Las fuentes de financiación nacional incluyen ingresos provenientes de la explotación de bienes dentro del país como se define en la ley 223 de 1995, así como rentas de capital, utilidades, intereses, rentas de trabajo, regalías, servicios técnicos y dividendos. Las fuentes de financiación extranjera comprenden créditos a corto plazo para importaciones, financiamiento y operaciones de comercio exterior a través de corporaciones financieras.