6. Síntomas de las Fracturas
• Dolor
• Inflamación
• Impotencia funcional
• Deformación de la zona
• Crepitación o crujido
Notas del editor
Hoy comenzamos el módulo 3 de nuestro curso de prevención de riesgos: Primeros auxilios.
El punto número uno de esta lección será la actitud a seguir ante heridas y hemorragias.
Primero definimos las heridas como toda lesión corporal por medios físicos en la cual se rompe la continuidad normal de la piel y tejidos.
Atendiendo al mecanismo u objeto que producen las heridas, se pueden clasificar del siguiente modo:
Heridas incisas: Los objetos que las producen tienen filo. Además, los bordes son regulares y limpios, sangran mucho, son poco profundas y se infectan poco.
Heridas punzantes: Causadas por objetos con punta. Y se caracterizan por: ser pequeñas y profundas, sangrar poco y porque se infectan mucho.
Y por último heridas contusas: Producidas por golpes de objetos que no tienen ni punta ni filo (puñetazo, martillazo…), cuyos bordes y sangrado son irregulares y se suelen infectar y complicar.
Continuamos con los tipos de hemorragia que existen:
Hemorragia externa: la podemos definir como la salida de sangre de los vasos sanguíneos como consecuencia de la rotura de los mismos.
Ante una hemorragia lo primero que debemos hacer es descubrir la herida cortando o desgarrando los vestidos. Sin intentar desinfectarla, se coloca sobre la herida una cura seca, comprimiendo la zona que sangra y elevando el miembro herido. En general una buena cura compresiva suele ser suficiente para detener la hemorragia. Si ésta continúa y atraviesa la cura, sin quitar este apósito se colocan otros y se comprime con fuerza.Si a pesar de esto, siguiese sangrando debe practicarse una compresión manual entre la herida y la raíz del miembro, pero, si ésta resultase dificultosa o fuese insuficiente, se pondría en ese mismo punto un torniquete.
Hemorragia interna: En estos casos la sangre no sale al exterior por lo que para valorar si existe hemorragia interna deben tener en cuenta los siguientes síntomas:
- Palidez.
- Sudoración fría.
- Extremidades frías.
- Labios azulados.
- Pulso débil y acelerado.
- Respiración superficial y acelerada.
En estos casos llame al 112 y tumbe al accidentado con las piernas más altas que la cabeza.
Hemorragia nasal o Epistaxis: En estos casos la sangre emana por la nariz hacia el exterior.
El protocolo a seguir en estos casos es el siguiente:
- Sentarse e inclinarse levemente hacia delante.
- Comprimir ligeramente las aletas nasales (especialmente la del lado sangrante) durante 10 minutos, si no cesa continuar otros 10 minutos.
- Si continúa, coloque una gasa o algodón empapado en agua oxigenada en la fosa nasal que sangra introduciéndola poco a poco.
- Aplique frío local en el lado sangrante.
- Si la hemorragia dura más de 30 minutos acudir al centro médico más cercano.
Ahora hablaremos de las fracturas y su diferencia con las fisuras.
Una fractura es la pérdida de la continuidad de la superficie de un hueso (rotura total del hueso).El hueso afectado puede romperse totalmente en dos fragmentos y es lo que se llama fractura; pero si la rotura del hueso es parcial, de forma que el hueso no ha sido seccionado en su totalidad se llama fisura.
Las fisuras no pueden ser descubiertas a simple vista, además tienen una menor gravedad y sólo pueden ser vista por Rayos X, por lo que aquí sólo vamos a ver las fracturas.
Las fracturas pueden ser de dos tipos:
- cerradas, no producen herida en la piel.
- o abiertas, el hueso sale al exterior produciendo herida en la piel, por lo que existe peligro de infección.
Y por último hablaremos sobre los síntomas más importantes de las fracturas de huesos, que son los siguientes:
• Dolor: Característico, que puede localizarse en una zona, pero que es mucho más intenso en el punto de la lesión, por lo que siempre se comienza a explorar desde las zonas más alejadas a la lesión.
• Inflamación: Calor (aumento de la temperatura local), tumor, rubor y dolor.
• Impotencia funcional: Sobre todo en los miembros.
• Deformación de la zona: Movilidad anormal.
• Crepitación o crujido: Sonido o chasquido característico.