollín de las chimeneas del
nuevo periodo.
La inmigración invitó la construcción de casas de apartamientos baratos. Los recién llegados se
aglomeraban en ellas, contentos de encontrar algún sitio donde albergarse en esa tierra de
promisión.
Las grandes ciudades indujeron a la gente a aglomerarse en ellas, en vez de mirar hacia las
comunidades rurales, mucho más saludables. La consecuencia inevitable fue el tugurio.
5. Los utopistas.
Ninguno de los proyectos utópicos se ejecuto, pero sirvieron para enfocar la atención sobre la
creciente deteorización del ambiente urbano. Hacia finales del siglo XVIII existían ya distinciones
de clase como consecuencia de la Aparición de la era Industrial, pero la nueva economía forjó
relaciones entre estas clases. La suerte de los círculos privilegiados estaba indivisiblemente unida
al bienestar de las masas. En 1797, se organizó en Inglaterra la Sociedad para el Mejoramiento de
las Condiciones de los Pobres. Aunque hubo personas que siguieron adhiriéndose al planeamiento
formal urbano del Siglo XVIII. Las condiciones deplorables de vivienda para los trabajadores
impresionaron a algunos dirigentes industriales que comprendieron los problemas que presentaría
para el futuro de la economía industrial. En la primera mitad del siglo XIX se elevaron protestas
contra la sordidez suciedad y miseria de los barrios obreros y se propusieron las llamadas
Comunidades Utópicas. Robert Owen fue autor de uno de estos proyectos.
6. Las ciudades modelo.
Reconociendo la necesidad de proveer a sus obreros con buenas viviendas y estimulados por los
proyectos no realizados de los utopistas, algunos ricos industriales edificaron comunidades
modelos, una de las primeras fue la de Bessbrook, construida en 1846 para los obreros de las
tejedurías de lino de Newry, en Irlanda. En 1852 Sir Titus Salt, edificó Saltaire, para unos 3000
obreros de sus hilanderías de Bradford en Inglaterra. Este proyecto contó con extensas facilidades
comunales. En 1685 la Familia Krupp, inició la construcción de su primera ciudad –modelo para
obreros de sus grandes fundiciones y fábricas de munición de Essen, en Alemania. La misma
empresa construyó después varias otras ciudades modelo.